viernes, 16 de diciembre de 2016

MERCOSUR ¿TODO O NADA?



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 15 de Diciembre de 2016)



El intrincado, folklórico y tropical lio de Venezuela con el Mercosur debería llevarnos a reflexionar sobre lo que gana o pierde Venezuela si abandona ese pacto sub regional. Todo parece indicar que desde el punto de vista estrictamente económico o comercial no es mucho lo que se modificaría si Venezuela se sale - o es invitada a salirse – de ese bloque de países. Ello es así por cuanto hay acuerdos firmados entre Venezuela y Brasil, por un lado, y entre Venezuela y Argentina, por otro, que generan un cuadro de concesiones comerciales recíprocas que no dependen de que Venezuela firme o no el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica número 18, que es el que define en lo sustantivo la pertenencia o no al Mercosur.

El 26 de diciembre de 2012 Venezuela y Brasil firmaron el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica número 69, conocido sencillamente como ACE 69. Ese acuerdo entró en vigencia casi dos años después, el 14 de octubre del 2014, pero hoy en día goza de plena vigencia legal, y preside gruesa parte de las relaciones comerciales entre esos dos países. En ese acuerdo se establece que Brasil libera de inmediato del pago aranceles a la totalidad de los bienes procedentes de Venezuela. Venezuela, en reciprocidad libera de aranceles a la casi totalidad de las mercancías provenientes de Brasil, pero mantiene un pequeño listado de productos exceptuados, para los cuales impera un calendario de desgravación que culmina en el año 2018.

Ese acuerdo no está supeditado o condicionado a que Venezuela firme el ACE 18, que define la incorporación plena al Mercosur, aun cuando se deja establecido que cuando lo haga, la desgravación será la que se defina en el ACE 18 y no la que defina el ACE 69. Pero queda implícito que si Venezuela no firma el ACE 18 - como ha sido la situación hasta el presente - el ACE 69 mantiene incólume su validez.

Con Argentina sucede una situación bastante parecida. Se firmo el ACE 68, el mismo día 26 de diciembre del 2012, pero ese acuerdo entró en vigencia el 2 de enero del 2003. También Argentina libera en forma total e inmediata de aranceles a las mercancías provenientes de Venezuela, y Venezuela en reciprocidad libera de aranceles a todas las mercancías procedentes de Argentia, excepto las que quedan incluidas en 4 listados de excepciones.

Pero nada de ello queda supeditado a que Venezuela firme el ACE 18, aun cuando era evidente que el ACE 68 -así como también el ACE 69 - se daban en el entendido y en el contexto de la incorporación de Venezuela en el Mercosur. Era una forma de facilitarle las cosas a Venezuela y empezar todos a gozar de las ventajas de un comercio más liberado, a la espera de que Venezuela ordenara sus aspectos normativos e institucionales y diera el paso de su incorporación plena.

Toda esta situación lleva, en el día de hoy, a que si Venezuela es marginada del Mercosur, el ACE 68 y el ACE 69 mantienen su vigencia legal, lo cual significa que en el comercio con esos dos países, que tienen el mayor peso económico,comercial, demográfico y geográfico en el Mercosur, seguirá en los mismos terminos actuales.

Venezuela puede que salga diplomaticamente maltrecha u ofendida de toda esta inconsulta aventura con el Mercosur, pero en terminos estrictamente comerciales conservara las condiciones de libertad comercial que había alcanzado, y que desgraciadamente ha aprovechado muy poco.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

LA DIPLOMACIA VATICANA



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 14 de Diciembre de 2016)



La diplomacia vaticana tiene detrás de sí casi dos mil años de experiencia. Nadie podría decir que se trata de un desarrollo lineal y ascendente, en que cada año se acumulan más éxitos y destrezas. En toda institución hay rupturas, giros, virajes y retrocesos y es enteramente posible que en la actividad diplomática del Vaticano haya sucedido también mucho de ello a lo largo de su larga existencia. Pero, aun así, es posible decir que se trata de una de las diplomacias más eficientes existentes hoy en día en la geografía política mundial, aun cuando sus acciones y sus objetivos no siempre se conocen y/o se interpretan cabalmente en el corto plazo. Ejemplos hay muchos en el mundo. Su participación en la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en un ejemplo reciente. Los chilenos – y varios otros pueblos latinoamericanos - han conocido otros ejemplos de ello en períodos no muy lejanos.

En 1987 - aun bajo el gobierno militar - el Papa Juan Pablo II decidió viajar a Chile, en el contexto de una gira que lo llevaría por varios paises latinoamericanos. Los chilenos que luchaban contra la dictadura, fuera y dentro del paíst - por lo menos algunos de ellos - tuvieron algunas dudas iniciales sobre la conveniencia de esa visita. Podría interpretarse aquello - se pensaba - como una forma de apoyar o de legitimar al gobierno de Pinochet, que era repudiado por la mayoría del pueblo chileno y por la mayoría de los países civilizados del planeta. Sin embargo, esa visión era expresión de una mirada de corto alcance.

En Chile, durante todo el largo período de la dictadura - desde 1973 hasta 1990- la Iglesia Católica y también otros credos cristianos - jugaron un rol estelar, insustituible y positivo en términos de su defensa de los derechos humanos. La Vicaría de la Solidaridad - creada por la Iglesia Católica- era la primera instancia donde acudían los familiares de los presos y desaparecidos, y allí recibían el apoyo legal, moral, material, comunicacional e institucional como para rastrear el paradero de su seres quéridos. La Vicaría de la Solidaridad era la instancia que apoyaba, hasta donde le era posible, a los presos en las carceles y campos de prisioneros, que canaliza ayudas y apoyos nacionales e internacionales, que acopiaba y divulgaba antecedentes sobre cada caso que implicara una violación de los derechos humanos, y que hacia seguimiento - y participaba activamente - en las interminables causas legales que se abrían contra los ciudadanos del país. La Vicaría de la Solidaridad fue creada por el Cardenal Silva Henrquez, que fue un incansable defensor de los derechos humanos en el período dictatorial, y como tal, una molestia diaria para la cúpula militar.

El viaje del Papa no fue un apoyo a Pinochet. Fue un apoyo inmenso a la labor del Cardenal Silva Henriquez, de la Iglesia Católica y de la Vicaría de la Solidaridad. La presencia del Papa en Chile implicó un apoyo a la labor que venía realizando la Iglesia desde el comienzo de la dictadura. Pero hubo mas. Al calor de la visita del Papa el pueblo pudo salir a la calle, congregarse en grandes reuniones masivas y encontrarse y manifestarse en ellas con inusuales niveles de libertad. Pudieron en esos actos religiosos escuchar la voz de sus lideres poblacionales y/o de mucha de las víctimas más emblematicas de las violaciones a los derechos humanos. Se encontraron, por lo tanto, con su propio drama, en un contexto de solidaridad de miles de sus iguales. Eso generó, despertó o permitió organizar fuerzas que confluyeron al resultado final que fructificó poco mas de un año años más adelante en la derrota plesbicitaria de Pinochet. No fue, desde luego la única fuerza que causó ese resultado, pero fue una de ellas. La visita del Papa tuvo, por lo tanto, resultados claramente positivos.

Otra cosa importante que resultó de la visita papal fue el retorno de los exiliados. Habían miles de chilenos que se encontraban fuera del país - cualquiera que hubiera sido las circunstancias de su salida - que tenían prohibición expresa por parte de la dictadura de intentar entrar al territorio nacional . Su eventual aparición en cualquier punto fronterizo generaba el envio inmediato de regreso al punto de origen, lo cual implicaba costos e inconvenientes a las líneas aereas involucradas, que en función de ello se abtenían de embarcar a quienes estaban en las largas listas de impedidos de regresar a su país. El Papa negoció, con discresión y reserva, esa situación, y logró que poco después de su partida la dictadura empezara a publicar listados con los exiliados a quienes se les autorizaba desde ese momento a retornar a su país. Esa fue una medida que tuvo gran impacto en el desarrollo de la lucha contra la dictadura en el futuro cercano. Miles de chilenos, sobre todo los dirigentes históricos de los partidos que mantenían la resistencia contra Pinochet, pudieron volver al país e incorporarse de una u otra forma a las actividades de oposición y rebeldía que se desarrollaban por doquier.

