sábado, 29 de septiembre de 2012

EL CUENTO DE VENEZUELA POTENCIA AGRÍCOLA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 28 de Septiembre de 2012.)


En Venezuela no es fácil polemizar sobre cómo se dividen los alimentos que consumimos entre producción  importada y producción nacional, por una razón muy sencilla: las estadísticas sobre la producción agrícola nacional son pésimas, inexistentes o absolutamente poco confiables. Ni el Ministerio de Agricultura,  ni el Instituto Nacional de Estadísticas, ni el Banco Central de Venezuela publican cifras en las cuales se pueda depositar una cuota medianamente aceptable de confianza. Y eso no puede ser por casualidad. No existen buenas estadísticas sobre producción agrícola porque el Gobierno y sus organismos dependientes no han querido que existan. Se trata de un área de la economía nacional que es mejor mantener oculta.
En ese contexto, los llamados frecuentes del Presidente de la República a convertirnos en potencia agrícola no son otra cosa que la necesidad de mantener vivos los sueños, las ilusiones, y en no pequeña medida las mentiras, en que se sustenta el discurso oficial.
Brasil es una potencia agrícola porque es el mayor exportador mundial de carnes, y uno de los productores y exportadores importantes de soya. Argentina es una potencia agrícola porque produce soja, lácteos, cárneos y cereales como para exportar en cantidades sustantivas. Chile es una potencia agrícola, por cuanto exporta frutas, productos forestales y pesqueros en cantidad muy superior a los alimentos que necesita importar. En realidad todos los países de la América del Sur exportan más productos agroalimentarios que los que importan, Todos, menos Venezuela, que es el único país que importa casi 100 veces más que lo que exporta. Tal como suena: en el 2011 sus exportaciones de productos agroalimentarios- correspondientes a los primeros 24 capítulos de arancel de aduanas- ascendieron a 39,5 millones de dólares, mientras que sus importaciones, de los mismos rubros, sumaron 3.743 millones de dólares.
¿Sabe usted cual es el producto estrella en las exportaciones agroalimentarias de Venezuela? Ya hace varios años que no es el cacao, ni el café, ni la carne, ni el arroz. El producto estrella es hoy en día el ron, del cual se exportan 17 millones de dólares, de los 39 millones de dólares ya mencionados que constituyen las exportaciones agroalimentarias totales. Es decir, casi 40 % de nuestras exportaciones agroalimentarias están constituidas por dicho producto. Pero incluso ese rubro ha venido disminuyendo en forma sistemática en los últimos años. De 36 millones de dólares que se exportaban de ron en el año 2006, en el año recién pasado solo se exportaron los 17 millones de dólares. Es de esperar que al Gobierno no se le ocurra expropiar a las empresas roneras que todavía logran abrirse paso en el mercado internacional, pues allí las exportaciones llegarían rápidamente a cero.
El segundo producto de exportación – en el campo agroalimenticio- es el constituido por los pescados, crustáceos y  moluscos, de los cuales se exportaban 48.5 millones de dólares en el año 2006 y en el año recién pasado sólo se exportaron 10.6 millones de dólares.
El cacao, antaño orgullo de las exportaciones agropecuarias venezolanas, ha pasado de 16.9 millones de dólares en el 2006, a sólo 2.6 millones de dólares en el año 2011. Hay algunos que todavía viven de las glorias pasadas y piensan que el mundo no puede vivir son el cacao venezolano, que se supone uno de los mejores del planeta.
CIFRAS
En frutas y frutos comestibles se pasó de 5.8 millones de dólares en el año 2006 a sólo 1millón de dólares en el año 2011. Es decir, Venezuela no logra consolidarse tampoco como exportador de futas tropicales.
En café, lácteos y cereales, que algo aportaban en años pasados, hoy en día no se exporta nada.
Esta es la realidad que arrojan las pocas cifras creíbles existentes sobre el sector agropecuario venezolano, que son las referidas a su comercio exterior. La conclusión es clara: con la política agropecuaria actual no hay destino posible para el agro venezolano. Si se sigue haciendo lo mismo, se seguirán obteniendo los mismos resultados, que nos alejan cada vez mas de ser una potencia en alguno de los muchos rubros agroalimenticios.
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miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿DONDE ES MEJOR NACER?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 26 de Septiembre 2012.)


