miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA PROMOCIÓN DE EXPORTACIONES

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 30 de Septiembre de 2015)


En materia de promoción de exportaciones – como en muchos otros órdenes de la vida- es bueno aprender de las experiencias exitosas que hayan protagonizado otros países. Eso permite, por un lado, no cometer los mismos errores que han cometido los que ya han transitado por la misma vía, y que les ha tomado tiempo y esfuerzo poder enmendar. Además,  permite no perder tiempo reinventando la rueda - u otras herramientas, instituciones o políticas -  que ya están suficientemente inventadas y perfeccionadas. Tomemos como ejemplo lo que al respecto se hace en México, en Colombia y en Chile. ProMéxico, ProColombia y ProChile, son los respectivos organismos que tienen en sus manos la responsabilidad de coordinar y llevar adelante lo que cada uno de esos países considera conveniente hacer en materia de promoción de exportaciones, concepto este último que incluye hoy en día la exportación de bienes y servicios y la promoción del turismo y de la inversión extranjera.  

En México este organismo responsable de la promoción de exportaciones depende de la Secretaría de Economía;  en Colombia depende del Ministerio de Comercio, y en Chile dicha dependencia administrativa es del Ministerio de Relaciones Exteriores. En Colombia y en México el organismo coordinador de la promoción de exportaciones dependió inicialmente de bancos nacionales de comercio exterior existentes en cada uno de esos países, pero esa dependencia se eliminó con el correr del tiempo y con la acumulación de experiencias. Se dejó a los bancos de comercio exterior las funciones estrictamente financieras, pero todo el resto de las actividades relacionadas con la promoción de exportaciones se concentró en organismos especializados, altamente profesionalizados, y con suficiente autonomía administrativa. En Chile no existió nunca - ni existe hoy en día - un banco nacional especializado en comercio exterior, sino que el empresariado recibe los apoyos y servicios relacionados con el comercio exterior de la banca pública o privada que cada uno estime conveniente.

En los tres casos que mencionamos se cuenta con una red externa de oficinas o departamentos comerciales – varias decenas en cada caso -  cada unas de las cuales está adscrita a la embajada de su respectivo país y se encuentra dirigida por un director con acreditación diplomática.  Cada una de estas oficinas o departamentos comerciales son coordinados por la instancia central existente para tales fines en el país del cual dependen. Cada una de esas oficinas comerciales lleva adelante  muchas actividades que ya son tradicionales, sin perjuicio de un amplio espacio para innovar que siempre es bueno mantener abierto. Se incluyen, por ejemplo, la recopilación de información comercialmente útil, es decir, inteligencia de mercado, oportunidades de mercado, estudios de mercado, etc. También el apoyo a los empresarios de su país que quieran incursionar en el país sede de una oficina comercial, mediante información económica , institucional y comercial y los contactos comerciales que le puedan ser útil, además del apoyo en preparación de entrevistas o organización de eventos en que se expongan los productos que se intenta comerciar. El apoyo a dichas misiones o incursiones comerciales asume eventualmente la participación, ya sea como expositores o como visitantes, en ferias o exposiciones especializadas, que se constituyen siempre en puntos de contacto entre oferentes y demandantes de un cierto tipo de productos.  La imagen de los agregaturías comerciales como premios políticos, donde se puede llevar una vida cómoda y bien pagada durante algunos años, no tiene nada que ver con las múltiples funciones e intensas actividades de los agregados comerciales de los países que actúan con seriedad en el campo del comercio internacional. 

Para efectos de apoyar a la red externa es imprescindible que la coordinación central mantenga una relación estrecha con los empresarios interesados en abrirse paso en el mercado internacional, que son en definitiva los usuarios del sistema. Hay que organizarlos, potenciar sus capacidades exportadoras, capacitarlos en el desempeño en el comercio internacional, apoyarlos financieramente en aquellas actividades pre competitivas, y llevar adelante con los clúster de exportadores todas aquellas actividades  en que puedan haber mayores y mejores rendimientos si se hacen en forma colectiva.

Nada de lo anterior serviría para nada si no hay una política  económica o una política de comercio exterior que potencie, apoye o deje espacios como para llevar adelante la actividad exportadora. Si no hay una adecuada política cambiaria, la actividad exportadora no despegará nunca. También la actividad tributaria y aduanera, son complementos importantes que hacen posible la competitividad internacional de los productos de un país. Reducir los riesgos y los costos país, e incrementar la imagen país, son elementos intangibles que tienen una altísima significación  comercial.  En síntesis, la promoción de exportaciones ha devenido hoy en día, en América y en el mundo, en una actividad en que se suman los esfuerzos de gobiernos y empresarios, y donde se lleva adelante una autentica política de estado. Pero se trata de una actividad que necesita de instituciones especializadas que lleven adelante acciones y políticas de largo plazo, y que recojan la experiencia nacional e internacional acumulada en esta materia.  Ojala algún día Venezuela también se plantee transitar por estos caminos.

sergio-arancibia.blogspot.com

jueves, 24 de septiembre de 2015

PREGUNTAS, MUCHAS PREGUNTAS

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 22 de Septiembre de 2015)



El Presidente Maduro viajó recientemente a China y realizó declaraciones a su regreso diciendo que China había decidido hacer inversiones por un monto de 5 mil millones de dólares en la economía venezolana para incrementar la producción de petróleo. Aun cuando todo ello parece configurar una situación positiva para el país, hay muchas preguntas que todavía no tienen respuesta en relación a toda esa operación.