No todas la circunstancias históricas son iguales y la diplomacia no siempre tiene los mismo objetivos. Pero creo que se puede decir que la diplomacia vaticana tiene experiencia y tiene paciencia en lo que respecta al accionar por conseguir los objetivos que la iglesia visualice como positivos para sus intereses de largo plazo.







viernes, 9 de diciembre de 2016

ME PASÉ PARA LA ULTRAIZQUIERDA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición  impresa de TAL CUAL el día 8 de Diciembre de 2016)

Cuando entramos a militar en los partidos de la izquierda - hace ya unas cuantas décadas atrás - cultivábamos una solidaridad franca y sincera con los presos políticos que en cualquier rincón de América Latina, se desangraban o se malgastaban en las cárceles de las dictaduras militares o civiles que jalonaban la geografía política del continente. Sin embargo, tendíamos a ser bastante complacientes o indiferentes frente a la realidad de los presos políticos que sufrían idéntica suerte en aquellos otros países del globo que proclamaban su adhesión a los altos y generosos ideales del socialismo, o que por lo menos eran amigos o aliados de aquellos países que se proclamaban socialistas.  Los unos eran mártires que sufrían la privación de su libertad por adherir a las causas más nobles por las cuales se podía luchar en nuestra sufrida América. Los otros eran unos reaccionarios que no querían adherir a la nueva sociedad que se abría paso en medio de los dolores del parto histórico, y que consciente o inconscientemente se convertían en aliados del imperialismo y de la reacción internacional.
Ahora, en mi madurez biológica - y creo que también en mi madurez política - creo que he ampliado mi rango que solidaridades: soy solidario con todos los presos políticos, con todos los presos de conciencia, y con todos los que permanecen presos por expresar sus ideas, donde quiera que ellos se encuentren, y sea quien sea el culpable de su encarcelamiento.  Si antes era izquierdista y era solidario con unos pocos, ahora debo ser ultraizquierdista al ser solidario con todos los presos políticos existentes en todas las cárceles del planeta.  La libertad de conciencia va estrechamente unida a la libertad de expresión. Tener libertad de pensar lo que uno quiera, pero no tener libertad de expresar o compartir esas ideas con otros ciudadanos, es también una negación de libertades que deben ser intrínsecas e inalienables del ser humano.
Lo mismo que pienso con relación al encarcelamiento, lo pienso con relación a la tortura, en cualquiera de sus formas – físicas o sicológicas. Si antes pensaba que los malos no debían torturar ni encarcelar a los buenos, pero no éramos igualmente exigentes en términos de oponernos a que los buenos torturaran a los malos - en aras de los más altos valores de la humanidad - hoy en día proclamo claramente que nadie puede atribuirse el derecho a torturar a nadie, y me pongo en contra de todos los torturadores y al lado de todos los torturados. No hemos luchado durante décadas para ganar el derecho a torturar a los que nos torturaron, sino para construir un mundo en que la tortura esté totalmente erradicada.
Igualmente, en mis años juveniles, era un opositor implacable de los regímenes no democráticos, de los cuales habían muchos en toda nuestra América. Las dictaduras militares o los gobiernos encabezados por un civil, pero con apoyo sustantivo y represivo de los militares, eran centro de los ataques políticos de nosotros los izquierdistas de esos años. Pero no éramos igualmente tenaces en la lucha contra los regímenes civiles o militares que en otras partes del planeta habían olvidado hace mucho tiempo lo que eran las elecciones libres, las libertades civiles, el funcionamiento de la prensa libre, los tribunales independientes o los parlamentos plurales. Aun cuando no usábamos esa terminología, había para nosotros dictaduras buenas y dictaduras malas. Ahora, después no solo de muchos años, sino también de muchas experiencias políticas propias o ajenas, creo que he ampliado el campo de los regímenes que no me gustan, y creo que no me gustan los gobiernos represivos y antidemocráticos cualquiera que sea la filosofía con la cual adornan su accionar. Debo, por ello, ser más izquierdista que antes, es decir, ultraizquierdista.

jueves, 8 de diciembre de 2016

SE EXPORTA POCO, PERO MUCHO



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 7 de diciembre de 2016)


Con las exportaciones no petroleras venezolanas pasa una cosa interesante y singular. Todo el mundo sabe que – además de petróleo - el país exporta una buena cantidad de petroquímicos, de fierro y sus manufacturas, de aluminio y sus manufacturas y algo de cacao y de ron. Pero las exportaciones no petroleras de Venezuela son mucho mas que todo eso.

Veamos. El arancel de aduanas se divide en 97 capítulos, en los cuales se incluyen prácticamente todos los bienes imaginables que pueden ser objeto de comercio internacional. En el año 2015 Venezuela exportó bienes que se ubicaban en 90 de esos 97 capítulos. Los capítulos en los cuales no se presentaron exportaciones son capítulos tales como armas y municiones, polvora, seda, estaño, que por circunstancias naturales o institucionales son dificiles que estén presentes entre las exportaciones venezolanas. Pero se exportaron, en la práctica, una gram variedad de bienes. Casi de todo. Desde sombreros, objetos de arte, ceramicas o productos farmacéuticos, pasando por calzado o paraguas. Obviamemte, hay algunas de esas partidas o subpartidas en las cuales las exportaciones son muy modestas, tal como sucede con el cinc y sus manufacturas - capítulo 79- de lo cual solo se presentan, en el año mencionado, exportaciones por un monto de mil dolares.

Pero hay también capítulos como el 29 – relativo a productos de la química orgánica- que es el que concentra la mayor cantidad de exportaciones no petroleras, en que encontramos 49 bienes distintos que se enviaron en el año 2015 a los mercados externos, identificados cada uno de esos bienes con seis dígitos del código arancelario. Cada uno de esos códigos se puede a su vez abrir y descomponer en varios otros productos, componentes todos de una misma familia, dando origen a productos identificados con 8 o con 10 dígitos.

Entre esos dos capìtulos ubicados en los extremos de las exportaciones venezolanas encontramos el capítulo 41, con exportaciones de pieles por 36 millones de dólares; el capítulo 78, referido a plomo y sus manufacturas, en el cual se agrupan exportaciones por un total de 22 millones de dólares; el capìtulo 74, relativo al cobre y sus manufactutras se exportan 8 millones de dólares; el niquel y sus manufactutas, que se ubica en el capítulo 75, presenta exportaciones por 1.2 millones de dólares; en el capítulo 92, donde se agrupan los instrumentos musicales, se presentan exportaciones por 200 mil dólares; y plumas y plumones, agrupados en el capítulo 67, se venden en el extranjero por un monto de 7 mil dólares.

Esta situación de elevada dispersión y heterogeneidsda exportadora no es nueva. Esta misma característica se puso de relieve en un completo diagnóstico que se hizo en el año pasado, en la Asociación Venezolana de Exportadores, AVEX, sobre las exportaciines vebezolanas en el período 1990 - 2013, en el cual se puso de relieve esa presencia de pequeñas exportaciones de muchos bienes diferentes. Mas un, se puso en evidencia que esas partidas se mantenían en el tiempo, por cinco o mas años, y no eran, por lo tanto, exportaciones circunstanciales que entraban y salían rápidamente de la canasta exportadora del pais.

Si tomamos todos los productos codificados con seis dígitos arancelarios, es posible identificar una cantidad cercana a los 2.000 productos diferentes que se exportaron en el año 2015. El producto que representó la menor cantidad en dólares fueron los camisones y pijamas, de los cuales se exportaron mil dólares. El de mayor significación cuantitativa fue el metanol alcohol metilico, del cual se exportaron 408 millones de dólares.

Toda esta situación tiene una gran importancia si se piensa en el posible despegue de las exportaciones no petroleras. La situación descrita implica que hay cientos de empresarios que de alguna forma, sin apoyos oficiales - casi se podría decir venciendo las trabas oficiales - lograron colocar algunas pequeñas partidas de muchos productos, en mercados extranjeros. Para ello hay que tener y manejar contactos comerciales con el exterior y hay que tener precios y calidades que sean competitivos. En ese número alto de empresarios y de productos vinculados al comercio exterior el país tiene un capital que podría perfectamemte multiplicarse si hubieran políticas claras que estimulen el sector exportador.

Todo lo que se diga respecto a que que hay que dejar atras el modelo rentista petrolero es pura demagogia si no hay politicas claras, sensatas, sistemáticas y sostenidas, para promover exportaciones no petroleras. Si el pais quiere dejar de vivir de la renta petrolera debe generar una fuente alternativa de ingresos en divisas, pues sin divisas no se puede ser exitoso en el contexto de la economía internacional contemporánea, y ni siquiera se puede ser viable como estado o como país.

Y en materia de exportaciones no petroleras hay dos posibilidades: o se inventan y se desarrollan otros productos, desconocidos hasta ahora en el comercio exterior venezolano - lo cual no es una alternativa totalmente descabellada - o se busca en aquellos heróicos productos que han logrado vencer las dificultadades del presente y mantener modestas presencias en el mercado internacional, y se potencia de su seno aquellos productos en que el pais puede desarrollar una mayor competitividad.

domingo, 4 de diciembre de 2016

CONDENAR LAS CAUSAS Y NO LAS CONSECUENCIAS



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 2 de diciembre de 2016)


El Gobierno, por boca del Alcalde de Caracas Jorge Rodríguez, ha levantado la voz para condenar el alza del dólar paralelo y para culpar de esa situación a la famosa pagina web aquella que publica diariamente una cierta cotización entre el dólar y el bolívar.