La Organización No Gubernamental Save the Children ha elaborado un mapa mundial de la pobreza infantil, en el cual cuantifica la situación que enfrentan los niños en 171 países analizados. Se llega a la conclusión de que el mejor país para nacer – si los niños pudieran elegir-  es Islandia, en la medida en que la posibilidad de superar allí  la edad de cinco años es elevada – la mortalidad infantil es baja -  y son mejores las oportunidades de contar con educación  y cuidados de salud.
Le siguen en orden decreciente Suecia, Japón, Austria, Italia, Francia, Alemania e Irlanda. No hay ningún país latinoamericano entre los 10 primeros-  o mejores- países en este ranking. Afortunadamente, tampoco hay ningún país latinoamericano entre los diez peores, entre los cuales se encuentran Madagascar, Sierra Leona, Eritrea, Mali, Yemen y Afganistán. Cierran la lista - como los países con peores condiciones como para que un niño pueda allí nacer, sobrevivir y educarse - Niger y Somalia.
El mejor país latinoamericano en este ranking es Costa Rica, que se encuentra en el lugar 47. Le siguen Chile, en el lugar 49, Brasil, en el lugar 51, Argentina en el lugar 52 y Uruguay en el lugar 53. Son los países de la región que presentan los mejores índices en materia de mortalidad infantil, salud, y educación.
En lugares un poco menos destacados se encuentran Cuba(56), México(62), Colombia (72), Panamá(76) y Ecuador (77).
Venezuela se encuentra en el lugar 85. Según estas estadísticas, nuestro país presenta un 18 por mil de mortalidad en niños menores de 5 años, tiene una tasa de escolaridad primaria de 103 por ciento, y una tasa de escolaridad secundaria de 83 %. El porcentaje de la población que tiene acceso al agua potable es también de 83 %. Dicho en otras palabras, hay en Venezuela un 17 % de la población que no tiene acceso al agua potable y un  17 % de los niños que deberían estar insertos en la educación secundaria, pero están ausentes de la misma.
Estos antecedentes deberían contribuir a darle realismo a los diagnósticos existentes sobre la situación que enfrenta Venezuela en materia de desarrollo social y a deberían ayudar en forma sustantiva a construir sobre un terreno más sólido las políticas y propuestas encaminadas a superar esta situación. ¿Cómo se explica que países que tienen un menor ingreso global y un menor ingreso per cápita que Venezuela - como Colombia, Panamá, Ecuador o Perú - se ubiquen en lugares más destacados que Venezuela en este mapa de pobreza infantil? ¿Cómo se explica que Venezuela sea un país  que puede ofrecerle a los niños que aquí nacen condiciones casi iguales que las que enfrentarían en Paraguay,  en materia de salud y educación? Un problema tan grave como la pobreza infantil no debería ser utilizado como una mera herramienta publicitaria en este período electoral. Pero es evidente que Venezuela -  como país y como Gobierno - no ha hecho todo lo que se debería haber hecho para darle a los niños que aquí nacen mayores y mejores oportunidades de sobrevivencia, de salud y de educación. Hay, por lo tanto, que tener una cuota mayor de modestia cuanto se pretende dar lecciones internacionales en materia de desarrollo social. Venezuela ha tenido los recursos como para avanzar mucho más rápido en estas importantes materias. Muchísimos más recursos que la mayoría de los países de la región. Y el resultado no es bueno. Seguir haciendo lo mismo que se viene haciendo hasta ahora es altamente probable que conduzca a los mismos resultados. Es necesario analizar estos problemas sin demagogia – tal como lo hace el estudio mencionado – y tomar las iniciativas de cambio que correspondan.  
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martes, 18 de septiembre de 2012

LOS TRANSGENICOS Y LAS BARRERAS IDEOLOGICAS.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 18 de Septiembre de 2012.)