Primero, esos 5 mil millones de dólares pueden asumir varias formas diferentes. Una posibilidad es que China asuma más responsabilidad como inversionista - y por lo tanto como propietario y como administrador – en algunos de las yacimientos que PDVSA tiene en explotación junto con inversionistas extranjeros. Una inversión de esa naturaleza puede significar que China compre acciones o adquiera parte del capital accionario de una compañía petrolera radicada en territorio venezolano, o incremente su porcentaje de acciones en una empresa donde ya tiene presencia accionaria. De ser así, Pdvsa recibe dinero fresco por la venta de ese paquete accionario, lo cual permite mayor holgura financiera a la petrolera nacional. Si esos dólares los traslada al BCV, para obtener con ello bolívares para llevar adelante compras y pagos dentro del territorio venezolano, esos dólares chinos terminan incrementando las reservas internacionales de nuestro instituto emisor, que están bastante disminuidas. En cualquier caso, se trata de una operación que luce como positiva, aun cuando con ojos ideologizados se podría pensar que se trata de una privatización parcial o, mucho peor, de una desnacionalización. Sin embargo, cabe preguntarse ¿en cúal de las empresas de la Faja se materializará el aporte chino? ¿A cuánto llegará el porcentaje de acciones de los chinos después de esta operación?  ¿O no se trata de una inversión, sino de un crédito, sin derechos accionarios ni administrativos? Y -  ya sea que se materializa una inversión o se contrata un crédito - ¿no sería bueno hacer aquello por la vía de una licitación internacional, plural y transparente?

Cualesquiera que sean las respuestas a las preguntas anteriores, hay nuevas preguntas que se van sumando. Toda inversión en el mundo contemporáneo tiene un componente importado. Hacer inversiones para ampliar la capacidad productiva de alguna de las empresas petroleras estatales o mixtas, implica importar de alguna parte del mundo nuevas maquinarias y equipos. Es bien difícil imaginar que China ha proporcionado dinero fresco para que Pdvsa haga importaciones desde Europa o desde Estados Unidos. Lo más probable es que esas importaciones se tengan que hacer desde China. Es decir, se trate de un crédito atado – te presto para que me compres - que es una operación totalmente normal en el mundo contemporáneo, sobre todo cuando esa operación es el fruto de una negociación de gobierno a gobierno. Pero cabe preguntarse: ¿el componente importado son 5 mil millones, o el componente tanto nacional como importado suman esa cantidad? Si el componente importado son 5 mil millones de dólares, entonces los dólares que Venezuela y Pdvsa creen haber conseguido, salen rápidamente de sus manos por la vía de la compra obligada de maquinarias y equipos. No queda nada en manos de Pdva ni en manos del Banco Central. Nada de eso es negativo, pero nada de eso ayuda tampoco a solucionar las carencias de reservas internacionales que enfrenta el país. ¿Hay un componente nacional importante en ese eventual monto de nueva inversión?  

Pero las preguntas no terminan allí. Sería interesante que el país supiera a que tasa de interés se han conseguido esos fondos, si es que se trata de un crédito comercial o financiero. Venezuela tiene una tasa riesgo país sumamente elevada - superior al 20% - razón por la cual es casi imposible colocar bonos en el mercado financiero internacional. ¿A qué tasa son los créditos chinos? ¿Y cual es el plazo de dicho crédito? ¿Cuándo hay que empezar a pagar? ¿Se trata de un secreto de Estado, o de datos que todos los ciudadanos venezolanos tendrían derecho a conocer y a analizar?

¿Sigue vigente el pago de las deudas contraídas con los chinos por la vía de la entrega de petróleo? De ser así, eso significa que en el futuro cercano – y como consecuencia de los créditos actuales - habrá que entregar una cantidad superior de petróleo venezolano para pagar las deudas que se acumulen con la economía china, sin que eso implique la entrada de dólares a la economía venezolana. ¿Se trata de eso? ¿No sería bueno informar claramente al país sobre esos detalles?

Otras preguntas más. ¿Todo esto está encaminado a aumentar la producción de petróleo en el corto plazo? ¿El petróleo pesado de la Faja? ¿Se trataría de aumentos en la cantidad extraída de petróleo que sean cónsonos con las cuotas que se han establecido en el contexto de la OPEP? ¿O se está en alguna operación tendiente a aumentar la producción  por sobre la cuota, precisamente en los momentos en que el Presidente Maduro levanta la idea de que todos los países OPEP reduzcan su extracción de hidrocarburos para poder incrementar los precios?