En primer lugar, cabe mencionar al respecto que la existencia de mercados paralelos para el dólar es la consecuencia directa de una política cambiaria, monetaria y fiscal absolutamente erróneas. Con la política cambiaria que hoy en día existente es claro como el agua que tiene que existir un mercado paralelo, pues el mercado oficial - que tiene a su vez varias versiones - no da abasto para satisfacer toda la demanda por la divisa verde. La demanda insatisfecha busca por donde puede. No se puede condenar la existencia de un mercado paralelo, sin condenar primero - y con mucha fuerza - la existencia de esa política cambiaria que impone varios mercados diferentes para el dólar, cada uno con una tasa diferente, y cada uno incapaz de satisfacer la demanda que sobre ellos se canaliza.

En segundo lugar, no se puede condenar que alguien publique lo que buenamente cree que es el precio del dólar en ese mercado paralelo. Más aun, lo que debería incentivar el Gobierno es que existan muchas publicaciones de esa naturaleza, que compitan en dar la información más veraz y con la metodología más convincente. Al prohibir toda versión de ese mercado – en un mundo donde todas las noticias del planeta están accesibles por medio de un clic en el computador - y donde las noticias vuelan de celular en celular en cosa de minutos - es una medida francamente infantil. Es la política del avestruz. Creer que por meter la cabeza debajo de la tierra, el problema va a desaparecer. Si prohíben informar dentro del país, incentivan la visita a esa página web. Más aún, la convierten en una página de obligatoria visita para quien se interese por ese tema, pues dentro de país no puede consultarse una página similar. La prohibición gubernamental de informar sobre el mercado paralelo del dólar genera prácticamente el monopolio de esa página que comentamos.

En tercer lugar, es realmente increíble que alguien en su sano juicio pueda postular que los males del país se deben a una cierta publicación. No hay publicación en el mundo que tenga tanto poder. Ni el New York Time, que es uno de los periódicos de mayor tiraje y de mayor número de lectores en el planeta. Los agentes económicos son libres de hacerle caso a esa página web o no, o tomarla como una referencia, al igual que cualquiera otra. Pero es parte de la libertad de prensa y de la libertad de expresión el dejar que esa página exista. El gobierno puede combatirla, con información veraz sobre el mercado paralelo, si quisiera, o con medidas cambiarias tendientes a generar una situación en ese mercado distinta a la que esa página pública. Vendiendo dólares más baratos, por ejemplo.

No creo, por lo tanto, que sea posible condenar las consecuencias de la política cambiaria y comunicacional del gobierno, sin condenar las políticas cambiaria, monetaria, fiscal y comunicacional en sí. El dólar paralelo existe como consecuencia del accionar económico del gobierno, y eso es lo que hay que condenar. Si el gobierno quiere recabar apoyos en su lucha contra el elevado precio del dólar, que proponga medidas concretas para solucionar ese problema, y serán analizadas de acuerdo a su eficacia y a su eficiencia para conseguir ese objetivo, pero condenar las consecuencias, sin decir nada de las causas, luce como una forma elegante de ocultar estas últimas.

viernes, 2 de diciembre de 2016

PINTADO EN LA PARED


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 1 de diciemgre de 2016)


Después del pintoresco episodio en que nuestro país se declaró presidente del Mercosur - sin contar con el beneplácito o el acuerdo de ninguno de los presididos - ahora viene otro capítulo igualmente simpático y pintoresco para los observadores internacionales, pero desgraciadamente tragicómico para quienes estamos en el medio del problema: los cuatro países fundadores han anunciado que Venezuela perderá próximamente el derecho a voto en el Mercosur, por no haber aprobado en su legislación interna las normas y acuerdos de dicha agrupación regional. Es decir, Venezuela no será expulsada, pero quedará pintada en la pared. Podrá decir lo que quiera, en las reuniones o en los pasillos, pero a la hora de decidir o de votar, se saltarán al representante de este país, como si no existiera. Y frente a esa situación, Venezuela ratifica que no se ira ni será expulsada, como si quedarse en esas condiciones fuera una gran cosota.

Pero más allá de lo pintoresco, folklórico y tropical que luce toda esta situación – sobre todo para los observadores internacionales de fuera del área- es propicia la ocasión para interrogarse sobre si le conviene o no a Venezuela permanecer en el Mercosur. Ya no tiene sentido interrogarse sobre si fue buena o mala la decisión de integrarse a ese bloque subregional. Ahora lo que queda es tomar en forma serena y bien meditada la decisión respecto a si vale la pena quedarse o no.

Un interrogante de ese tipo no puede resolverse a la luz de si las ofensas recibidas son posibles de olvidar o si todavía son heridas sangrantes. En el campo diplomático se puede olvidar cualquier cosa, siempre y cuando eso sea conveniente para el país que pase por olvidadizo. Salirse del Mercosur podría entenderse como un reconocimiento expreso de que entrar en ese bloque fue un error del comandante supremo, y eso no se puede hacer todavía. Pero si hubiera un nuevo gobierno - que no fuera un mero conservador de las tradiciones chavistas - que actuara en función de los mejores intereses del país, la respuesta sobre si permanecer o salirse del Mercosur seguiría siendo una decisión compleja.

Para meterse en ese tema, creo que hay que partir por decidir con que productos quiere Venezuela insertarse en los circuitos comerciales internacionales en los próximos 20 o 30 años. Si alguien se toma en serio la vieja aseveración de que el rentismo petrolero ya no da para más, entonces hay que generar una nueva fuente de divisas, porque sin divisas no se puede ser exitoso en el mundo contemporáneo. Y para obtener divisas, hay que exportar. No parece ser una buena respuesta decir que en materia de exportaciones se actuará con el criterio de que “como se vaya dando vamos viendo”. Esa es la respuesta de los más recalcitrantes neoliberales, que dejan que el mercado lo decida todo. Los gobiernos y países serios deben priorizar o jerarquizar aquellos productos, sectores o cadenas de valor que tienen potencialidad exportadora y poner en ellos todo el peso de la acción promotora, inversora e innovadora del Estado. Más aun, hay que convertir en política de estado el apoyo sistemático y sostenido a aquellos productos que se asume que constituirán por las próximas décadas la carta de presentación del país en los mercados extranjeros.

En segundo lugar, si se han tomado decisiones sobre los productos prioritarios, hay que ver hacia qué países se pueden exportar esos productos. O en otras palabras, que mercados se quieren penetrar con esos productos en los cuales se supone que Venezuela incrementará su capacidad competitiva. Es obvio que no todos los países figuraran como países meta en lo que respecta a esa capacidad de convertirse en buenos socios comerciales de Venezuela. En esos países, elegidos con una perspectiva estratégica, es posible y necesario concentrar los esfuerzos diplomáticos, comerciales y negociadores del país.

Si se tomaran decisiones de ese tipo, y más aún, decisiones que sean verdaderamente políticas de estado, sería posible analizar en base a ellas si conviene o no permanecer en el Mercosur. En otras palabras, ver si el mercado de esos cuatro países constituye un mercado potencial para los productos con que Venezuela aspira insertarse en los circuitos comerciales internacionales en los próximos decenios. Hasta la fecha, ninguno de los cuatro países fundadores del Mercosur se ha constituido como un mercado de importancia para los productos no petroleros que forman parte hoy en día la oferta exportable de Venezuela. También es cierto que Venezuela ha carecido de decisiones y de políticas en el campo de la promoción de exportaciones, y no es fácil alcanzar ciertas metas cuando nadie se las ha propuesto. Con un gobierno que planifique su accionar a mediano y a largo plazo las cosas podrían ser distintas, tanto en relación al Mercosur como al resto de la comunidad latinoamericana. En síntesis, aun cuando parezca obvio y redundante, lo primero es tener metas y objetivos claros, respecto a productos y a países, y hacer de ellos el centro de la política comercial del país. Con ese instrumental en la mano se puede hacer ahora lo que no se hizo cuando se decidió de un día para otro ingresar al Mercosur, es decir, analizar como país las ventajas y desventajas que nos ofrece ese bloque subregional.







miércoles, 30 de noviembre de 2016

ALBA PERO NO TONTO



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 30 de Noviembre de 2016)



Ecuador ha firmado un acuerdo comercial que libera de aranceles a gruesa parte de sus intercambios con la Unión Europea. Con algunos retoques - o algunas especificidades propias de la situación ecuatoriana - se está, en lo sustantivo, en presencia de una adhesión al Tratado Comercial Multipartito ya firmado hace unos pocos años atrás entre la UE y Colombia y Perú. Pero más allá de las diferencias que puedan existir en materia de redacción, la gran diferencia es que Colombia y Perú firmaron antes y llevan, por lo tanto, ventaja en lo que respecta a la colocación de ciertas mercancías en el mercado europeo. Ecuador se da cuenta, con algo de retardo, que el quedarse fuera de un acuerdo de esa naturaleza le hace perder competitividad y le hace perder mercado para muchas de sus exportaciones, pues las mismas mercancías, producidas y exportadas por Perú y/o por Colombia entran con preferencias al mercado europeo.

