viernes, 21 de febrero de 2014

BOLIVIA NO ES VENEZUELA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 21 de Febrero de 2014.)


En el plano de la política internacional Bolivia sufre las consecuencias de estar siempre demasiado cerca  - y seguir una política demasiado parecida -  a la política exterior de Caracas, lo cual ha llevado al Presidente Morales a no poder reflejar internacionalmente la frescura y la originalidad de su presencia en la política altiplánica.  Sin embargo, en lo que respecta a la política económica interna Bolivia parece haber llevado adelante en los últimos años una política bastante sensata, que le ha dado bastante buenos resultados, y que lo aleja de las políticas seguidas en Argentina o en la propia Venezuela, consistentes en farrearse alegremente los ingresos provenientes de la buena racha de sus exportaciones, emitir irresponsablemente dinero interno, y generar inflación,  alza del dólar y caída de las reservas. Nada de eso parece estar en el presente ni en el futuro cercano de la economía boliviana. 
En materia de exportaciones Bolivia ha visto sus ingresos externos aumentar desde 2.800 millones de dólares, aproximadamente, en el año 2005, a 11 200 millones de dólares en el año 2012. Los ingresos provenientes de las exportaciones se han multiplicado casi por cuatro en el transcurso de 8 años lo cual es un salto impresionante y sustantivo para  cualquier país, situación en la cual el gas, y sus ventas a Argentina y a Brasil – que son sus principales socios comerciales-  tienen una alta incidencia. Eso, en otros países daría como para volverse locos gastando y celebrando, pero parece que eso no ha pasado en el caso boliviano. Era inevitable, sin embargo,  que parte de esa riqueza se tradujera en incremento de las importaciones. Efectivamente éstas aumentaron desde el modesto nivel de 2.400 millones de dólares en el 2005 a 8.200 millones de dólares en el año 2012, lo cual implica que se ha mantenido siempre un excedente en materia de cuenta comercial de la balanza de pagos.  En otras palabras, las importaciones han aumentado, pero no tan rápido como las exportaciones.
A lo anterior se agrega un incremento relevante en los ingresos que Bolivia recibe anualmente por concepto de remesas de bolivianos que se encuentran en el exterior. Esos ingresos ascendían a 277 millones de dólares en 2005 y superan en el 2012 los mil millones de dólares. Además, también han aumentado los ingresos que Bolivia recibe por concepto de inversión extranjera directa, los cuales superan en los últimos tiempos los mil millones de dólares anuales.
Como resultado de las fenómenos mencionados las reservas internacionales netas del Banco Central de Bolivia - que se encontraban en un  nivel de 1.700 millones de dólares en el año 2005 - aumentaron a 5.300 millones de dólares en el 2007; subieron a 8.500 millones de dólares en el 2009, y llegaron a 13.900 millones de dólares en el año 2012 y a 14.500 millones de dólares en diciembre del 2013.  La deuda pública externa, de mediano y largo plazo, que se encontraba en 4,900 millones de dólares en el año 2005, ha disminuido a 4.100 millones en el 2012.
La inflación en el año 2013 fue de 6.48 %, lo cual es una tasa preocupante para cualquier economía. Eso generó reacciones claras del Banco Central de Bolivia en términos de disminuir la liquidez monetaria, para evitar una mayor presión sobre los precios y sobre el dólar. Esa política la mantuvieron en el segundo semestre del año 20013 y la mantienen al inicio del 2014.
El crecimiento del PIB- que sigue siendo el indicador más universalmente utilizado para medir el dinamismo de una economía - fue de 6.5 % en el año 2013, tasa que a nivel de América del Sur sólo es superada por Paraguay.  Para el año 2014 la proyección del FMI es de un crecimiento de 5.4 %, lo cual nuevamente colocará a Bolivia por sobre la media de la región.