La Academia Pontificia para las Ciencias – organismo dependiente del Vaticano, de carácter más bien discreto y de poca figuración pública- ha dejado filtrar recientemente a la prensa internacional la idea predominante en su seno en el sentido de que los productos transgénicos no son intrínsecamente malos. Más aun, pueden ser una herramienta poderosa para subsanar los déficits alimenticios que afectan a una porción importante de la población mundial.
Los alimentos transgénicos son aquellos que resultan de la alteración o manipulación de los genes de ciertos vegetales o animales, de modo de dar origen a un producto que tiene un mapa genético distinto al común de los individuos de su especie. Se trata, desde un cierto punto de vista, de generar una especie diferente a las que han existido desde los orígenes de la vida en nuestro planeta. Obviamente, el objetivo de estos nuevos productos transgénicos es aumentar la productividad de ciertos rubros alimenticios, así como incrementar su contenido proteico, o elevar su  resistencia a climas adversos o a ciertas plagas frecuentes, entre otras características.
VENEZUELA ESTANCADA
El peligro que los productos transgénicos presentan dice relación con su efecto sobre los equilibrios de los actuales sistemas agroecológicos, en la medida en que la introducción masiva de una nueva especie debe afectar – en un sentido o en una magnitud todavía no bien conocida-  la vida, la sobrevivencia o las características de las especies actualmente existentes. También persisten dudas sobre las consecuencias que los productos transgénicos puedan tener sobre la salud humana. Se trata indudablemente de dudas o inquietudes legítimas, pero que deben resolverse por la vía de la propia investigación científica, y no por la vía de cerrarse en forma total y absoluta a explorar una perspectiva tecnológica que puede ser sumamente prometedora para toda la humanidad. Hay que detectar y contrarrestar las eventuales peligrosidades de los productos transgénicos, y aprovechar todo lo que ellos tienen de revolucionarios para efectos de la alimentación de la especie humana.
En Venezuela, el Presidente Hugo Chávez hizo en 2004 una serie de declaraciones negativas en contra de la producción de alimentos transgénicos, y esas declaraciones fueron tomadas como una política oficial, que ha impedido el desarrollo de la investigación y la producción correspondiente, aun cuando no su consumo, pues una buena parte de los muchos alimentos importados que se consumen en Venezuela son de origen transgénico.
La producción de alimentos transgénicos avanza y se desarrolla lenta pero inexorablemente en el mundo contemporáneo. Quedarse atrás de este prometedor desarrollo tecnológico es casi condenarse a exhibir por décadas una posición subordinada y dependiente en los mercados internacionales, donde tendremos que recurrir para proveernos de los alimentos que necesitamos y que nos negamos a producir con las técnicas que la humanidad contemporánea coloca a disposición.
LA TECNOLOGíA
La tecnología agrícola de vanguardia no es hoy en día ni el tractor ni el fertilizante, como lo fueron en la década del 50 o del 60. Pretender que con esas herramientas se puede poner al campo venezolano a  competir con la producción de Estados Unidos, de Argentina o de Brasil, es vivir con 50 años de atraso tecnológico. La tecnología agropecuaria de vanguardia es básicamente la biotecnología y la agricultura de precisión, campo este último en que se aprovecha intensamente el uso de satélites y de otros sensores y técnicas de medición, así como de los computadores y de los programas correspondientes, para estudiar las variaciones de los diferentes factores que afectan los cultivos, y tomar las decisiones más eficientes casi en tiempo real.  
Parece, curiosamente,  que determinados dogmas ideológicos - que se han enraizado en ciertos sectores del país -  son más fieros adversarios de lo nuevo, hoy en día, que los puntos de vista que tienen raíces en la teología o en la cosmogonía de base religiosa. 

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QUE SIGNIFICA UN BUEN GOBIERNO.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en ELMUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 18 de Septiembre de 2012.)