Además, Ecuador ha sufrido la baja de sus ingresos de exportación como consecuencia de la caída del precio del barril de petróleo, y tiene que ser realista. No puede cometer el mismo error de Venezuela, de basar su desarrollo exclusivamente en la venta de petróleo, e incluso cuando el petróleo baja de precios en el mercado internacional, seguir amarrado a lo que suceda con los precios de este hidrocarburo, esperando ingenuamente que las cosas vuelvan a ser como antes. No. Ecuador, presidido por un hombre de buena formación económica y buena formación cultural en general, y con una dosis importante de pragmatismo, se da cuenta de que sus relaciones económicas internacionales tienen que estar al servicio del país, y no pude estar atado en ese campo a una arrogante consideración ideológica. En otras palabras, hay que buscar que el país se inserte en el comercio internacional contemporáneo con otros productos diferentes al petróleo, y eso implica buscar la creación de competitividad tanto por la vía de la modernización y la innovación tecnológica de los procesos productivos internos, como por la vía de la negociación bilateral o multilateral de las normas que presiden el comercio entre aquellos países que son o que pueden llegar a ser socios comerciales importantes para el país.

Los países del ALBA – que se han quedado sin líder, sin proyecto y sin plata- abandonan por esta vía una de sus ideas fuerza más largamente sostenida: la idea de que los tratados de libre comercio son un engendro de satanás para perjudicar a los países pobres y beneficiar a los países ricos. En realidad, ya con anterioridad Nicaragua, que también es miembro del Alba, había firmado y puesto en vigencia su adhesión al tratado de libre comercio que une a Estados Unidos con Centro América y República Dominicana. Ahora es Ecuador quien protagoniza políticas similares en el contexto de América Latina y del Alba. Bolivia y Venezuela siguen, sin embargo, tozudamente atados a la idea de que los tratados de libre comercio son intrínsecamente negativos. En el caso de Bolivia es comprensible una actitud de esa naturaleza, pues ese país todavía no sufre todo el impacto de la caída de los precios de los hidrocarburos y sigue vendiendo gas a Brasil y Argentina en condiciones favorables. Vivir de la exportación de materias primas todavía es viable como modelo de desarrollo para ese país. Pero si el precio del gas acompañara en mayor medida al precio del petróleo, la situación de Bolivia se complicaría, y pasaría a conocer una situación similar a la de Venezuela y de Ecuador. Venezuela es sin duda el caso más dramático y patético, pues sigue atado a la esperanza de que el mercado petrolero pueda cualquier día amanecer al alza y salvar a la revolución bolivariana. Mientras tanto, no implementa sino medidas de sobrevivencia, muchas de ellas sin sentido ni horizonte alguno, pero sin ni siquiera plantearse seriamente la posibilidad de buscar nuevas formas de insertase en las complicadas corrientes del comercio internacional contemporáneo.

El acuerdo recientemente firmado por Ecuador debe entrar en vigencia el 1 de enero del próximo año. En esa fecha caducan las preferencias arancelarias unilaterales que la Unión Europea concede a Ecuador. Eso implica que de no haberse firmado el acuerdo que comentamos, Ecuador no solo hubiera quedado sin las preferencias allí contenidas, sino que además hubiera perdido las preferencias arancelarias unilaterales hoy en día existentes.

El acuerdo firmado implicará que el 95 % aproximadamente de las mercancías exportables ecuatorianas entrarán con cero arancel al mercado de los 28 países que conforman- todavía- la Unión Europea, incluyendo allí los producto manufacturados y los productos derivados de la pesca, que son tan importantes en la canasta de exportaciones de Ecuador. El 5 % restante será objeto de un proceso gradual de desgravación que se tomará 17 años. En sentido inverso, solo el 60 % de las mercancías provenientes de la Unión Europea gozarán en forma inmediata del cero arancel. Eso permite proteger algunos productos - tales como la leche, el queso y el arroz - que Ecuador no veía como conveniente exponer de inmediato a la competencia externa. También el banano, producto crucial para Ecuador, gozará de preferencias en el mercado europeo, pero ellas se pueden suspender si se supera un determinado umbral de exportaciones.

Además de este acuerdo con la Unión Europea, Ecuador ha entrado en negociaciones con la EFTA, acuerdo de libre comercio entre Suiza, Noruega, Islandia y Leichtenstein, cuatro países que no pertenecen a la Unión Europea y que tienen su propio acuerdo de asociación y liberación comercial. Es decir, todo parece indicar que Ecuador ha cambiado su visión sobre los tratados de libre comercio, y busca ahora, por nuevas vías, una mayor y mejor inserción en los circuitos del comercio internacional contemporáneo.



viernes, 25 de noviembre de 2016

NACIONALIZAR DOLAR TODAY


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 24 de noviembre de 2016.)

Tiene razón el gobierno en estar tan enojado con dólar today.  Son muchas las empresas y las personas que toman decisiones económicas importantes a partir de la tasa de cambio que se publica en esa ya famosa página web. Todo ello, a pesar de que son evidentes las limitaciones y las inconsistencias que tiene la tasa de cambio allí publicada.

En primer lugar, la tasa de cambio de marras se basa en lo sucede en Cúcuta en materia de tasa de cambio entre el peso colombiano y el bolívar venezolano. No se trata, por lo tanto, de un indicador económico que pretenda dar cuenta de lo que sucede en el conjunto del mercado no oficial venezolano entre dólar y bolívar. Hay una cantidad grande de operaciones de cambio entre dólar y bolívar que se desarrollan en muchos otros puntos de la geografía venezolana, sobre todo en la capital, que no quedan en absoluto reflejadas en la tasa dólar today que - como ya hemos dicho - solo refleja lo que sucede en un muy particular mercado regional.

En segundo lugar, la tasa dólar today no se basa únicamente en la tasa Cúcuta, sino que divide matemáticamente esta última por la tasa que se presenta en Bogotá entre el peso y el dólar. Por esa vía llega a la tasa dólar bolívar. Todo lo que suceda con la relación peso-dólar en Bogotá, y en Colombia, termina afectando directamente la tasa dólar today, por la forma como ésta se calcula. Por lo tanto, esta última tasa está doblemente influenciada por los sucesos económico que suceden en el hermano país, lo cual convierte a la fulana tasa en un mal indicador para medir la relación de cambio entre el dólar y el bolívar en Venezuela.

Pero hay que reconocer que esto es en alta medida consecuencia de las disposiciones legales venezolanas que prohíben publicar cifras sobre la tasa de cambio no oficial. Eso es lo que impide que surjan y se publiquen otros indicadores internos – made in Venezuela - que se preocupen de generar y publicar datos creíbles sobre esta materia. En otras palabras, es la decisión gubernamental la que le otorga a dólar today prácticamente el monopolio de la información sobre este delicado tema.

Por ello creemos que la solución a todo este problema pasa por nacionalizar, liberalizar y democratizar la información sobre tasa de cambio dólar bolívar. Que la tasa de cambio se convierta en un dato que se genere y se publique por organismos venezolanos. Mientras más organismos asuman esa tarea en sana competencia – en forma trasparente, responsable y con metodologías conocidas y discutidas-  tanto mejor. Podrían los institutos de investigación universitaria, o las consultoras privadas, o los bancos, asumir responsabilidades en esta materia. Con ello se generaría una información más consistente desde el punto de vista metodológico y más afincada en la realidad venezolana. Nacionalizar sería una buena solución, pero estatizar – que a veces es un verbo que se confunde con el anterior - sería una pésima alternativa, pues la información que se genere nacería carente de toda credibilidad.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

LA IMPORTANCIA DE NO SER IMPORTANTES.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 23 de noviembre de 2016)


Si un país es importante en lo que respecta a la producción y exportación de cierto producto, exhibiendo un peso significativo en el mercado mundial correspondiente - como sucede, por ejemplo, con Venezuela y el petróleo- puede que tenga problemas y dificultades si se plantea aumentar su producción. Si quiere, eventualmente, aumentar la producción de dicha mercancía, en un 20 o 30 %, tiene que tomar en cuenta las consecuencias que ello tendría sobre el conjunto de dicho mercado, así como también sobre las acciones y reacciones que cabe esperar de los otros actores que ofertan el mismo producto. Puede que se llegue a la conclusión de que ese aumento traería consecuencias negativas - pues el mercado no tiene capacidad como para absorber esa mayor oferta- y por lo tanto el precio bajaría, los inventarios aumentarían y/o quedarían sin poder ser vendidos, todo lo cual terminaría siendo negativo para el país que protagonice este incremento de producción, y para las empresas que participan en dicho proceso. Esos son los costos o los inconvenientes de ser importante.

Distinto es el caso si un país exporta bienes en los cuajes no pesa en forma significativa en el mercado internacional correspondiente. Por ejemplo, si sus exportaciones representan menos del 1 % de las exportaciones mundiales. En el caso concreto de Venezuela hay varias decenas y centenas de productos que el país exporta que están en esas condiciones. En esos productos el país podría aumentar su producción y su exportación en un 50 % o en un 100 %, y lo más probable es que el mercado internacional tenga plena capacidad de absorber esa mayor oferta, sin que las condiciones generales que caracterizan ese mercado se vean alteradas. Más aun, exagerando quizás un poco las cosas, es posible que el mercado internacional ni se entere de este incremento de la oferta venezolana. Se trataría de una situación en que las potencialidades se basan precisamente en la importancia de no ser importante. Puede que duplicar la oferta de un determinado producto sea una situación sumamente importante para las cuentas externas de Venezuela - y para las empresas implicadas en el ese proceso- pero sin que eso sea igualmente importante para el mercado mundial en que esa mercancía se inserta.