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miércoles, 19 de febrero de 2014

DUDAS DE UN PROFANO EN MATERIAS PETROLERAS

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 4 se Febrero 2013)


Quien escribe este artículo no es ni remotamente un experto o un estudioso de las materias petroleras, pero como soy ciudadano venezolano, no puedo menos que meter mi nariz en ese negro mercado, por razones si no de sobrevivencia mía, por lo menos de sobrevivencia de mis hijos y de mis nietos. Y creo que todos deberíamos preocuparnos más de lo que sucede en ese mercado  pues lo que se nos dice habitualmente sobre el mismo es manifiestamente insuficiente y deja muchas dudas flotando en el ambiente. Hay algunas cosas importantes que están pasando en el mercado petrolero mundial y que deben incorporarse en cualquier diagnóstico que se haga sobre lo que sucede - y  sobre lo que le puede suceder - a Venezuela y a su industria petrolera. 
En primer lugar, todo parece indicar que Estados Unidos, que sigue siendo el principal cliente del petróleo venezolano, camina aceleradamente hacia una situación de menor demanda de ese producto, por lo menos de menor demanda desde Venezuela. Desde el 2008 a esta parte la producción interna de petróleo en ese país ha pasado de 5 millones de barriles diarios a 8 millones de barriles diarios. Se ha convertido en el principal productor mundial, por encima de cualquier país de la OPEP. La producción de gas también ha aumentado, aun cuando a un ritmo más lento. La reciente tecnología de la fractura hidráulica genera expectativas de que la producción de petróleo y de gas va a seguir creciendo. En ese mismo período de tiempo ¿Que ha hecho Venezuela para aumentar su producción petrolera? ¿Qué ha hecho Venezuela para mantener o aumentar  su participación en el mercado petrolero internacional?
Hay otros países cercanos que si han tomado decisiones estratégicas muy claras y radicales. México ha decido abrir la industria petrolera a los capitales privados, lo cual seguramente les permitirá recibir un volumen importante de capitales y de tecnología, que se traducirán  en mayor producción. Canadá sigue adelante con la producción de petróleo a partir de arenas bituminosas, todo lo cual hace pensar que Canadá y México se convertirán – tanto por la cercanía geográfica como por el acuerdo de libre comercio que los vincula- en los socios petroleros fundamentales de un Estados Unidos que reducirá sustantivamente sus compras en otros lugares del mundo.
Pero en la propia América del Sur, le surgen a Venezuela competidores de importancia y de visión estratégica. Brasil produce ya hoy en día 2,2 millones de barriles diarios y pronto esa cantidad se incrementará con la producción costa afuera, además de que produce una cantidad importante de  biocombustibles y de energía hidráulica y eólica. En la perspectiva de mediano y de largo plazo, Brasil será un exportador importante de petróleo – ya lo es en parte- lo cual lo colocará como un competidor relevante de Venezuela.  La empresa petrolera brasilera Petrobras se perfila como una empresa de nivel planetario, en parte pública y en parte privada, y se maneja sin devaneos populistas y sin ser la caja chica del gobierno brasileño.
Colombia ha devenido también en un país petrolero, que produce ya una cantidad  cercana al millón de barriles diarios, cantidad que se puede incrementar en la medida que la paz con la guerrilla permita aumentar la seguridad de los oleoductos y de las zonas de exploración y producción. Por lo tanto, en un futuro cercano Venezuela se verá con competidores cercanos que incrementan su presencia en el mercado petrolero mundial y que no son países mono productores o mono exportadores,  como Venezuela, y pueden por lo tanto tomar sus decisiones con más calma y con más capacidad de negociación.
 ¿Qué hace, mientras tanto, Venezuela? ¿ A qué ritmo se incrementa su producción’ ¿A qué ritmo se incrementan las inversiones en el área petrolera? ¿De dónde se nutre de capitales y de tecnologías? Cada cierto tiempo se mencionan en el país cantidades de producción que se alcanzarán  en un futuro incierto, pero sin que nadie conozca las necesarias inversiones que se están realizando para alcanzar esos hipotéticos nuevos volúmenes de producción, ni de donde se obtendrían las capacidades financieras que no parece tener hoy en día la industria petrolera venezolana. Lo único concreto y cierto es que se le vende una cantidad creciente de petróleo a China, lo cual no puede menos que visualizarse como un hecho positivo, pero en el cual no puede descansar todo el futuro de la industria petrolera venezolana, máxime cuando China comienza a ralentizar sus ritmos de desarrollo.