Como ahora Pdva es del pueblo es enteramente posible y deseable que  todas y cada una de estas preguntas tengan la debida respuesta, de modo que  todo el pueblo venezolano  tenga toda la información sobre los temas que le incumben y pueda hacer los análisis que estime convenientes.
sergio-arancibia.blogspot.com







FRONTERAS INTELIGENTES

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 24 de Septiembre de 2015)



Colombia sufre un intenso contrabando de extracción. Miles de ciudadanos provenientes de ciudades fronterizas van semanalmente a Colombia a realizar allí sus compras domésticas habituales - además de ropa y electrodomésticos - pues los precios son allí más baratos que en el país vecino. Colombia no parece estar particularmente preocupada por esta situación por varias  razones. Por un lado, por qué esas compras le dejan  aproximadamente 3.7 millones de dólares por mes a la economía de las ciudades fronterizas. Además, desde el punto de vista formal eso constituye una exportación de mercancías, que es precisamente lo que Colombia intenta llevar adelante en la mayor cuantía posible. La devaluación de la moneda colombiana en lo que va corrido de este año, y los esfuerzos institucionales del gobierno y del empresariado, desde hace varios años a esta parte, van encaminados a exportar tanto como sea posible, a los países vecinos o a los países de cualquier rincón del planeta. Así que Colombia no tiene problema alguno con este “contrabando de extracción”. No se trata, desde luego, de productos subsidiados, sino de bienes que se venden en las ciudades de la frontera al mismo precio que en todo el  resto del país, es decir, al precio de mercado. En estricto sentido, si esas ventas no se hicieran el detal, sino que se hicieran al mayor, deberían venderse a un precio menor que el precio interno, pues cabria descontar el IVA y también, si es que cabe, los impuestos arancelarios que se pagaron cuando se internaron al país los insumos importados que puedan estar presentes en esas mercancías. Así se hace en una inmensa mayoría de los países del globo. La política, claramente permitida en los convenios internacionales, es no exportar impuestos.

Si algún país se ve afectado por estas compras en territorio colombiano, dicho país tiene todo el derecho del mundo a evitar que esas mercancías entren libremente al territorio de su propio país, pero no tiene por que reclamarle a Colombia que venda en su territorio lo que alguien quiera comprarle.  Además, se trata de compras realizadas con dólares contantes y sonantes, legalmente adquiridos y canjeados en las casas de cambio legalmente existentes para tales fines.

Todo esta situación descrita en las líneas anteriores es la que caracteriza el comercio transfronterizo entre Ipiales, en el sur de Colombia, y Tulcan, en el norte del territorio ecuatoriano.

Ecuador tiene todo el derecho del mundo a tratar de evitar por vías administrativas, o por las vías de los incentivos económicos, que esta situación se mantenga, pues implica una salida de dólares que ya adquiere una magnitud significativa. Tiene incluso el derecho a cerrar su frontera e impedir que sus connacionales viajen a Ipiales, si así lo estimase conveniente. Pero el gobernó ecuatoriano no ha actuado de esa manera. Ha tomado medidas que parecen bastante inteligentes. Se trata en lo sustantivo, de cobrar aranceles a las mercancías que entran por  tierra, al igual como lo hacen las mercancías que entran por vía aérea o marítima al territorio ecuatoriano. Una medida de esa naturaleza encarece en esa zona fronteriza el producto proveniente de Colombia, protege un tanto la producción y el comercio local, y  evita la salida de dólares. Parte de la siempre complicada economía de las zonas fronterizas se manifiesta también entre Ipiales y Tulcan por el hecho de que el petróleo es más barato en el lado ecuatoriano, lo cual provoca, que en este particular producto, las compras se hacen por parte de colombianos que viajan al lado ecuatoriano a abastecer los tanques de sus vehículos. 

Solución ecuatoriana: cobrar, en esa zona,  un precio más caro a la gasolina que se expende a los vehículos con matrícula o placa extranjera. Colombia, le gusten o no le gusten esas medidas, no tiene derecho a reclamar por ellas.  

El secreto del éxito parece ser que cada uno despliegue todas las medidas que entran dentro del campo de su soberanía y del mejor servicio a sus intereses, y cada uno respete, al mismo tiempo, las decisiones soberanas del otro, sin que ninguno pretenda imponer al otro su propia política económica, cambiaria, aduanera, monetaria o social. 
sergio-arancibia.blogspot.com


      



viernes, 18 de septiembre de 2015

EL COMERCIO CON COLOMBIA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 18 de Septiembre de 2015)


Hay un viejo cuento de un sacerdote que enojado por la escasa cantidad de fieles que asistía a misa – y no pudiendo enfrentar a los que no asistían-  no encontraba nada mejor que desahogarse de la rabia que esta situación le generaba regañando en la misa a los que estaban presentes.