Así, por ejemplo, en el capítulo 29 del arancel de aduanas, referido a productos químicos orgánicos -  que es el más importante para Venezuela después del capítulo 27, referido a petróleo y sus derivados – las exportaciones principales son las de alcoholes acíclicos y sus derivados, donde Venezuela exportó 494 millones de dólares en el año 2015. Pero esas exportaciones representan el 1,9 % de las exportaciones mundiales de dicho producto. Venezuela se ubica en el lugar 19 del ranking mundial de exportadores de dicha mercancía. Si Venezuela aumentase dichas exportaciones en un 20 %, eso sería significativo para nuestro país, pero sería un dato modesto para el mercado mundial correspondiente.

Veamos otro ejemplo: el capítulo 76 del arancel de aduanas, correspondiente a aluminio y sus manufacturas. En ese capítulo la principal exportación venezolana es el aluminio en bruto, mercancía de la cual se exportaron en el año 2015 un total de 219 millones de dólares. Esa cantidad, siendo importante para Venezuela, representa el 0.5 % de las exportaciones mundiales de ese rubro arancelario, y Venezuela se ubica en el lugar 35 entre los exportadores mundiales correspondientes. ¿Hay, por lo tanto, espacio en el mercado mundial para que ese productor, que abastece el 0.5 % de este, aumente su oferta en un 20, 30 o 40 %? Creemos que sí, pues se trata, nuevamente, de un aumento importante de un productor no importante.

Todo esto nos lleva a que hay posibilidades serias, y no meramente fantasiosas, como para que Venezuela dé un salto hacia adelante importante en lo que respecta a sus exportaciones no petroleras.

Si en el 2016 se llega a un total de exportaciones diferentes al petróleo y al oro de 2.500 millones de dólares – que es lo realista de suponer - y si dichas exportaciones crecen a partir del próximo año a una tasa interanual de 10 %, al cabo de 10 años se llega un nivel de exportaciones de 6.484 millones de dólares. Esa cantidad es menor que la exhibida por Venezuela en el año 2005, razón por la cual creemos que es una meta que la economía venezolana está en condiciones de superar.

Si la tasa de crecimiento interanual de las exportaciones fuese de 15%, al cabo de 10 años se llegaría a un nivel de exportaciones de 10.113 millones de dólares.  Y si la tasa de crecimiento interanual de las exportaciones fuese de 20% - lo cual luce como una tasa enteramente posible de alcanzar - al cabo de 10 años las exportaciones no petroleras y no auríferas serían de 15.479 millones de dólares. Dado que de las muchas mercancías que Venezuela exporta solo es importante en el mercado del petróleo y sus derivados, en todos los demás rubros puede aumentar su producción sin alterar los datos básicos del respectivo mercado. Crecer al 20%, en forma sostenida durante 10 años es, por lo tanto, posible y deseable, sobre todo si se piensa seriamente en superar el modelo rentista petrolero. Pero obviamente nada de ello sucederá en forma espontánea - ni como regalo del cielo, ni como consecuencia del mero funcionamiento libre y automático de las fuerzas del mercado - sino que requiere acciones claras y sostenidas en el campo de la política económica como para lograrlo. Más aun, se necesita de una política de estado, asumida como tal por el conjunto de las fuerzas políticas y económicas del país. 










jueves, 17 de noviembre de 2016

CUENTOS CHINOS.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 17 de noviembre de 2016)

 Hay anécdotas históricas que son muchas veces puras invenciones - desde el principio al fin - pero que aun así, cumplen un rol positivo, pues dejan ciertas moralejas o enseñanzas que pueden ser útiles para alumbrar situaciones presentes o futuras. Una de ellas dice relación con el Presidente Mao, el legendario líder chino. Antes de que la victoria jalonara definitivamente sus esfuerzos, tuvo que pasar por luchas largas y difíciles. En medio de ellas, se tuvo que participar en diálogos, pactos y negociaciones con otros líderes o políticos chinos, que tenían intereses o perspectivas distintas respecto al futuro de China, pero que coincidían con Mao en ciertos aspectos de la lucha de un cierto presente. Uno de esos líderes fue Chiang Kai Shek, dirigente del Kuomintang.
Cuenta la historia - o la mitología, o la fantasía - que en uno de los encuentros de ambos líderes chinos, encaminados a formar una alianza para luchar de conjunto contra la invasión japonesa, Chiang le exigió a Mao que lo recociera como líder absoluto de toda la coalición, a lo cual Mao no opuso objeción alguna. Luego Chiang exigió que en su uniforme Mao usara menos estrellas que en el uniforme de aquel, con lo cual este estuvo totalmente de acuerdo.  Luego se planteó que en los discursos Mao debía dirigirse a Chiang como al líder del pueblo chino, cuestión que Mao estuvo totalmente dispuesto a aceptar. Finalmente, Chiang le exigió a Mao que disolviera el Ejército Rojo, ante lo cual Mao le respondió que por ningún motivo. Allí residía todo el problema, o por lo menos el problema central del poder.  Allí estaba la fuerza de Mao. Todo lo demás era absolutamente adjetivo.
Moraleja 1: hay que saber distinguir lo importante de lo secundario, o lo sustantivo de lo adjetivo.
Moraleja 2: hay que saber ceder en lo adjetivo para concentrar los esfuerzos durante la negociación en los aspectos realmente sustantivos.
Moraleja 3: el dialogo, la alianza o la negociación no definían las metas a futuro de ninguna de las partes. La lucha continuaba más allá de ese momento de negociación. La negociación era un momento de la lucha y de la vida, pero no el final de la misma. Hubiera sido infantil o ingenuo pretender que en esa negociación Mao iba a obtener todos sus objetivos y sus metas de corto y de largo plazo.
Supongo - agregándole ya cosas por mi cuenta a lo anecdótico, lo fantasioso o lo histórico - que Mao debe haber contado permanentemente con un importante estado mayor, y que ninguno de sus miembros, ni antes ni después de la negociación, cualquiera que haya sido el resultado de la misma, formuló críticas a lo que se acordó o se dejó de acordar en esa reunión. 
El final de la historia es conocido. Mao continuó al frente del Ejército Rojo, y se ganó en la batalla contra los japoneses y contra el Kuomintang al apoyo mayoritario del pueblo chino.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

MERCADO APTO PARA ESPECULADORES


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 16 de noviembre de2016)