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viernes, 14 de febrero de 2014

EL MERCOSUR Y LA ALIANZA DEL PACIFICO.

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 14 de Febrero de 2014.)


Hay quienes pretenden, en el ámbito regional, antagonizar a la Alianza del Pacífico -conformada por Chile, Perú, Colombia y México, nombrados de sur a norte - con el Mercosur, conformada por Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Venezuela. Sin embargo, todo parece indicar que se trata de agrupaciones económicas – o sub bloques regionales- que aun siendo diferentes, son enteramente compatibles, entendiendo por tal no solo el hecho de que pueden convivir pacíficamente implementando cada uno el modelo que estime conveniente, sino que entre ambos bloques se dan y se seguirán dando relaciones importantes de integración y complementariedad.
La Alianza del Pacífico, pretende profundizar tanto como  se pueda, lo más pronto posible, y con la menor cantidad posible de discursos, los intercambios económicos entre los cuatro países miembros, a los cuales es posible que se unan próximamente otros países de Centroamérica.  Se buscar reducir los aranceles recíprocos, es decir, establecer un área de libre comercio entre los cuatro países, simplificar los flujos de personas y de capitales, unificar las bolsas de comercio y proyectarse de conjunto en las negociaciones con otras áreas económicas importantes del planeta, fundamentalmente con Asia. Incluso se estudia el establecimiento de representaciones diplomáticas conjuntas en determinados países. Es de la máxima importancia, sin embargo, subrayar que entre esos países no se pretende conformar una unión aduanera, es decir, no pretenden tener un arancel externo común frente a las mercancías provenientes de otros países o zonas económicas ajenas a la propia Alianza. En esa medida, cada país conserva su autonomía o su libertad para establecer acuerdos económicos con otros países, en forma unilateral o colectiva. La Alianza no impide, por lo tanto, la proyección internacional que cada país quiera construirse.
El Mercosur tiene una lógica fundacional diferente. Pretende caminar hacia un mercado común entre los países miembros, para lo cual parten por establecer un área de libre comercio y una unión aduanera. Eso se traduce en dos cosas: reducción y eliminación de los aranceles en los intercambios entre los países miembros y arancel externo común para las mercancías provenientes de países de fuera del propio Mercosur, a menos, desde luego, que existan acuerdos colectivos con esos países de fuera del bloque.
Chile, país miembro de la Alianza del Pacífico, tiene un acuerdo de libre comercio, plenamente vigente - y con positivos resultados - con el Mercosur (ACE 23), de modo que el intercambio entre Chile y los cuatro miembros originales del Mercosur se da en base a la ausencia de aranceles y de otras restricciones paraarancelarias. Perú y Colombia tienen también en vigencia, con el Mercosur, sendos Acuerdos de Complementación Económica ( ACE  58 y 59) que establecen cronogramas de rebajas arancelarias que conducen antes de fines de la presente década a la liberalización casi total del comercio entre todos esos países. Por lo tanto, con los acuerdos ya firmados y vigentes - aun cuando nadie moviera un dedo ni promoviera ninguna nueva reunión - a fines de la presente década habrá libre comercio – en la medida en que ya no lo hubiera-  entre los países del Mercosur, Chile, Perú y Colombia.  México, aun cuando tiene firmado los  ACE 53 y 54 con los países del Mercosur, tiene una perspectiva de desgravación arancelaria más limitada con todos ellos. Sin embargo, es enteramente posible y deseable que todos y cada uno de los países de la Alianza del Pacífico negocien con todos y cada uno de los países del Mercosur, en forma bilateral o colectiva, la aceleración y la profundización de los procesos de desgravación arancelaria que están ya hoy en día vigentes, además de otros aspectos de la complementariedad económica y política. Eso es lo que está presente, con realismo, en la agenda integracionista latinoamericana, más allá de los discursos retóricos o de los intentos de algunos de profundizar divisiones meramente ideológicas en el seno de la región.
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martes, 11 de febrero de 2014

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL TANGO Y EL JOROPO.

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 10 de Febrero de 2014.)