Algo parecido parece estar sucediendo en lo que dice relación con el comercio con Colombia. Aceptemos que hay una gran cantidad de mercancías que son contrabandeadas a través de la línea fronteriza.  Sin perjuicio de ello, hay una cantidad importante de mercancías que atraviesan la frontera cumpliendo con  todos los trámites que las leyes de ambos países imponen.  Pero como la lucha contra los contrabandistas es difícil, entonces se embiste contra los comerciantes formales.  Con esto se consigue, por un lado, que el comercio legal y formal disminuya, con el consiguiente perjuicio para el país y para muchos empresarios de uno y otro lado de la frontera que llevaban adelante una actividad económica absolutamente transparente.  La otra consecuencia – o falta de consecuencia- es que el comercio ilegal, informal, bachaquero o como quiera que se le llame, no se ve afectado, a menos que se asuma que ese comercio se hace precisamente por las aduanas establecidas para controlar el comercio formal, y que están resguardadas por los funcionarios correspondientes del Estado venezolano.  Si el comercio informal, ilegal y bachaquero se realiza por la vía de los caminos verdes, hay que controlar los caminos verdes, para lo cual no se necesita cerrar los caminos aduaneros normales.  Si el comercio informal, ilegal y bachaquero se realiza teniendo como agentes o protagonistas  a las bandas delictivas de una u otra nacionalidad, entonces hay que atacar esos núcleos delictivos, lo cual no se logra en absoluto mediante el cierre de la aduanas  legales y formales, a menos que se asuma que las mercancías que pasaban la frontera lo hacían tranquilamente por esa vías aduaneras, lo cual es, desde luego, un supuesto absolutamente negado.


Con el cierre de los puntos fronterizos más usuales Venezuela, que ve reducidas año a año sus exportaciones  no petroleras, pierde un mercado que en otros momentos ha sido uno de los  destinos fundamentales de sus ventas internacionales. Perder el mercado colombiano para las exportaciones venezolanas  es un daño económico grave. No se ve fácil que Venezuela pueda suplir el mercado colombiano por la vía de exportar hacia otros mercados. No hay nada que indique que se está en vías de venderle más productos no petroleros al Mercosur, o al Caribe, o al Alba, y ni siquiera a China. No hay nada que indique que Venezuela tenga un plan serio y sostenido de fomento o promoción de sus exportaciones no petroleras.  Sencillamente las exportaciones no petroleras disminuyen año a año sin que se tomen medidas para revertir esa tendencia.  El cierre total o parcial del comercio con Colombia aumentará esa tendencia. Estamos en presencia, por lo tanto, de un autentico tiro en el pie. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

DUDAS E HIPÓTESIS SOBRE LA RALENTIZACIÓN CHINA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 15 se Septiembre de 2015.)


 La ralentización de la economía china se ha convertido en un concepto a partir del cual se pretenden explicar más fenómenos de la economía internacional que los que verdaderamente se pueden explicar a partir de dicha situación. Todo parece indicar que efectivamente la economía china ha reducido su ritmo de crecimiento. Ya nadie espera – ni los propios chinos - que esa inmensa economía crezca en el futuro cercano a las tasas próximas al 10% anual  - que se presentaron y se sostuvieron durante décadas- sino que su tasa de crecimiento, para el año 2015 estará cercana al 7.0 %.

i la economía china crece al 10% necesita llevar adelante grandes importaciones de materias primas, pues ese crecimiento no se puede sostener solo con insumos y productos provenientes de la economía interna, sino que todo crecimiento, en cualquier parte del planeta tierra, tiene necesariamente un componente importado. Mas crecimiento está, por lo tanto, relacionado con más importaciones, y más importaciones significan más exportaciones por parte de los países productores de petróleo, cobre, carbón soya, etc. Es decir, por parte de los países latinoamericanos. Si la economía china crece al 7 % interanual, eso debería implicar un crecimiento de sus importaciones, no un decrecimiento. Un crecimiento no tan violento como el que tenía lugar, de año en año, en períodos anteriores, pero crecimiento al fin y al cabo. Y mayor crecimiento de las importaciones debería significar crecimiento de los precios internacionales de dichas materias primas, y no una caída de dichos precios.

Pero la realidad de los hechos es que los precios de las materias primas están cayendo. Es obvio - por lo dicho en el párrafo anterior - que eso no se puede explicar únicamente por la ralentización de la economía china. La ralentización de la economía china podría explicar que los precios de las materias primas crezcan más lentamente que antes, pero no es una causal suficiente como que los precios bajen. Las importaciones realizadas por China en cada uno de los siete primeros meses del presente año son más bajas – medidas en dólares -  que las realizadas en los mismos meses del año anterior. Así por ejemplo, en enero las importaciones chinas cayeron en 19.7 % con relación a las cifras del año anterior; en febrero  la caída fue de 20.5 %; en marzo de 12.7 %. La situación es similar en cualquiera de los siete primeros meses del año 2015. Sin embargo, el PIB chino aumenta. Los datos que se han publicado sobre el primer y el segundo trimestre muestran un crecimiento del 7%.