En los mercados mundiales del petróleo, cobre, fierro y otras materias primas- y en general en el mercado internacional de los commodities-  no solo actúan los países o empresas productoras, por un lado, y los eventuales usuarios o compradores por otro. Esa es una visión demasiado idílica del funcionamiento de los mercados. Para bien o para mal, hay otros actores que también deben ser necesariamente considerados: se trata de los fondos especulativos, que actúan tanto como demandantes o como ofertantes, sin ser productores ni usuarios de ninguna mercancía en particular.  
Hay quienes tienen frente la palabra “especulación” la misma reacción que si escucharan hablar de la mafia, del crimen organizado, o de tenebrosas asociaciones ilícitas y subterráneas destinadas a enriquecerse a costa del resto de la población, por medio de acciones de carácter delictivo.  En realidad, por lo menos en el campo de la economía, lo especulativo no tiene ninguna de esas connotaciones negativas. Más aún podemos decir que la presencia de los especuladores es absolutamente normal en el campo de la economía. Los especuladores son agentes económicos que compran en el presente ciertos activos – pueden ser bonos, monedas, minerales, alimentos, bienes raíces, obras de arte, o cualquier otro bien – no para consumirlos ni para incorporarlos a otros procesos productivos, sino para poder venderlos en un futuro cercano.  La esencia de dicho proceder es que los especuladores apuestan a que en el mercado se presentará un alza del precio de los bienes o activos que ellos están comprando, de modo que los podrán vender en un futuro cercano a un precio mayor. Siempre es posible que el precio baje, y que los especuladores pierdan, pero estos no se sientan a esperar lo que el mercado les depara sino que, por lo general,  su propio accionar les permite obtener los resultados que ellos esperan. Según Keynes, los especuladores son agentes económicos que creen conocer el mercado mejor que el mercado mismo.
Cuando los especuladores logran comprar una parte muy poco significativa del total de lo producido o de lo ofertado en el mercado, el precio en dicho mercado sigue en lo fundamental determinado por la oferta de los productores y por la demanda de quienes desean usar prontamente ese bien para efectos de consumo final o de consumo intermedio. En otras palabras, los especuladores - si bien existen y obtienen ganancias - no tienen capacidad, en las circunstancias mencionadas, como para incidir en forma significativa el precio del mercado.
El problema se complica cuando los especuladores tienen un poder de compra de tal magnitud, que las cantidades que compran hoy en día en el mercado - o las cantidades que están en condiciones de lanzar al mercado en un futuro - son lo suficientemente grandes como para incidir en forma sustantiva en el precio de la mercancía. En esas, circunstancias los especuladores se convierten en agentes que pueden influir sobre el resultado de la apuesta que ellos mismos han realizado, lo cual implica una distorsión grave en el funcionamiento de cualquier mercado.
Las apuestas de los especuladores pueden ser de muy variado tipo. Pero lo más clásico o usual es que si visualizan que los precios de mercado de una determinada mercancía tienen una tendencia a subir o, dicho en otras palabras, si hay fuerzas en el mercado que apuntan hacia el alza del precio de un determinado producto, entonces es el momento precisamente de comprar, para poder vender cuando esa alza de precios efectivamente se materialice.  Si actúan en esa forma y de acuerdo a esa lógica, su propia demanda se convertirá en una fuerza que empuje en dirección al alza de los precios, con lo cual su visión del mercado se convertirá en una profecía auto cumplida. Los incrementos de precios serán en esa medida más rápidos o más explosivos que si esos especuladores no existieran.
Durante unos cuantos años del siglo XXI las materias primas que América Latina estaba y está en condiciones de exportar presentaron una clara tendencia alcista. Se trataba de un período de alta demanda, dada por el crecimiento de la economía china, y de alta presencia en el mercado de fondos especulativos que buscaban oportunidades de inversión rentable más en los países en desarrollo que en los países desarrollados. Subió en el mercado internacional no solo el precio del petróleo, sino también el precio del cobre, de la soya, del hierro, etc. Pero si los precios del barril de petróleo estuvieron cerca de los 150 dólares por barril - hace algunos pocos años atrás - no se debió a que la demanda final hubiera sido dos o tres veces la que impera hoy en día en el mercado internacional del crudo, ni porque la oferta hubiera sido la mitad o menos de lo que es hoy en día. Esos precios se explican en alta medida por la presencia, en esos momentos, de compras especulativas en dicho mercado.
Pero ahora, cuando los chinos no han dejado de crecer - pero han moderado su ritmo de crecimiento - y cuando los capitales especulativos en todo el mundo tienden a girar hacia las economías de los países desarrollados, el peso de los especuladores sobre el mercado de materias primas parece haberse reducido, aun cuando cuándo conservan una presencia más modesta y nunca terminan por desaparecer del todo. En este nuevo cuadro internacional, los cambios en el precio internacional del petróleo o de otras materias primas será más lento o menos explosivo que en otras ocasiones – sobre todo de la década pasada - y estará en mayor correspondencia con lo que suceda en el lado de la producción y del consumo. Así que el gobierno de Venezuela y Pdvsa pueden soñar con un petróleo a 70 u 80 dólares por barril, siempre que lo hagan sin desespero y que entiendan que esas son metas que si se consiguen, lo hacen, por ahora, paso a paso.




















jueves, 10 de noviembre de 2016

LOS MUERTOS GOZAN DE BUENA SALUD


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 10 de noviembre de 2016)

En un momento se dijo que una cierta página web extranjera - que publica diariamente la relación de cambio entre el bolívar y el dólar - era la causante de todos los males que enfrentaba la economía venezolana.
Poco después el discurso cambio: se pasó a decir que esa perversa página web había sido derrotada. Más de alguno, que nunca falta, seguramente llegó a pensar que sería bueno proponer un desfile de honor, en que las tropas victoriosas que habían participado en esa singular batalla entraran desfilando a Caracas para recibir el calor y el aplauso del pueblo entusiasmado y agradecido.
Pero resulta que esa página web no estaba derrotada. No estaba muerta, sino que andaba de parranda. Sin previo aviso, el bolívar pasa a tener en esa siniestra página una cotización con el dólar que sin duda alguna debe preocupar a aquellos que piensan que los grandes problemas que enfrenta la economía venezolana tienen que ver con lo que publica o deja de publicar una cierta página web, de los cientos de páginas web existentes en el mundo que publican comentarios e informaciones sobre la economía venezolana.
¿Porque la fulana página web volvió a dar datos alcistas sobre a relación entre el dólar y el bolívar fuerte? Algunas hipótesis que se pueden esbozar al respecto serían las siguientes: primero, la situación política. Pareciera que una cantidad importante de empresas y ciudadanos venezolanos se convencen de que es mejor esperar que la aguas se aquieten pero con sus churupos fuera del país. Salga sapo o salga rana, es mejor esperar afuera. En segundo lugar, la situación económica. Hay empresas que tienen compromisos en dólares y tienen que pagarlos a cualquier precio, pues las relaciones con sus proveedores internacionales son suficientemente valiosas como para no ponerse graciosos en ese campo. También hay empresas que necesitan insumos para mantener sus actividades productivas dentro del país, y compran dólares para adquirir esos insumos, convencido de que podrán resarcirse posteriormente de esos gastos por la vía de los precios finales que le pongan a sus productos. La política que se comienza a implementar – aun cuando sin mucha bulla- de permitir importaciones de bienes que posteriormente se venden a precios de mercado internacional, favorece ese tipo de operación. En tercer lugar, la mala imagen. El episodio de la renegociación de los bonos de Pdvsa, y el nivel no precisamente elevado de las reservas del Banco Central de Venezuela, contribuyen poderosamente a vender la imagen de que las cosas no están muy buenas. De que dólares no hay, o son muy escasos. Y lo escaso tiende a subir de precio. Una cuarta hipótesis: la apertura de la frontera con Colombia ha contribuido a que el bolívar se haga abundante en las ciudades fronterizas y eso hace que su `precio baje. Una última hipótesis: la liquidez monetaria parece retomar su ritmo acelerado de crecimiento, pues el gobierno no puede vivir sin déficit y sin emisión monetaria, y parte importante de esa liquidez se traslada al mercado cambiario.   

viernes, 4 de noviembre de 2016

847 MEDICOS MENOS


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 4 de noviembre de 2016)

 En Chile, los médicos graduados en el extranjero, que aspiran a trabajar en el sistema público de salud, deben rendir y aprobar una prueba de conocimientos que se lleva adelante una vez al año bajo la responsabilidad de un organismo denominado Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina, Eunacom, cuyo Consejo Directivo lo conforman los Decanos de la Facultades de Medicina del país.
La próxima versión de esa prueba se llevará a efecto el 14 de diciembre. Hay inscritos para participar en ella un total de 2.448 galenos. De ellos 847 son venezolanos, los cuales constituyen el sub grupo nacional más numeroso dentro de los participantes. En el año anterior participaron 338 venezolanos. Ambas cifras no se pueden sumar, pues hay médicos que no aprobaron la prueba en el 2015 y la vuelven a presentar en el 2016. Pero la solo presencia de 847 médicos venezolanos en territorio chileno, tratando de generar condiciones que les permitan trabajar a mediano y largo plazo en ese país, es una situación que merece ser analizada con detenimiento y preocupación. Ya no se trata de casos particulares y aislados, sino que las cifras mencionadas dan cuenta de un problema de emigración masiva de talentos.
Dicha emigración de médicos es, por un lado, un hecho representativo de que en Venezuela dichos profesionales no obtienen las remuneraciones que se corresponden con sus muchos años de estudio y con su elevada capacitación profesional. Y esa falta de remuneración adecuada se debe, a su vez, a la falta de presupuesto del conjunto del sector salud, que camina irremediablemente en dos direcciones opuestas: por un lado, hacia la pauperización y la crisis del sistema de público de salud, y por otro, hacia el desarrollo del sistema privado de salud.
Pero no se trata solo de un problema de buscar un lugar en el mundo donde su trabajo pueda ser bien remunerado, lo cual es una búsqueda justa y legítima. Los médicos que aceptan sacrificar su remuneración en aras de trabajar en su propio país, se enfrentan con la falta de equipos, insumos y medicamentos en los hospitales y centros de salud, y con la desidia más absoluta de los medios oficiales frente a esa situación. No son solo los médicos los que han devenido en no importantes para el gobierno, sino que el conjunto de la salud pública ha dejado de ser una prioridad para las esferas oficiales.
Frente a esta situación las reacciones son variadas. Hay quienes buscan solución por la vía represiva, postulando que hay que impedirles la salida de Venezuela, y/o imponerles, a quienes quieran salir, que paguen elevadas cantidades de dinero que compensen el costo de la educación que se les ha proporcionado. En otras palabras, que compren su libertad. Hay otros que creen que las condiciones en el país pueden cambiar de modo de volver a darle a cada quien una remuneración acorde con sus estudios y con lo delicado de su función social. Desgraciadamente esta última visión del problema, siendo positiva y optimista, si es que se hace realidad, puede detener la salida de profesionales, pero es muy difícil que los médicos que salieron del país y que se asentaron profesionalmente en el extranjero y que han formado allí una familia, vuelvan a los primeros síntomas de cambios relevantes en Venezuela. Se trata de un capital que a Venezuela le costará recuperar.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL COMERCIO DE VENEZUELA CON BRASIL


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 2 de noviembre de 2016)