Se han reducido en forma sustantiva las reservas internacionales…. la inflación se acelera…. se reduce el ritmo de crecimiento de la economía… el déficit fiscal se financia con fuerte emisión monetaria… se devalúa la moneda nacional...se dificulta el acceso a las divisas… hay una gran brecha entre el precio del dólar oficial y el paralelo…hay escasez de muchas mercancías.  ¿Sabe el lector  a que país se refieren esas afirmaciones? Pues no se refieren sólo a Venezuela, sino que ellas permiten también caracterizar plenamente lo que está pasando en Argentina.
EL TANGO.
Efectivamente, las reservas internacionales de Argentina- que estaban en 53 mil millones de dólares en enero del 2011 - han bajado a 28 mil millones de dólares en enero del 2014. Se redujeron en 25 mil millones de dólares en el lapso de tres años. El dólar se ha convertido en una mercancía escasa y codiciada, a pesar de la bonanza en los precios de las exportaciones - fundamentalmente agropecuarias - que caracterizó a la economía argentina en los últimos años. ¿En que se gastaron esos dólares que fluyeron en forma abundante hacia la economía argentina durante varios años? En subsidiar una serie de bienes y servicios de consumo masivo y popular,  y en mantener baratas las importaciones y el turismo en el extranjero, mediante un precio del dólar oficial artificialmente bajo, con todo lo cual se daba a los argentinos y al mundo la imagen de una Argentina rica y generosa. Más aun, se difundió la idea de que se estaba en presencia de un nuevo modelo de desarrollo y se estaba entrando en una nueva era en la economía argentina.  En realidad el modelo aplicado es viejo en Argentina y en otros países de la región. Consiste básicamente en gastar tanto como se pueda - e incluso un poco más - para sostener el consumo popular, ganar elecciones y perpetuarse en el poder. El único problema es que ese modelo requiere que el flujo de divisas se mantenga o se incremente en forma sostenida. Cuando las divisas se acaban o su flujo creciente se detiene, el modelo se cae. En estas desagradables situaciones, mantener una economía subsidiada requiere un déficit fiscal elevado, financiado a su vez  por  una  emisión monetaria que sale de las arcas de un Banco Central  complaciente con los deseos coyunturales del Ejecutivo. Pero eso tarde o temprano se traduce en inflación, lo cual hace que la ciudadanía busque resguardarse de la misma por la vía de refugiarse en el dólar. La presión sobre el dólar se traduciría en elevación de su precio - si hubiera un mercado libre de esta mercancía - o en generación de un mercado paralelo, si es que lo anterior no sucede. Frente a toda esa situación el gobierno – con control cada vez menor de la situación - refuerza los controles de precios y los eventuales acuerdos con empresarios y comerciantes, al mismo tiempo que trata desesperadamente de evitar la devaluación de la moneda –mediante medidas administrativas que limiten las importaciones y el acceso del público al mercado de divisas. Finalmente, ante la realidad de los hechos económicos y políticos, la moneda nacional se devalúa y se permite el acceso regulado de los particulares al mercado de divisas.  
EL JOROPO
Venezuela puede perfectamente verse reflejada en ese espejo. Durante los años de bonanza no se acumularon reservas ni ahorros, sino que se gastó a manos llenas para financiar el gasto social y electoral, las importaciones baratas y la fuga de divisas. Cuando el flujo masivo de dólares se detiene, hay que financiar el gasto con emisión monetaria inorgánica, con la consiguiente presión inflacionaria y con la obvia presión sobre el dólar. En uno y en otro caso, no se emplea la riqueza para generar más riqueza, ni para tener un resguardo para los años de vacas flacas. Se gasta tanto como se pueda – lo que se tiene y lo que se pueda pedir prestado - pues la coyuntura electoral permanente así lo exige, y ante ella hay que sacrificarlo todo.
DIFERENCIAS ENTRE EL TANGO Y EL JOROPO