¿Cómo se explica esta extraña situación de que la economía china crezca – a una tasa de 7 % que sigue siendo una tasa sumamente alta en el contexto internacional -  pero se requiere para esos efectos de menos importaciones que en los años anteriores? Muy sencillo: la importaciones que China lleva adelante tienen un precio más bajo en el mercado internacional y, por lo tanto, la misma cantidad de petróleo, soya, carbón,  cobre u otros bienes primarios - o incluso una mayor - tienen un costo total en dólares menor que antes. La economía china puede perfectamente estar demandando e importando mas, pero pagando menos por todo ello.  De ser así, quedaría flotando todavía en el aire la pregunta de ¿porqué bajan los precios de esos bienes en el mercado internacional, si no se debe a una menor demanda por parte de China?
Una explicación posible de todo este asunto – que ha sido mencionada en diferentes estudios internacionales- es que las materias primas no solo eran demandadas para efectos de incorporarlas a procesos productivos en China y en otros lugares del mundo, sino que eran demandadas con fines meramente especulativos. Agentes financieros de diferentes países compraban grandes volúmenes de materias primas – incluso sin moverlas internacionalmente-  para mantenerlas bajo su poder durante un tiempo determinado, pasado el cual las vendían con un precio superior, en un mercado en que se presentaba efectivamente esa tendencia hacia el alza sistemática de los precios. Más aun, esa demanda especulativa alimentaba y potenciaba ese incremento de los precios, convirtiéndose en una profecía autocumplida. 
Cuando esa tendencia amenaza revertirse, por una ralentización de la economía china y por una recuperación de la economía norteamericana, esos capitales especulativos giran hacia otros mercados y hacen desaparecer del mercado un volumen importante de la demanda que estimulaba los precios.

Hay que tener en cuenta que las exportaciones chinas también han retrocedido durante lo que va corrido de este año en relación a igual período del año anterior. Es decir, nuevamente, la extraña situación de que se produce más, pero se exporta menos. Es altamente probable de que la reciente devaluación del yuan revierta el proceso de caída de las exportaciones, y que fortalezca la disminución de las importaciones. Las menores exportaciones, en un contexto de mayor producción nacional, pueden explicarse - en un plano meramente teórico, pues no tenemos antecedentes concretos que avalen o desmientan esa hipótesis - por una reorientación de la producción hacia un mayor consumo interno.  El mayor consumo interno es indudablemente una asignatura pendiente en la economía china y es probable que se esté caminando en esa dirección.

No es posible, con los pocos datos con que se cuenta - sobre un momento económico tan cercano - hacer afirmaciones muy seguras, pero en todo caso, lo que queda claro para todos, es que lo que pase en China, para bien o para mal, tendrá repercusiones, buenas o malas sobre el conjunto de la economía mundial, y muy en particular, sobre la economía latinoamericana.
sergio-arancibia.blogspot.com





jueves, 10 de septiembre de 2015

LA POLÍTICA CAMBIARIA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUL el día 10 de Septiembre de 2015.)



La política cambiaria está constituida por las decisiones que toma la autoridad política o monetaria de un país en relación al tipo de cambio de su moneda nacional.  En otras palabras, se trata de las decisiones que afecten la cantidad de  unidades de la moneda nacional que se entregarán a cambio de una unidad monetaria de otros países.  Obviamente la tasa de cambio más importante, por lo menos en esta región del planeta, es la relación de cada unidad  monetaria nacional  - el peso, el real, el bolivar, etc. – con el dólar norteamericano.

Cada país es soberano para fijar la tasa de cambio que estime conveniente, siempre y cuando sea 
responsable con las consecuencias de su decisión. Si entrega muchas unidades monetarias nacionales a cambio de un dólar, eso encarece las importaciones y favorece las exportaciones, además de ser un estímulo para las inversiones extranjeras. Si el dólar se cambia por muy pocas unidades monetarias del país, eso abarata las importaciones y hace muy poco rentables las exportaciones.

Además, cada país determina, dentro de su territorio, las formas institucionales precisas como se pueden realizar esas operaciones de cambio.  Nadie puede objetar, por ejemplo, que en tal o cual país existan casas de cambio que operan libre y legalmente. Hay países  en que esas operaciones son tan libres como comprar pan. Hay otros países en que esas operaciones están prácticamente prohibidas.  La libertad es libre. Hay países en que el dólar tiene tres o cuatro precios simultáneos, con el consiguiente desbarajuste general de la economía, cosa que tampoco puede ser objetada formalmente por ningún otro país.

Un país no necesita estar fijando la relación de su moneda con cada una de las distintas monedas que existen a nivel internacional. Si el país A fija libre y soberanamente la relación entre su moneda y el dólar, y el país B hace lo mismo con su propia moneda nacional, en la práctica queda también fijada la relación, por lo menos hipotética, entre la moneda del país A y del país B.  Que en realidad hayan personas que cambien la moneda de A por la moneda de B es otra cosa. Puede que no haya nadie en el planeta tierra dispuesto a cambiar su propia moneda por la moneda de un cierto país, en el cual no se tiene confianza, aun cuando las respectivas  relaciones de cambio con el dólar arrojen una tasa de cambio hipotética entre dichas monedas nacionales.  Hay otros casos en que hay un solo país - uno solo sobre la faz de la tierra - en que algunos agentes económicos nacionales están dispuestos a recibir moneda de otro país B a cambio de su propia moneda nacional o a cambio del dólar.

Hay circunstancias en que la política cambiaria se basa en dejar que tasa de cambio  se fije libremente por la oferta y la demanda que se presente en el mercado. Hay otras veces en que la tasa de cambio la fija administrativamente el gobierno o la autoridad monetaria correspondiente.  En estos últimos casos, si la tasa de cambio es muy baja, la demanda de moneda extranjera será alta y el gobierno debe lanzar al mercado la cantidad de dólares que correspondan para abastecer el mercado. Si no lo hace, la tasa de cambio en el mercado real tenderá a distanciarse de la tasa de cambio fijada administrativamente por el gobierno.