Desde que Venezuela empezó a coquetear con el Mercosur, Brasil ha sido su principal socio comercial dentro de esa agrupación sub regional. Pero la caída de todas las magnitudes del comercio exterior venezolano, en los años recientes, ha terminado por afectar inevitablemente también al comercio con Brasil.
Las exportaciones venezolanas a Brasil estaban en un nivel de 1.180 millones de dólares en el año 2013. En el año siguiente se mantuvieron casi en el mismo nivel, llegando a 1.174 millones de dólares. Pero en el año 2015 se produjo una caída sustantiva y las exportaciones a Brasil llegaron solo a 679 millones de dólares. Es aceptable la hipótesis de esa caída se debe en alta medida al menor precio del petróleo en el mercado internacional, pues gruesa parte de las exportaciones a ese país vecino están constituidas por petróleo y sus derivados. El 83%, el 75 % y el 82 % de las exportaciones venezolanas a Brasil fueron petróleo en los años 2013, 2014 y 2015, respectivamente. Se deduce de lo anterior que siendo Brasil un mercado relevante en términos brutos, no es un mercado igualmente relevante desde el punto de vista de las exportaciones no petroleras venezolanas. Estas últimas suman 197 millones de dólares, 293 millones de dólares y 116 millones de dólares en los años 2013, 2014 y 2015 respectivamente.
Desde el punto de vista de las importaciones desde Brasil, Venezuela ha comprado en ese mercado mucho más que lo que ha vendido en el mismo. La balanza comercial ha sido tradicionalmente favorable a Brasil. En el año 2013 las importaciones venezolanas desde Brasil fueron 4.849 millones de dólares, y al año siguiente habían bajado levemente, llegando a 4.632 millones de dólares. El gran bajón tuvo lugar en el año 2015, en que esas compras en Brasil llegaron solo a 2.986 millones de dólares. Si bien siguen siendo volúmenes de ventas bastante importantes para Brasil, ya Venezuela no es un mercado comprador de la misma magnitud que cuando comenzó su intento de incorporación al Mercosur.
En el primer semestre del año en curso, el comercio con Brasil no ha mejorado. Según Trade Map, - - sistema estadístico mundial organizado por el PNUD y la OMC – en el primer semestre del año 2015 las exportaciones totales venezolanas hacia Brasil sumaron 385 millones de dólares. En el mismo período del año 2016, solo llegaron a 232 millones de dólares. Una baja de aproximadamente 40 % en el transcurso de un año. En ese primer semestre del año 2015, esas exportaciones incluían 308 millones de dólares en petróleo, es decir, aproximadamente un 80 % de las exportaciones totales. En el primer semestre del año 2016 las exportaciones petroleras a Brasil sumaron 145 millones de dólares, lo cual representa el 62 %del total exportado a dicho país.  Esas cifras - que ya representan una baja desde cualquier punto de vista en el 2016 con respecto al 2015 - hacen suponer que los niveles totales de exportación que se presentaron durante el 2015 no se alcanzarán en el 2016.
Desde el punto de vista de las importaciones venezolanas procedentes de Brasil el primer semestre del 2016 señala un monto de 528 millones de dólares, mientras que en el mismo período del año anterior esas compras sumaron 1.311 millones de dólares. Una baja cercana al 60 % en el transcurso del presente año. Nuevamente se subraya el hecho de que Venezuela, con su crisis económica y con su falta de reservas liquidas, ha dejado de ser un alegre comprador de todo lo que el Mercosur en general, y Brasil en particular, podían venderles, como sucedía en los primeros años de la década.
Ya hemos dicho que las ventas venezolanas a Brasil están constituidas básicamente por petróleo. Las ventas brasileñas a Venezuela, su vez, están constituidas básicamente por carne y despojos comestibles (Capitulo 02 del arancel de aduanas).
Este cuadro de la relación comercial con Brasil - el mayor de los países del Mercosur, y el más importante socio de Venezuela en esa agrupación sub regional - es representativo de lo que sucede con toda la relación entre Venezuela y el Mercosur. En época de crisis -  no solo de Venezuela sino también de los otros países del Mercosur - el comercio entre los países miembros no aparece como el mercado seguro con el cual se puede contar cuando el resto de los compradores y proveedores del mundo retroceden o se alejan.  Lejos de ser así, pareciera que el comercio con sus socios regionales sufre la misma o peor reducción que el comercio con el resto del mundo. La integración regional no aparece como la zona de seguridad en la cual pueden refugiarse los países cuando los vientos globales soplan en su contra. Para Venezuela -que tradicionalmente compraba más de lo que vendía a Brasil y a los otros países del Mercosur – la obligación de reducir sus compras es más obligante aun, pues no tiene fondos líquidos como para sostener una balanza comercial deficitaria, que obviamente los restantes socios del Mercosur no quieren o no pueden sostener con créditos de ninguna naturaleza. 

sábado, 29 de octubre de 2016

NEGOCIAR CON CHINA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 28 de octubre de 2016)

La política más corriente que impera a nivel internacional, en materia de aranceles aduaneros, es ponerle aranceles elevados a los productos manufacturados y aranceles sustantivamente más reducidos a las materias primas.  Eso se supone que potencia las importaciones de materias prima, y protege la producción manufacturera interna. Es una forma de decirle al resto del mundo, sobre todo a los países en desarrollo, que se espera de ellos que continúen en su rol tradicional de productores y exportadores de materias primas pero que no intenten producir bienes manufacturados, pues la entrada de estos últimos a los grandes mercados consumidores les será sumamente difícil.
China no es una excepción en esta materia. Un reciente informe del BID expone que los bienes manufacturados tienen en ese país un arancel aduanero promedio de 11 %, mientras que los bienes intermedios solo pagan en aduana un arancel de 4.9 %. Las materias primas, a su vez, pagan un arancel aduanero promedio de 1.09 %.
América Latina ha exportado a lo largo del siglo XXI una gran cantidad de productos primarios al mercado chino: hierro, petróleo, cobre, soya, entre otros. Eso fue un buen negocio para los países latinoamericanos mientras estos productos tuvieron altos precios en el mercado internacional. Hoy en día, con precios deprimidos, se descubre una vez más que ese esquema de división del trabajo en el comercio internacional no es una buena cosa para los países en desarrollo.  Sería mucho mejor si los productores de cobre, de petróleo o de soya pudieran exportar esos mismos bienes pero con un mayor valor agregado, es decir, con un mayor grado de manufacturación. Pero esos productos tendrían que vencer una barrera arancelaria más alta si pretenden entrar al mercado chino y/o de la mayoría de los grandes mercados internacionales.
Una solución a esta situación es negociar tratados de libre comercio con China, lo cual permitiría entrar a ese mercado con productos con mayor grado de manufacturación que no pagarían arancel alguno. Ese es el camino que han emprendido países latinoamericanos como Chile, Perú y Costa Rica. Pero eso implica – como reciprocidad- que los países latinoamericanos tienen que abrir en mayor medida sus mercados a las mercancías provenientes de China, que es una cosa que muchos países temen. En realidad, poner a los productos chinos a competir en nuestros mercados con los productos europeos o norteamericanos no es necesariamente una mala cosa.
Venezuela - que ha exhibido tradicionalmente una antipatía visceral a los tratados y acuerdos de libre comercio – se encuentra en una situación muy peculiar como para negociar comercialmente con China. El comercio entre ambos países ha llegado a ser elevado y Venezuela necesita con desesperación mercados hacia donde canalizar sus intentos de incrementar sus exportaciones. Sin embargo, existe un problema: ya Venezuela ha entregado todas las pruebas de amor que se le han solicitado y tiene poco que negociar que los chinos no hayan ya conseguido. Pero quizás todavía es tiempo de poner orden en esa situación y negociar una situación de ganar-ganar.

viernes, 28 de octubre de 2016

LOS COMPROMISOS PENDIENTES CON EL MERCOSUR


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 26 de octubre d 2016)