Un buen gobierno se caracteriza por cuanto convoca al ejercicio de la función pública a los mejores elementos técnicos y profesionales con que cuenta el país, ya sea formados en las buenas universidades nacionales o extranjeras, o formados en largos años de ejercicio profesional en los cuales han ganado experiencias y conocimientos que los destacan por sobre la media de sus iguales.
Un mal gobierno se caracteriza, por el contrario, por convocar a elementos carentes de experiencias o de calificaciones, y cuyas únicas credenciales para ocupar un determinado cargo son las credenciales políticas, es decir, la adhesión y la incondicionalidad hacia la  persona o hacia el grupo que le permiten un ascenso económico y social de esas características.
Un buen gobierno está conformado por hombres y mujeres que tienen como norte conseguir determinadas metas nacionales que pueden prestigiarlos, pero no lucrarlos. Un mal gobierno, en cambio está conformado por ciudadanos cuya meta principal es utilizar su paso por el gobierno, que suponen transitorio, para lucrar tanto como puedan, aprovechando para ello las muchas oportunidades que su cargo les genera.
Pero un buen gobierno se caracteriza no sólo por convocar a los mejores, sino también por dejarles espacio para que tomen las decisiones que estimen convenientes en su ámbito de desempeño. Es decir, tienen que estar dotados no sólo de un nombramiento, de un escritorio y de un sueldo, sino que tienen que tener libertad como para tomar las decisiones que correspondan a su cargo, dentro de las orientaciones estratégicas que emanen de la cúpula del poder ejecutivo.
Ni el más excelente profesional o el más experimentado ejecutivo podría funcionar con eficiencia si tiene que consultar con el Presidente de la República cada decisión que tenga que tomar. Si el Ejecutivo no confía en ellos, no los nombre. Si confía, hay que delegar en ellos la capacidad de administrar eficientemente los recursos materiales, financieros y humanos que se le confían, para que obtenga los resultados que se esperan. Y juzgarlo posteriormente, en función de los resultados alcanzados. La descentralización y la delegación del poder de decisión, son por lo tanto, parte importante de la caracterización de un buen gobierno. Un gobierno deviene necesariamente en un mal gobierno si ante cada problema, en cualquier parte del país, las opciones posibles tienen que ser elevadas la más alto nivel de decisión, para que allí se resuelva desde la pavimentación de una calle o la construcción de una casa.
Pero un buen y un mal gobierno se diferencian no sólo por la forma en que toman las decisiones, sino también por las metas que cada uno se plantea. Un buen gobierno tiene metas en cuanto a lo que el país debe ser en el corto y en el largo plazo. Un mal gobierno no tiene otra meta que su propia sobrevivencia o su perpetuación en el poder.
En cualquier escuela de administración se enseña a los alumnos que el viejo método fordista de administración - en la cual el jefe toma todas las decisiones y los demás realizan labores repetitivas en las cuales no necesitan comprometer su capacidad de raciocinio ni de decisión - es un método que conduce al fracaso de las empresas modernas, que actúan en ambientes de alta incertidumbre y constante modificación. En este contexto, se necesitan metas estratégicas claras y delegación de poder. Este método permite, e incluso obliga, a que cada miembro de la empresa aporte su creatividad y su capacidad de raciocino, en función de los problemas de corto y de largo plazo que se enfrentan. La gran administración de un país, siendo mucho más compleja aun, requiere en mayor medida del aporte creativo de todos. De allí la importancia de la política propiamente tal, como práctica del dialogo y de la suma, que debe estar presente también en las credenciales que definen un buen gobierno  El que quiera resolverlo todo - por que asume que él sabe todo y tiene la capacidad de decidir sobre todo – conduce inexorablemente a la organización a los mayores fracasos. El que aprovecha el aporte, la  creatividad y los conocimientos de todos, permite que la organización crezca y se desarrolle. No hay duda de que Venezuela merece un buen gobierno.
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viernes, 14 de septiembre de 2012

POLÍTICAS DE ESTADO


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 14 de Septiembre de 2012.)


Se utiliza el concepto de políticas de estado para referirse a ciertos campos de las políticas públicas en torno a las cuales se genera un alto nivel acuerdo entre todas las fuerzas políticas y sociales, tanto en relación a las metas propiamente tal, como en cuanto a las formas más adecuadas de llevarlas  cabo.  La existencia de políticas de estado asegura la continuidad  - en el tiempo y a través de los diferentes gobiernos -  de las acciones y definiciones que permiten avanzar en la preservación o en el desarrollo de ciertas metas e instrumentos en un área problemática determinada.
Las relaciones internacionales, la defensa nacional, la defensa de las fronteras, suelen ser campos en los cuales se dan, en forma explícita o implícita, políticas de estado que son respetadas y apoyadas por las fuerzas de gobierno y de oposición en el seno de los países que cuentan con alto grado de institucionalidad y de cohesión social y política. No son embargo, los únicos campos en los cuales es  posible y deseable la definición de políticas de estado.
En la coyuntura actual de Venezuela - donde se ha generado un nivel importante de destrucción del tejido productivo del país -  sería importante la definición de grandes acuerdos nacionales en materia de política de industrialización, política de promoción de exportaciones y política de innovación y competitividad, que son tres asuntos que están estrechamente relacionados entre sí, pero que podrían perfectamente ser analizados por separado.
Una política de estado en materia de industrialización debería pasar por definir determinados sectores industriales en los cuales se visualice que el país puede adquirir en un futuro cercano ventajas competitivas, siempre y cuando cuenten con los apoyos estatales como para ello. Creo que en ese campo deberían ubicarse la industria química y petroquímica y todos los derivados del petróleo, así como la industria siderúrgica. En el área agroalimentaria, quizá sea posible privilegiar el ron y ciertas frutas tropicales.
COMPETITIVIDAD
En otras actividades es posible también visualizar  empresas en la cuales existan indicios claros y verificables de que pueden dar un salto adelante importante en materia de producción,  calidad y competitividad. En torno a ellas debe desplegarse toda la batería de estímulos tributarios, arancelarios y tecnológicos que permitan crear un ambiente donde la empresa nacional y/o extranjera radicada en el país pueda crecer, desarrollarse y  llegar a ser eficiente y competitiva. No se puede repetir la antigua política de sustitución de importaciones del siglo pasado, en la cual se protegía y se incentivaba por igual a todo tipo de industrias, tuvieran o no potencialidades, con lo cual se generaba una estructura completa y compleja de empresas ineficientes mantenidas en pie solo por la ayuda estatal que pasaba a constituirse en endémica.
En materia de promoción de exportaciones – o lo que es lo mismo, de inserción exitosa en el mercado internacional no petrolero – hay también  que privilegiar mercancías y mercados que se visualicen con potencialidades y canalizar hacia ellos todas las acciones del campo de la diplomacia, del marketing  y del comercio internacional.
AQUÍ DICHO
Nada de lo anterior es posible – ni en el campo de la industrialización ni en el campo de la promoción de exportaciones- si no se desarrolla una política seria en relación a la innovación tecnológica, con todo lo que ello implique en el área de la investigación y el desarrollo. Financiamiento de la investigación, el desarrollo y la innovación, orientada hacia los sectores líderes; creación de centros especializados; incentivos y apoyo a las universidades en los proyectos que correspondan, no en cualquiera; becas para cursos de alto nivel en las mejores universidades del mundo, etc.
Las políticas de estado son posibles y deseables. Para ello se necesitan objetivos claros por parte del gobierno de turno, y capacidad de convocatoria, de dialogo y de compromiso. Ojala que en las áreas mencionadas, o en otras parecidas, el gobierno venidero pueda aprovechar su arraigo nacional y su capacidad de inclusión, para definir aquellas áreas en las cuales todo el país debería empujar de conjunto.