Hay veces en que un país puede objetar el hecho de que sus connacionales saquen su propia moneda nacional fuera del país, y la cambien por dólares o por otras monedas extranjeras. Un país puede objetar aquello y castigar a sus connacionales que actúen de esa forma - en realidad lo mejor serían incentivos económicos para que no lo hagan - pero no puede pretender ni prohibir que en otros países compren esa moneda en los términos en que la institucionalidad cambiaria de ese país lo establezca.

Otra cosa importante: ¿Qué hacen con la moneda del país A aquellos que la compran o la aceptan en el país B? La respuesta es una sola: comprar activos en el país A.  Y en los tiempos que corren, no se necesita ir con una maleta de monedas del país A al país B para realizar esas operaciones de cambio. Basta con depositarle en el propio país A, a los agentes económicos del país B, la cantidad de dinero que se haya pactado. ¿Y que reciben los  que entregan esa cantidad de dinero sin salir de su país? Muy sencillo: reciben activos físicos o financieros en otros países, sin salir de su propio país.  Las tecnologías comunicacionales y financieras permite hoy en día mover activos  a lo largo del planeta, sin mover físicamente una sola moneda de ningún país. Mientras este mecanismo funcione, pueden construir una muralla china en la frontera, y nada sustantivo cambiará.
sergio-arancibia.blogspot.com     




miércoles, 9 de septiembre de 2015

SOBRE AALENDE Y SU GOBIERNO

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 9 de Septiembre de 2015)



Sobre el papel de Salvador Allende en la historia política de Chile - y en particular sobre los hechos que sucedieron en los tres años en que ejerció la Presidencia de la República - se han escrito cientos de artículos y trabajos.

Ha ido quedando clara para la historia la talla moral de un Allende que siendo un hombre de respeto y de tolerancia, de irrestricto apego a la legalidad, y que nunca propició la violencia como forma de imponer ideas ni como forma de ejercicio de la política, murió el  Palacio de La Moneda en medio de un combate militar, pues se opuso con  tranquila y clara decisión  a la idea de rendirse, de entregarse, de negociar o de dejarse humillar por los militares que se habían alzado en contra de la constitución y de las tradiciones democráticas chilenas que Allende se había comprometido a respetar hasta el último momento de su vida.

Ha quedado igualmente clara la extraordinaria relevancia de sus ideas y de su programa político, que implicaba, en apretada síntesis, conjugar la democracia, como forma de relación social y política, y el socialismo, como sistema más justo y más eficiente de crear riqueza y de hacerla llegar a todos los ciudadanos del país. Avanzar hacia el socialismo respetando la democracia y las libertades civiles y políticas que le son inherentes, era una forma de hacer historia que no había estado presente en las luchas del siglo XX. La experiencia del socialismo real, con la Unión Soviética a la cabeza, implicaba un gran salto adelante en materia de igualdad social, pero con un claro sacrificio de las libertades que la humanidad había ido construyendo a lo largo de los últimos siglos. La famosa triada de libertad, igualdad, y fraternidad - que surgió de la revolución francesa y de los filósofos del siglo XVIII y XIX -  se mantenía como un sueño incumplido de la humanidad contemporánea. Las ideas y el accionar de Allende iban encaminados a abrir un camino nuevo, inédito hasta ese momento, para hacer realidad esas banderas.

Sin embargo, todavía queda, en algunos sectores, una sombra de duda sobre la bondad de la política económica que se llevó adelante durante los mil días del gobierno de Allende. Se tiende a poner énfasis en las tensiones y dificultades económicas que se presentaron, e incluso a justificar, basado en ese ejemplo histórico, los desaciertos económicos que se cometen en otros rincones de América, por actores políticos que nada tienen que ver ni con los sueños ni con el guión que presidía el accionar del gobierno de Salvador Allende.

Es importante en ese campo subrayar el hecho de que el cobre, que representaba y sigue representando el principal producto de exportación, sufrió una sustancial caída en su precio internacional precisamente en los dos primeros años del gobierno de Salvador Allende. Si en 1970 el cobre se cotizaba en los mercados internacionales a 64 centavos de dólar la libra, éste bajó a 49 centavos promedio entre los años 1971 y 1972. La expropiación de las grandes minas de cobre, que estaban en manos de grandes compañías norteamericanas, no implicó una pérdida de la producción ni de productividad, sino que, muy por el contario, los técnicos y profesionales chilenos que asumieron la conducción de dichas empresas, no solo las mantuvieron en los niveles de antaño, sino que aumentaron dichos indicadores económicos. Pero el ingreso en dólares que esas exportaciones significaban, disminuyó por el efecto precio, con el consiguiente impacto sobre la capacidad para importar y sobre los ingresos fiscales. ¡Qué distinta hubiera sido la historia si Allende hubiera contado con precios crecientes para la riqueza cuprífera! Más aun, es dable levantar la hipótesis de que la recuperación del precio internacional del cobre, que se visualizaba en el horizonte de 1973, aceleró el momento del golpe de estado, pues no era posible para los golpistas esperar a que Allende superara las  dificultades económicas que enfrentó en sus dos primeros años de gobierno.