Pero no todas son semejanzas entre el tango y el joropo. Hay algunas diferencias que son importantes de rescatar.  En Argentina las divisas no son generadas directamente por empresas estatales, como sucede en Venezuela con PdVSA. Las divisas las generan allí, fundamentalmente, los productores de soya, de carne, de leche y de trigo y la parte de las mismas que cae en manos del Gobierno es fruto de la  institucionalidad tributaria existente, de las decisiones parlamentarias y de presiones, negociaciones  y tensiones políticas y económicas que no son tan fáciles de decidir autónomamente por el Ejecutivo.  En segundo lugar, aun cuando los esposos Kirchner no ocultan un cierto talante autoritario, la democracia argentina permite todavía que el Gobierno pierda elecciones, que el Parlamento y el Poder Judicial exhiban grados relevantes de autonomía y que existan fuerzas opositoras con posibilidades de incidir sobre las grandes decisiones políticas del país, aun cuando la mayoría de ellas se autodefinan como peronistas. Por lo tanto, la capacidad del Gobierno de hacer grandes desastres económicos que comprometan el futuro del país,  para ganar elecciones presentes, es sustantivamente menor que en Venezuela.
Todo lo anterior ha incidido en diferencias importantes en las medidas económicas que se han tomado en uno y otro país en el transcurso de los últimos dos meses. Mientras en Venezuela se devalúa el bolivar a través de medidas parciales  y no del todo transparentes -  acompañadas de un discurso oficial que pretende negar la esencia de esa decisión - en Argentina se  asume en forma abierta y clara una devaluación que lleva  la moneda argentina a una paridad de 8 pesos por dólar. Paralelamente, mientras en Venezuela se mantiene un rígido cerco alrededor del dólar, para hacerlo prácticamente inaccesible para el ciudadano de a pie, en Argentina se tomó la decisión – indudablemente difícil y arriesgada- de permitir que cada ciudadano argentino pudiera comprar en el mercado oficial un monto de 2.000 dólares mensuales, sin necesidad de estar inventando ni viajes ni compras en el extranjero. Se asume como un derecho ciudadano el tener la posibilidad de convertir sus activos económicos en divisas extranjeras. Se mantiene en todo caso la necesidad de de informar el origen de los fondos con que se compran esas divisas, con lo cual la compra de dólares deja huellas que tienen posteriores efectos tributarios. Se asumió, en definitiva, el riesgo de que esa medida liberatoria tuviera un impacto muy fuerte sobre la demanda inmediata de divisas, cosa que no sucedió. Aun cuando todavía es temprano para medir en toda su profundidad las consecuencias de esa medida, todo parece indicar que las compras de dólares no han superado lo que el Banco Central está dispuesto a sacrificar para sostener el nuevo precio del dólar. Se espera que la devaluación y la venta de dólares al nuevo precio permita reducir – si no suprimir del todo - la diferencia entre el precio oficial de la divisa y el precio en el mercado paralelo, que fluctúa alrededor  del 50%.  Todo ello constituye otra diferencia importante con la situación imperante en Venezuela. Obviamente, el nuevo precio del dólar oficial genera incentivos para el sector exportador, al mismo tiempo que desincentiva en algo las importaciones.
Dos diferencias más entre la situación venezolana y argentina. En el país del sur, el Gobierno busca concertar y negociar precios con sectores económicos importantes, incluidos los supermercados, mientras en Venezuela se opta directamente por la represión. Y en Argentina es posible, aun cuando no seguro, que la situación económica logre estabilizarse después de que se digiera el impacto de las medidas recientes, aun cuando el hecho de que la Presidenta Fernandez esté de salida genera una manifiesta falta de liderato en la conducción política y económica, mientras que en Venezuela todo el mundo sabe que las medidas económicas actuales no tienen horizonte alguno, aun cuando el Presidente Maduro esté recién iniciando su mandato.    
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viernes, 7 de febrero de 2014