martes, 11 de septiembre de 2012

ALLENDE, LIBERTAD E IGUALDAD


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 11 de Septiembre de 2012.)


El 11 de Septiembre se conmemora la muerte de Salvador Allende acaecida en 1973, en el Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile. Ese día los militares golpistas derrocan el gobierno constitucional del país e instauran una de las dictaduras mas oprobiosas que se han conocido en nuestro continente. Salvador Allende prefiere sacrificar su vida antes que ceder o negociar con  las fuerzas golpistas.
El proyecto político de Salvador Allende - no siempre comprendido tanto fuera como dentro del país - buscaba profundizar la igualdad, propia del socialismo, con la mantención y profundización de la libertad, propia de la democracia. Los dos elementos de ese  binomio  -igualdad y libertad -  no siempre han marchado en armonía en los dos últimos siglos de la historia de la humanidad.  
En los países gobernados por las derechas políticas, el elemento rector del ordenamiento social es la libertad, básicamente la libertad económica, con grandes y negativas secuelas en materia de desigualdad social, desigualdad de oportunidades y desigualdad en la distribución de los ingresos y de los bienes y servicios producidos en dicha sociedad.  En ese contexto las libertades y derechos democráticos se convierten en un bien público que realmente no está al alcance de las mayorías desposeídas de bienes y servicios materiales.  Un régimen de esa naturaleza está condenado a vivir en contante conflicto o en contante represión, pues esa desigualdad social no será nunca aceptada por las grandes mayorías nacionales.
En los países que fueron gobernados por lo que se llamo el socialismo real, es decir, la Unión Soviética y los países de la Europa del Este, el principio ordenador fue la igualdad, con grandes sacrificios en materia de libertades democráticas. Se limitó severamente la libertad de expresión, de reunión o de asociación, así como la libre elección, por la vía de votaciones libres y secretas, de las autoridades políticas del país. Todo ello en aras de una eventual igualdad en materia de acceso a bienes y servicios y en materia de oportunidades, lo cual no impedía que la cases dirigente viviera con privilegios imposibles de alcanzar por el común de los ciudadanos. La caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de todo ese gigantesco experimento de ingeniería social, mostró definitivamente que la mera igualdad - aun cuando sea real y extendida- no es aceptable para los pueblos si no va acompañada de libertad.
La belleza –o quizás lo utópico – del proyecto político de Allende fue el intento de compatibilizar los dos términos de ese binomio: por un lado, avanzar en materia de igualdad social, igualdad de oportunidades, igualdad en el acceso a los servicios sociales básicos, menor desigualdad en la distribución del ingreso, mayor igualdad en el acceso a los bienes materiales y culturales propios de la sociedad contemporánea, haciendo para ello todas las transformaciones estructurales que la sociedad y la economía chilena necesitaban.  Por otro, mantener y profundizar las conquistas democráticas propias del pueblo chileno y del mundo contemporáneo, tales como la libertad de expresión, de reunión, de asociación, de movimiento, de elección de dirigentes políticos, etc.
La grandeza moral y política de Allende es que supo levantar esas dos  banderas a lo largo de más de cuarenta años de intensa actividad política  en el país – siendo diputado, senador y ministro de salud, en diferentes momentos de su vida - y supo enfrentar la muerte en aras de ser consecuente con el proyecto que le había prometido al pueblo de Chile y en función del cual había asumido la Presidencia de la República.
Su proyecto no murió con él. El intento de compatibilizar las ideas de justicia social propias de socialismo, con las libertades democráticas que son patrimonio de toda la humanidad, sigue presidiendo las luchas de inmensos contingentes sociales y políticos en todos los continentes.  Igualmente, la consecuencia moral manifestada al preferir la muerte antes que la traición a sus ideas y sus compromisos políticos, marca para siempre la diferencia ente la política como compromiso ético y conceptual profundo  y la política como mera lucha por el poder, sin importar mucho el cómo ni el para qué.
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viernes, 7 de septiembre de 2012