Los cuatro países fundadores del Mercosur han hecho saber que esperan que en diciembre  culmine el proceso de adhesión de Venezuela a todos los acuerdos y protocolos que el Mercosur ha ido aprobando a lo largo de su existencia. Para bien o para mal, no parece posible adherir a todos esos acuerdos por la vía de un solo y único acto jurídico o político. Cada acuerdo requiere de una decisión específica de los órganos estatales venezolanos que correspondan para que pase a estar plenamente vigente dentro del orden legal de este país y/o para que Venezuela adquiera la totalidad de los deberes y derechos establecidos en la estructura legal del Mercosur.
Luce obvio que todos los países miembros de una agrupación como el Mercosur deben tener los mismos deberes y derechos, tener disponibles los mismos instrumentos y actuar en el campo del comercio internacional en base a los mismos compromisos. Eso es lo serio. Pero hasta hace uno o dos años atrás esas cosas no importaban demasiado pues Venezuela siempre fue un socio un tanto especial en el seno del Mercosur.  Brasil y Argentina nunca le exigieron que se pusiera al día en materia de vigencia de todos los acuerdos que estar en el Mercosur entrañaba. Lo importante era ser un buen socio político, para actuar como aliados en otros foros internacionales y/o para fijar posiciones comunes en los temas que la realidad ponía sobre el tapete de los debates latinoamericanos. Por otro lado, ser un importante y generoso mercado, que compraba de todo, en grandes cantidades, que tenía gran capacidad de pago, y que realizaba compras por la vía de organismos estatales, en las cuales los precios, las cantidades, las condiciones de pago y el país desde donde se importaban las mercancías eran cuestiones que en última instancia se decidían políticamente. Era bueno para Argentina y para Brasil tener un socio de esa naturaleza, aun cuando no estuviera al día en la puesta en vigencia de todos los acuerdos del Mercosur.
Pero como las cosas cambiaron, ahora hay que ponerse serios. Ahora la billetera fácil ya se agotó, los chistes ya no parecen tan graciosos, y ha ganado espacio el deseo de no aparecer en la misma foto con quien está acusado de ser tan poco respetuoso de los derechos civiles y políticos y de los preceptos establecidos en su propia constitución.  La diplomacia basada en las buenas relaciones personales entre unos pocos gobernantes, está tratando de ser sustituida por normas claras que presidan en forma permanente e impersonal las relaciones y compromisos que se establezcan en el seno del Mercosur.
Ahora los aspectos jurídicos del Mercosur y el respeto a los derechos democráticos en todos y cada uno de los países miembros han pasado a tener una ponderación mayor. Y la diplomacia proporciona hoy en día herramientas y procedimientos como para conseguir ciertos objetivos sin ni siquiera mencionarlos. En otras palabras, la presión a Venezuela para que mejores sus estándares en materia de derechos civiles, derechos humanos y respeto a la constitución, puede llevarse a cabo sin mencionar directamente esos temas. Basta con poner en el centro del debate, la adhesión de Venezuela a los diferentes acuerdos e instrumentos del Mercosur.
En materia de adherir a los acuerdos del Mercosur Venezuela ha puesto en vigencia muchos acuerdos de este organismo. Pero hay un acuerdo, el Acuerdo de Alcance Parcial 18, que es la real acta constitutiva del Mercosur. Allí están presentes con total claridad los deberes y derecho que adquieren los países que son o pasan a ser socios del Mercosur. En el momento en que ese AAP18 se firmó, su estructura era más simple. Hoy en día se le han ido agregando cientos de protocolos adicionales, sobre aspectos administrativos, sanitarios, técnicos, etc.  que también han pasado a formar parte del AAP 18.
¿Y porque Venezuela se ha demorado tanto en adherir a ese AAP 18? Hay varias razones, o por lo menos varias hipótesis que pueden explicar esta situación.  La primera, es que Venezuela ha adquirido muchos y muy desordenados compromisos comerciales con diferentes países - los cuales implican diferentes tasas de cambio, tasas arancelarias, formas de pago, créditos, rebajas, preferencias, normas técnicas, normas sanitarias, etc. -   todo lo cual es difícil de introducir y de ordenar en el cuerpo normativo del Mercosur. Una segunda razón, es que hasta hace un par de años atrás, esas diferencias en cuanto al momento en que se pondría en vigencia tal o cual norma jurídica se resolvía con una llamada telefónica entre los presidentes, sobre todo con quienes gobernaban en Brasil y en Argentina, cada uno de los cuales tenia razones poderosas como para no estar molestando a Venezuela y a sus gobernantes con ese tipo de minucias. Eso generó la mala costumbre de no pararle mucho a las cuestiones jurídicas. 
Probablemente la presión a Venezuela para que cumpla prontamente con poner en vigencia, en su propio ordenamiento jurídico, el ordenamiento jurídico del Mercosur no llegue a concretarse en una expulsión. Expulsar a Venezuela sería una derrota también para el propio Mercosur, pero está claro que esta agrupación sub regional quiere dejar de ser un mero club de amigos y avanzar en el terreno de la institucionalidad interna y de la mayor homogeneidad democrática. 




jueves, 20 de octubre de 2016

COMIDA A PRECIOS INTERNACIONALES


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 20 de octubre de 2016)

 Permitir que ciertos agentes económicos puedan comprar en el mercado internacional ciertos bienes alimenticios y puedan posteriormente venderlos en el mercado nacional, tomando el precio internacional como el costo de referencia para calcular el precio de venta, es lo más natural del mundo.  Es lo que sucede en la mayor parte de los países civilizados del planeta tierra. Pero en la Venezuela actual el sistema se ha anunciado como si fuera algo parecido a la llegada de los marcianos. Y tienen razón en anunciarlo en esa forma, pues aquí todo lo normal se vuelve complicado, y el agua tibia se descubre por lo menos dos o tres veces por año. Tanto es así, que esa operación, que debería ser lo más natural del mundo, motiva en la cabeza del observador de a pie una serie de dudas y suspicacias.
Así, por ejemplo, no está claro quiénes son los agentes económicos que están autorizados para protagonizar este tipo de operación comercial. ¿Es el gobierno únicamente?  ¿O son agentes privados autorizados por el gobierno? ¿Y en este último caso, de donde se sacarán los dólares para comprar aquellos bienes importados? ¿Serán dólares que el gobierno facilitará para estos efectos? ¿O serán dólares que cada uno sacará de donde pueda? ¿Y cuáles serán los requisitos para poder optar a estos dólares, si es que los vende el gobierno? ¿A qué precios se venderán esos dólares a los eventuales importadores?
Si es que los dólares no los venderá el gobierno - sino que cada uno los sacará de donde pueda - entonces viene la duda respecto a las opciones que se abren con respeto a los bolívares que se obtendrán como resultado de toda esta operación. ¿Podrán volver a convertirse en dólares? ¿A través de que mecanismo? ¿A qué precio? ¿O el que gasta sus dólares en esta operación se quedará con bolívares de ahí para adelante? ¿Y al que saca dólares de alguna parte y participa en este negocio, no le preguntará en Seniat de dónde sacó los dólares? ¿Y los bolívares que obtenga podrán ser utilizados con entera libertad para comprar de ahí en adelante lo que se estime conveniente en el mercado nacional?
¿Y qué pasará con los empresarios que producen bienes similares a esos que serán importador y vendidos a precios internacionales? ¿A qué precio podrán vender? ¿Seguirán vendiendo a precio nacional? ¿O tendrán su veranito en el cual podrán vender a precio internacional, independientemente de los costos en que haya incurrido para producir aquellos bienes? ¿Hasta cuándo? ¿De ahí para adelante, o solamente los fines de semana que al gobierno se le ocurra?
Esta dolarización parcial y ocasional de la economía nacional puede que sirva para dar un respiro a los mercados, y para que aparezcan ciertos bienes alimenticios o medicinales que están perdidos hace mucho tiempo. Obviamente esos bienes llegarn a los anaqueles a precios elevados, con lo cual el ingreso real de los trabajadores que viven de un sueldo fijo - el cual obviamente no está dolarizado -sufrirán un nuevo golpe cochinero.
Si el sistema permite algún respiro, ¿por qué no puede mantenerse por tiempo indefinido? Volvemos al principio. Si toda esta operación es con dólares oficiales, la respuesta es que no hay dólares suficientes, por lo menos a la tasa oficial.  Si toda la operación es con dólares particulares, la respuesta es que el juego durará mientras dure la conveniencia de ciertos agentes económicos de convertir dólares en bolívares. En ese campo, hay que tener en cuenta que las leyes contra las operaciones en dólares y contra el lavado de dinero hacen que sea muy peligroso el invertir mil dólares en traer papas o azúcar desde Colombia, pues puede que a algún funcionario ingenioso se le ocurra expropiar los dólares y/o la mercancía y de ñapa meter preso al protagonista de toda esta operación. Pero, aun así, es posible que muchos empresarios se sientan interesados en participar en el sistema. Más aun, hay muchos agentes económicos - empresarios o no - que pueden pensar que este ingenioso sistema se creó precisamente para sacarles las patas del barro a ellos.
La realidad de las cosas es hay una estrechez muy grande de liquidez monetaria en el mercado monetario y hay muchos ciudadanos que tienen compromisos en bolívares - sobre todo con la banca - que solo se podrían solventar por la vía de vender algunos dólares que hoy en día reposan en el extranjero. Si en vez de traer dólares traen mercancías, se incrementa más aun lo que se puede obtener en bolívares, y las urgencias de pagos en bolívares se pueden solucionar, por lo menos hasta una próxima oportunidad. Además, si traen directamente sus dólares desde el exterior, tratando de venderlos dentro del país, harían bajar el precio de esa divisa, lo cual no es necesariamente un objetivo que todo el mundo comparta. Al traer mercancías, la liquidez monetaria que enfrenta el sistema no sufriría modificación, pero se daría una redistribución de esa masa monetaria, permitiendo a algunos el pago de sus deudas y posibilitando a todos los ciudadanos que vuelvan a encontrar en los anaqueles mercancías que se habían perdido de vista desde hace mucho tiempo, sin necesidad de hacer colas.