MERCOSUR, ALBA, CARICOM Y PETROCARIBE

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 7 de Febrero 2014.)


Una de las ultimas ideas que ha levantado el gobierno de Venezuela en materia de diplomacia y de integración latinoamericana es la de promover la convergencia del Mercosur, del Alba, de Petrocaribe y del Caricom.  
Lo menos que se puede decir de esta original iniciativa venezolana es que no parece haber despertado una ola de entusiasmo en ninguna cancillería que se conozca.
El Mercosur - que es indudablemente el proyecto integracionista de mayor peso económico, comercial, político, geográfico  y  demográfico en el seno de la región - se autodefine claramente como una asociación de países que buscan caminar hacia un mercado común, pasando primero por la constitución de un área de libre comercio, por una unión aduanera y por el establecimiento de políticas económicas comunes. El Mercosur admite la adhesión de otros países, ya sea como socios de pleno derecho - es decir, que comparten el total de los objetivos definidos por los socios originales - o ya sea como países asociados, que comparten con el Mercosur solo lo relativo a la constitución de un área de libre comercio, como es hoy en día el caso de Chile y de Bolivia, que han firmado con el Mercosur tratados en ese sentido que están plenamente vigentes, y de otros países de la región que caminan hacia esa situación de libre comercio pero a ritmos más lentos.
El Alba, en cambio se define como una asociación de países que se prometen ayuda y cooperación mutua, que quieren llevan adelante proyectos conjuntos, que tienen un común denominador de tipo político y que no saben mucho para donde van, sobre todo después que murió el Presidente Chávez, que les proporcionaba ideología y muchos dólares. La idea de los mercados comunes, que es la idea fuerza central del Mercosur, no parece gozar de mucha simpatía en el seno del Alba. Es difícil suponer que a los países del Mercosur les entusiasme mucho la idea de converger hacia una asociación más estrecha con el Alba, que no constituyen ni un mercado al cual no puedan acceder por otras vías, ni un manantial de mucha sabiduría política ni diplomática. Las prioridades del  Mercosur parecen estar más cerca de la negociación con la Unión Europea y de insertarse en las grandes corrientes del comercio internacional contemporáneo.
Petrocaribe es una organización regional distinta a la dos anteriores. De partida es bastante asimétrica, pues está constituida por dos grupos diferentes de países: en uno de los grupos se encuentra solo Venezuela que aporta petróleo en condiciones comerciales bastante favorables, y en el otro grupo están los otros quince miembros, que reciben con cierta gratitud la generosidad petrolera de Venezuela. Se trata de un grupo de 15 pequeños países caribeños con economías muy diferentes, - que van desde Cuba hasta Bahamas - y cuyo único común denominador es esa peculiar relación comercial con Venezuela en materia petrolera. No hay indicios de que esos países quieran conformar un mercado común, al estilo Mercosur – aun cuando un mayor comercio mutuamente provechoso con los países del Mercosur no tiene por qué parecerles mal - ni que quieran compartir todas las posiciones políticas de los países del Alba. En materia comercial la mayoría de esos países caribeños tienen fuertes vínculos con Estados Unidos, por la cercanía geográfica y/o con las antiguas metrópolis coloniales, con las cuales los vínculos económicos que no se deterioraron mayormente con el proceso de independencia.
El Caricom, conformada por 15 miembros, muchos de los cuales son también parte de  Petrocaribe, sí se plantea expresamente la conformación de un Mercado Común del Caribe. Incrementar el comercio con Mercosur puede ser para ellos una iniciativa digna de estudiarse. Sin embargo, si su aspiración, en una eventual negociación con el Mercosur, fuera reeditar la relación que tienen con Venezuela, en que reciben beneficios comerciales sin otorgar nada en reciprocidad, es difícil que las negociaciones lleguen muy lejos.   
El proceso de integración económica y comercial en América Latina ha demostrado ser largo y difícil. Y si algo se ha aprendido a lo largo de los años es que no todo planteamiento, por bien intencionado que parezca,  hace efectivamente avanzar el proceso en una dirección  correcta y realista.
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sábado, 1 de febrero de 2014

EL PRESUPUESTO NACIONAL DE DIVISAS

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 31 de Enero de 2014.)