Pero no fue solo en la gran minería del cobre donde la expropiación se dio a parejas con aumentos de la producción  y la productividad. En el sector manufacturero, donde se expropiaron una gran cantidad de empresas, la producción aumentó, a pesar de la falta de insumos importados y del boicot empresarial. Todo el período presidencial de Allende se dio en el contexto de un incremento de la producción manufacturera.  De allí que el PIB del país aumentara en un 7.8 % promedio en los años 1971 y 1972. Las grandes variables que explican dicha situación son fundamentalmente la disciplina y la organización de los trabajadores, que se traducía en eficiencia productiva, y la ausencia casi absoluta de corrupción.  Durante el período dictatorial se intentó desesperadamente, sin éxito alguno,  poder probar al menos una falta a los criterios universalmente aceptados en materia de honestidad administrativa. Ni un solo ministro, ni alto o bajo funcionario, pudo ser acusado de deshonestidad, de corrupción o de falta administrativa alguna, aun cuando tenían todos los elementos jurídicos y mediáticos como para hacer prácticamente lo que quisieran en ese  frente. ¿Cuántos de los allendistas de última generación en América son capaces de pasar la prueba del acido y demostrar que no son ineficientes ni corruptos?

Es cierto que hubo colas y que algunos productos de primera necesidad se volvieron escasos, sobre todo los de origen agropecuario,  pero no fue ni por ineficiencia ni por corrupción, sino porque el aumento en los salarios y en los ingresos generó aumentos de demanda que superaban los incrementos de producción que objetivamente se presentaron.
El proceso político latinoamericano, con todo lo que ha tenido siempre de romántico y de esperanzador, por un lado, y de  trágico y de dramático, por otro, no ha parido hasta el día de hoy otro Salvador Allende ni otro proceso tan rico y hermoso como el que él presidió.
sergio-arancibia.blogspot.com






jueves, 3 de septiembre de 2015

LA LINEACION MARAVILLOSA DE LOS ASTROS

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 2 de Septiembre de 2015.)


Durante la primera década del presente siglo América Latina tuvo la suerte de gozar de una situación económica mundial excepcionalmente favorable. Algo así como una alineación favorable de los astros que solo sucede una vez cada cientos de años.  Los elementos centrales que caracterizaban esa situación favorable eran básicamente los siguientes: elevados precios de las materias primas y demás productos primarios que constituyen hasta el día de hoy el elemento central en la canasta de exportaciones de los países de la región; elevados flujos de inversión extranjera directa que buscaba oportunidades de inversión fuera de las fronteras de los países desarrollados; capacidad de endeudamiento en el merado de colocación de bonos con tasa de interés relativamente bajas. Toda esta situación se traducía en un crecimiento bastante violento de los ingresos por concepto de exportaciones que recibía cada uno de los países de la América Latina y en un incremento del monto de capitales disponibles. Esa no fue una situación excepcional que vivió solo Venezuela, sino una situación relativamente generalizada en el continente.

Así por ejemplo, Brasil vio crecer sus exportaciones desde un monto de 60 mil millones de dólares en el año 2002, hasta 256 mil millones de dólares en el año 2011. Ya en el año 2006 las exportaciones se habían duplicado, alcanzando los 137 mil millones de dólares, y siguieron creciendo hasta duplicarse una vez más  en unos pocos años adicionales. Sus ingresos por concepto de exportaciones se multiplicaron casi por 4, es decir, un 300 % de aumento en el breve espacio de una década.  Es casi imposible encontrar otro  momento en la historia de nuestros países en que haya sucedido una situación de esa naturaleza. Es casi imposible también que le pueda ir mal al gobierno – el de Lula en este caso- que administra el país en medio de ese boom.

Con Argentina la situación es similar. En el año 2002 exportaba por un monto de 25 mil millones de dólares. En el año 2011  esa cantidad había subido a 84 mil millones de dólares - tres veces más - pasando en el año 2006 por un monto de 46 mil millones de dólares, en un ciclo ascendente que solo se revirtió levemente en el año 2009, año de crisis del conjunto del sistema financiero y comercial internacional. Una vez más, el boom internacional permite generar una situación política favorable para el gobierno de turno, casi con independencia de sus reales cualidades y tendencias.

Chile vio sus ingresos por concepto de exportaciones crecer desde 17 mil millones de dólares en el año 2002, hasta los 80 mil millones de dólares  en el año 2011, en una línea ascendente que solo tuvo un bajón en el año 2009, como sucedió casi en todos los países de la región. 
Venezuela, recibió ingresos por exportaciones por un monto de 26 mil millones de dólares,  en el año 2002. Esa cantidad se incrementó hasta los 97 mil millones de dólares en el año 2012. La revolución bolivariana, dirigida por el propio Presidente Chávez, no fue exactamente una revolución pobre.