BRASIL NO CAE EN EL POPULISMO.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 7 de Septiembre de 2012.)


Brasil, la sexta economía mundial, la primera a nivel latinoamericano y -desde luego - la primera a nivel del Mercosur,  se encuentra indudablemente en problemas. Su economía no está creciendo a las tasas que mostró en la década anterior e incluso está creciendo a un ritmo marcadamente más lento que el resto de los países de la región. Frente a esta situación, su actual gobierno no se queda de brazos cruzados, sino que toma una serie de decisiones -  algunas de corto plazo y otras de más larga maduración – pero que no se enmarcan en el recetario populista tantas veces fracasado en América Latina. En otras palabras, no se busca la solución a los problemas económicos actuales por la vía fácil de elevar los niveles de consumo de las personas y del gobierno mediante la emisión monetaria, el déficit público y/o el endeudamiento interno o externo. Tampoco se buscan soluciones por la vía de buscar culpables de ocasión contra los cuales  convocar las iras populares, aun cuando ello no solucione nada, e incluso muchas veces agrave el problema original.
Las exportaciones, que han sido durante el presente siglo el factor que ha dinamizado la economía brasileña, no están creciendo al ritmo  que se necesitaría. A pesar de que durante los primeros siete meses del presente año la moneda brasileña, el real, se ha depreciado  en un 16 % con respecto al mismo período del año anterior, las exportaciones de manufacturas han retrocedido en un 0.7 %. Es decir, las exportaciones se han manifestado como una variable poco sensible ante las variaciones en la tasa de cambio. Con ello, las políticas económicas encaminadas a incentivar esa lenta pero sistemática devaluación del real se muestran como poco conducentes a ese fin último que es elevar el nivel de las exportaciones.

EL PUNTO EUROPEO
La razón de esta situación parece encontrarse en las dificultades económicas de Europa, que han reducido las exportaciones brasileñas, y también en la política económica llevada adelante por Argentina, su socia en Mercosur, que ha reducido las ventas, sobre todo de automóviles, al mercado rioplatense.  Por el lado de las importaciones, la devaluación del real no ha producido tampoco una disminución de las mismas, pues las compras a China siguen en ascenso. 
En todo caso, ni en el empresariado ni en el Gobierno parece cundir el pánico ante esta situación. Los primeros declaran su confianza en que las variaciones cambiarias toman su tiempo en manifestar su incidencia sobre las exportaciones, y que es muy pronto todavía como para ver todos los efectos que cabe esperar. El Gobierno, a su vez, en forma muy responsable, ha anunciado un paquete de medidas económicas de corto y de largo plazo, encaminadas a elevar la competitividad de la economía brasileña.
Entre las medidas de corto plazo cabe mencionar la baja en la tasa de  interés, a un 7.5 %, con lo cual se busca reducir el costo inmediato que tiene el endeudamiento para el sector privado de la economía brasileña. A ello se agrega la medida, anunciada pero no concretada, de buscar formulas que permitan reducir el costo de la energía, lo cual sería un mecanismo que, al reducir los costos, elevaría la competitividad de la economía brasileña. También se anunció recientemente la reducción de impuestos a la industria automotriz, de electrodomésticos y de muebles, medidas todas que apuntan en la misma dirección ya mencionada.
Entre las medidas de más larga maduración hay dos que también se encuentran todavía en el plano declarativo pero que parecen llamadas a tener un alto impacto económico e incluso político. Por un lado, se ha manifestado la intención de llevar adelante un ambicioso plan de obras públicas, mediante el mecanismo de concesiones privadas sobre carreteras y ferrocarriles, de modo de incrementar y de modernizar el transporte interno.
PÚBLICO Y PRIVADO
Se habla de construir nuevas autopistas y de un tren rápido que una Sao Paulo y Rio de Janeiro. Paralelamente, se ha anunciado la privatización de puertos y aeropuertos, también con la intención de modernizar, atraer nuevas inversiones, y reducir, en este caso, los gastos que ello significa hoy en día para el presupuesto fiscal.  Se trata, en definitiva, de intentos de ganar modernidad y competitividad para seguir insertándose con creciente éxito en los circuitos comerciales internacionales, haciendo más fuerte - y en ningún caso matando - la gallina de los huevos de oro de la economía brasileña, que ha sido, durante largos años,  la fuerte complementación entre el sector público y privado.   
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martes, 4 de septiembre de 2012