El Presidente de la República   Nicolás Maduro  ha anunciado ya en varias ocasiones que se cuenta – o que se contará durante el año 2014-  con un Plan o Presupuesto General de Divisas, similar al Presupuesto Nacional que se aprueba todos los años en la Asamblea Nacional y que regula los ingresos y los gastos del Estado.  La idea no es mala, aun cuando la comparación que se utiliza sí lo es, pues el Presupuesto de la Nación se ha convertido en un ejercicio de política ficción bastante poco útil.
En el Presupuesto que se aprueba anualmente en la Asamblea Nacional - y que nace de una propuesta  legislativa realizada por el Ejecutivo - se ha convertido ya en una tradición el utilizar magnitudes económicas absolutamente reñidas con la realidad.  Se utiliza un precio de petróleo que bordea la mitad del precio que realmente impera en el mercado internacional, lo cual hace desde la partida que los ingresos fiscales considerados en ese documento legal sean  sustantivamente menores a los reales. Igualmente se utilizan datos irreales sobre la inflación, sobre el crecimiento de la economía y sobre la devaluación esperada.  Todo eso hace que lo realmente relevante en materia de asignación de recursos fiscales o parafiscales no sea el Presupuesto Nacional, sino que sean los créditos adicionales que solicita posteriormente  el Ejecutivo y los gastos sin control ni planificación alguna que lleva adelante PDVSA en mil cosas diferentes a la explotación y comercialización petrolera.
Por lo tanto, si el Presupuesto de Divisas se va a realizar en la misma forma, con datos irreales - para ocultar una realidad más que para hacer una utilización programada y racional de las divisas con que cuenta el país - entonces no va a servir de nada. Pero si se hace con datos reales se convertiría en un instrumento sumamente interesante, Permitiría, por ejemplo, conocer con precisión cuanto ingresa realmente por concepto de ventas de petróleo , después de descontar las entregas que se hacen a China, que son para pagar créditos que ya se recibieron y se gastaron, o las ventas que se hacen a Petrocaribe, que son en gran medida a crédito y por las cuales no entran, por  lo tanto dividas liquidas;  cuanto ingresa por concepto de deuda externa, cuanto ingresa por concepto de exportaciones no tradicionales, cuanto ingresa por concepto de inversión extranjera y cuanto ingresa por concepto de retorno al país de los depósitos que las personas jurídicas y naturales, públicas y privadas, mantienen en el exterior, así como el desglose de cada una de estas magnitudes.  Si tuviéramos  datos fidedignos sobre esas variables, ya habríamos avanzado muchísimo en darle transparencia  a los datos básicos de la economía nacional.
El paso siguiente, en ese eventual Presupuesto de Divisas - que nadie sabe cuándo será conocido y  publicado en toda su integridad - es saber cómo serán utilizados los dólares de los cuales se dispondrá y cuáles serán los criterios que presidirán esa distribución. ¿Cuánto se utilizará en importaciones estatales?  ¿Cuánto en importaciones realizadas por el sector privado? ¿Cuánto en alimentos? ¿Cuánto en whisky? ¿Cuánto se utilizará en pago de deuda externa? ¿Cuánto en ayudas, créditos y donaciones a los países amigos? ¿Cuánto en gastos de la Presidencia?  Sobre cada una de estas magnitudes es posible rastrear cifras en diversos organismos estatales, pero la verdad es que la mayoría, si no todos, los organismos que elaboran y publican estadísticas económicas en este país  han ganado en los últimos año un alto grado de descrédito, pues pesa sobre ellos la sospecha de que maquillan los datos que presentan, para efectos de hacerlos cónsonos con el discurso gubernamental.  Si el Presupuesto de Divisas que algún día se elabore va a emular al Presupuesto Nacional, en materia de elaborarse sobre base falsas, o va a ser como otros institutos estadísticos expertos en maquillaje,  entonces este naciente instrumento de planificación y de ordenamiento del uso de las divisas no va servir de nada. Si ´por el contrario se construye con seriedad será un aporte importante a la transparencia de las finanzas públicas.
Una reflexión final: el hecho de que tenga que elaborarse este Presupuesto de  Divisas, como si fuera una gran novedad, pone de manifiesto que ni Cadivi ni el Banco Central contaban con nada parecido. Cadivi que asigna divisas ¿no las asignaba de acuerdo a un plan o a un presupuesto?  El Banco Central, que administra las divisas del país ¿no cuenta con un plan sobre los ingresos y gastos que se van a llevar adelante en el transcurso de un año o de un semestre?  Pareciera que el criterio de asignación, hasta este momento, era el conocido criterio de “como se vaya dando vamos viendo”.

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