Pero los astros se mueven y las alineaciones favorables se terminan.  Los bienes primarios que América Latina exporta han vistió sus precios disminuir en los mercados internacionales, encabezados dramáticamente por el petróleo, pero generando una tendencia que abarca al cobre, a la soya y a otros productos de alta significación en la cartera de exportaciones de los países de la región. Paralelamente, la inversión extranjera disminuye y el mercado financiero tiende a reducirse y a encarecerse. Toda esta situación afecta negativamente a los países de la región en el transcurso del año 2015, pero no los afecta a todos con la misma intensidad. Hay países en que los menores ingresos por compra de petróleo le significan un ahorro importante a sus economías. Hay países que acumularon reservas y fondos en el período de bonanza, lo cual les  permite enfrentar la actual situación de apretura. Hay países que han diversificado sus economías en el período de vacas gordas, y están en condiciones de enfrentar con más tranquilidad los períodos más duros.

Pero hay países, como Venezuela, que se endeudaron alegremente – pensando que el boom de los precios del petróleo iba a durar eternamente -  y que deben ahora pagar sus deudas en sus peores situaciones de caja. Los países que no acumularon reservas, como Venezuela, tienen que ir llevando el día a día de su liquidez internacional sin la holgura necesaria como para mantener sus importaciones. Los países que elevaron su consumo, como hizo Venezuela, sin aumentar su capacidad productiva interna - mediante la creación de nuevas empresas y/o el desarrollo de nuevos sectores -  deben ahora apretarse el cinturón.  Los países que incrementaron su consumo por la vía fácil de las mayores importaciones, deben ahora darse cuenta dramáticamente que la industria interna esta en un nivel muy bajo de utilización de la capacidad instalada, y que aumentar la producción requiere de divisas que han pasado a  ser precisamente la  mercancía escasa en esas economías. Países que alejaron, combatieron y expropiaron la inversión extranjera, convencidos arrogantemente de que no era necesaria, deben ahora ver como generan los incentivos como para atraerla, pero en una situación en la cual esos capitales han disminuido y han revertido hacia los países centrales. La vieja parábola bíblica de los años de vacas gordas y los años de vacas flacas conserva, desgraciadamente, en nuestra América, toda su validez.
sergio-arancibia.blogspot.com







VENEZUELA CADA VEZ MAS LEJOS DE AL

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 3 de Septiembre de 2015.)


No solo los datos sobre inflación y PTB han dejado de publicarse por parte del BCV. También las estadísticas sobre comercio exterior están atrasadas y, cuando se publican,  ocultan información relevante para el país. Sin embargo, en este campo, si Venezuela no informa sobre cuanto está exportando a un determinado país, dicho país no tiene ningún problema en informar, por la vía de la publicación periódica de sus propias estadísticas, de cuanto está importando desde cada uno de sus socios comerciales. En esa medida, lo que Venezuela oculta, se termina sabiendo sin problemas por la vía de la transparencia de la información de sus contrapartes comerciales. Por esa vía es posible conocer cuanto le ha comprado y vendido Venezuela a cada uno de los países de la región en el transcurso del año recién pasado. Y la conclusión  es clara: le ha comprado y le ha vendido a los países de la región cada vez menos.

Veamos. A Argentina las ventas venezolanas descendieron en el año 2014 en un 81.3 % con respecto al año 2013.  A Bolivia, otro de sus países de alta amistad política, las exportaciones cayeron en un 62.9 % en el mismo período. A Brasil, que ha sido durante muchos años el país preferido en términos de intercambios comerciales y financieros, se le vendió en el 2014  un 0.6  % menos que en al año 2013, siendo el país hacia donde las ventas cayeron menos.  Las exportaciones a Chile cayeron en un 41.2  %.  A Colombia,  país vecino con el cual se acumulan tantas tensiones, se le exportó un 3.4 % menos en el año 2014. Con México la baja en las exportaciones en el año que se analiza fueron de un  26.1 %. Con Perú las exportaciones en el año 2014 fueron un 73.1 % menores que en al año anterior e incluso a Ecuador se le vendió un 34.9 % menos en ese año que en el anterior.     

Hay que tener en cuenta que con esos países casi no hay ventas propiamente petroleras, pues son países productores de petróleo y/o países que tienen ya consolidados otros países proveedores para abastecerse de hidrocarburos. Se trata, por lo tanto, de menores ventas de exportaciones no petroleras. Una masiva pérdida de los mercados más favorables y más  necesarios para Venezuela.  

Las importaciones desde casi todos esos países también disminuyó, cuestión que se puede entender por la carencia de dólares que enfrenta Venezuela, y por lo tanto, por sus dificultades para importar desde cualquier país del mundo. Pero perder  mercados para las exportaciones no tradicionales, en la región del mundo que más posibilidades tiene de comprarle  a Venezuela ese tipo de mercancías, es una cuestión que no se explica fácilmente.

Recuperar esos mercados no es cosa fácil, pero es una tarea posible siempre y cuando se tomen las medidas que correspondan para efectos de recuperar y promover las exportaciones no tradicionales. Eso implica el uso racional,  serio y sostenido de herramientas tributarias, administrativas  y cambiarias, entre otras. Pero para todo ello se necesita decisión política y  dialogo con los empresarios correspondientes.
sergio-arancibia.blogspot.com