LA EXPERIENCIA CHILENA


(Articulo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 4 de Septiembre de 2012)


En el Chile de 1988 se llevó adelante una consulta popular plebiscitaria destinada a resolver si el dictador Augusto Pinochet- que había detentado el poder durante 15 años – seguía en esa condición por 8 años más, o se procedía a la elección de un nuevo Presidente de la República. Dado que se trataba de  una consulta organizada por el propio régimen militar la desconfianza de la población era generalizada y en muchos casos justificada. La primera gran batalla que dio y ganó la oposición democrática fue, por lo tanto, convencer a la ciudadanía de que era posible ganar y de era imprescindible preparase para  participar en la consulta. Para ello, cada ciudadano debía acudir a inscribirse en el registro electoral.
Dado que el gobierno había llevado adelante una masiva campaña de inscripción electoral de sus adeptos, la posibilidad de que ganara la oposición estaba en directa proporción a la cantidad total de ciudadanos que se lograra inscribir. Si se superaba la cantidad de ocho millones de inscritos había posibilidad de ganar. Se llevaban los cómputos diarios de la cantidad de inscritos y cuando se superó la cifra crítica ya mencionada la situación cambió cualitativamente. La población había respondido, y ahora había de centrar la atención en la campaña propiamente tal.
Se creó la Concertación de Partidos por el NO, conformada por la inmensa mayoría de los partidos políticos de oposición, aun cuando desgraciadamente no de todos. Ese fue el órgano dirigente de la campaña.  
En materia de propaganda en TV el organismo electoral  dictaminó que la Comando por el No podía disponer de 15 minutos al día, a las 12 de la noche, para llevar adelante su propaganda. Dado que era indudablemente poco, había que hacer un uso extraordinariamente racional y eficiente de ese espacio de tiempo. Cada spot del No, diferente cada día,  se convirtió en una pieza magistral desde el punto de vista artístico y político, de la cual todo el mundo hablaba al día siguiente. Se difundió un mensaje de optimismo y de alegría – la alegría ya viene, fue la consigna central- y se dejó al gobierno la tarea de difundir el miedo y el insulto. 
Para el día de la votación, era imprescindible tener apoderados del No en cada centro de votación, y tener centrales de cómputos que permitieran a los dirigentes políticos, a los periodistas y a los observadores extranjeros, tener en cada momento una visión clara de los resultados. Todas las mesas fueron cubiertas, en todo el país, y se crearon en Santiago dos redes paralelas de recopilación de información, en lugares discretos de la ciudad, por si una de ellas era intervenida por las fuerzas del régimen. La información casi en tiempo real de lo sucedido en cada mesa de votación del país, se dispuso en todo momento en Santiago.
A las 2 de la mañana, se sabía que el triunfo era del No, pero el gobierno se negaba a dar resultados oficiales. Se temía un desconocimiento de los resultados. Pinochet convocó a esa hora a los Comandantes en Jefe de las ramas de las Fuerzas Armadas al Palacio de la Moneda, para estudiar cómo dar un manotazo a los resultados. Antes de entrar a La Moneda el Comandante de la Fuerza Aérea - que el día anterior había hecho volar los aviones supersónicos a las 1 de la mañana sobre Santiago, para atemorizar a la población - reconoce ante la prensa internacional que el triunfo es del NO, y sólo después entra a la reunión convocada por Pinochet, con lo cual destruye la maniobra de este último y genera el último elemento que faltaba para que todo el mundo diera por seguro el triunfo del NO.
Pero hubo un hecho adicional digno de destacarse. Se temía que si habían esa noche festejos y manifestaciones de alegría en las calles y plazas del país, el régimen pudiera organizar  disturbios y  enfrentamientos, y tomar eso como excusa para generar un escenario de estado de sitio y de suspensión del plebiscito. La orden del Comando del No, - a una población que llevaba 15 años de dictadura y de silencio - fue no salir a celebrar, y la población acató disciplinadamente esa decisión. Sólo al día siguiente la población pudo dar rienda suelta a su inmensa alegría y celebrar el hecho histórico que habían protagonizado de derrotar a una dictadura con organización, unidad, movilización  y conciencia ciudadana.   
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sábado, 1 de septiembre de 2012

COSAS RARAS


(Articulo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 17 de Agosto del 2012.)


Los datos que recientemente hizo públicos el Presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, sobre los resultados económicos venezolanos durante  primer semestre de este año, generan una serie de interrogantes.
En lo que respecta al PIB – que es todavía el indicador más utilizado para medir la dinámica económica de una sociedad- se postula en las cifras presentadas por el Presidente del BCV que esa variable alcanzó una magnitud de 115.002.434 miles de bolívares del año 1997, en el segundo trimestre de este año. Esa cantidad es mayor que la que exhibía la economía venezolana en el trimestre inmediatamente anterior, que fue sólo de 13.005.814 miles de bolívares del año 1997. Pero es menor que la que se observó en el cuarto semestre del año 2011, que fue de 15.849.242 miles de bolívares de 1997. No se sostiene, por lo tanto, la afirmación de que llevamos siete trimestres ininterrumpidos de crecimiento.  El PIB creció durante el año 2011 - cada trimestre fue superior al inmediatamente anterior - pero en el primer trimestre de este año se presentó un bajón importante. En este segundo trimestre del año el PIB volvió a subir, pero sin alcanzar la cifra de producción presentada por la economía venezolana los tres últimos meses del año pasado. Estamos mejor que hace tres o cuatro meses atrás, pero estamos peor que en los meses finales del año recién pasado.
EL BCV postula que el sector construcción es el gran motor de este crecimiento del producto interno bruto, que este sector creció en este segundo trimestre del año 2012 en un 27 %, y que eso es una consecuencia directa de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Pero de acuerdo a las cifras que el propio banco publica, el PIB del sector construcción  alcanzó en el primer semestre de este año, una cifra de 2.141.404, medida en  miles de bolívares del año 1997. En otros semestres no muy lejanos - como el segundo semestre del año 2008 - alcanzo la cifra de 2.385.606, medido en las mismas unidades ya mencionadas. Y en el segundo semestre del año 2009, año de recesión económica mundial, alcanzó un nivel de 2.358.226 miles de bolívares del año 1997. Es decir, en otros momentos de la historia reciente, sin una gran misión de por medio, y con más responsabilidad del sector privado en la actividad constructora, se alcanzó un nivel mayor de PIB del sector construcción. En el primer semestre de este año el PIB del sector construcción representa el 7.3% del PIB total del país. En el año 2009 ese porcentaje era de 7.6 %.  ¿Es posible aumentar en forma sustantiva el número de viviendas construidas, sin que eso se traduzca en un crecimiento del PIB del sector construcción? ¿Es posible duplicar el número de viviendas construidas sin que aumente el porcentaje que el sector construcción representa del PlB?
Con esos datos que el propio BCV publica – y que el Gobierno celebra- es muy difícil creer en los resultados exitistas respecto al boom del sector vivienda estatal. Según las cifras más fidedignas relativas al sector vivienda, en el año 2009 se habrían construido 98,219 viviendas, en todo el país, entre el sector público y privado. En el año 2010 esa cifra bajó a 68.441 viviendas. En el año 2011 se lanzó la Gran Misión Vivienda Venezuela, que habría permitido construir aproximadamente  146 mil viviendas en ese año. Pero de esa cantidad 33.000 viviendas no corresponden a  construcción de viviendas nuevas, sino a reparación de viviendas viejas – conversión de ranchos en viviendas dignas, según la terminología oficial – con lo cual las viviendas nuevas realmente construidas – si se aceptan como buenas las cifras oficiales  - son sólo 112.196 viviendas, que no es una cantidad muy superior a lo que ya se había logrado en el año 2009, sin tanto despliegue publicitario.
En los siete primeros meses del año 2012, el Gobierno dice que se han construido 91.829 viviendas y que la meta es construir 200 mil en el transcurso del año. Son metas y esfuerzos indudablemente encomiables, pero que por alguna extraña razón, no se reflejan en las cifras macroeconómicas que publica el BCV.
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