viernes, 29 de julio de 2016

HASTA EN EL INFIERNO TIENE QUE HABER ORDEN.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 29 de Julio de 2016)

Hay instituciones - o incluso países - que no funcionan como a uno le gustaría que funcionaran, pero que de alguna forma- por rara, extraña o desagradable que sea -   funcionan. Y en esa forma diferente, pueden seguir funcionando por mucho tiempo más. La clave de la supervivencia de este tipo de instituciones, de sistemas o de países es que son capaces de producir y reproducir sus condiciones de existencia de período en período. Hay otras instituciones, sistemas o países, sin embargo, que sencillamente no funcionan de forma alguna - están sumidas en un permanente caos y desorden -  porque no son capaces de reproducir o de mantener las condiciones económicas o políticas que aseguren su reproducción. Estas instituciones, sistemas o países están irremediablemente condenados a desaparecer. 
En Venezuela el producto interno bruto se supone que será en este año un 10 % menor que el año pasado. Es decir, cada vez se produce menos. El que está produciendo hoy, alguna mercancía, no sabe si podrá seguir produciéndola mañana. No sabe si contará con los insumos y materias primas, en las cantidades adecuadas y en el momento adecuado. No sabe si estará autorizado a vender a un precio que compense sus costos y le deje una ganancia suficientemente remunerativa. Y si parte de sus insumos son importados, no sabe si las importaciones correspondientes serán o no autorizadas, y si le autorizarán a comprar dólares para realizar dichas importaciones, ni a qué precio le venderán esas divisas, ni cuánto tiempo se demorarán en todas esas autorizaciones, ni cuánto tiempo se tomarán los trámites aduaneros, ni cuál es el monto de los pagos legales e ilegales que tendrá que realizar. En síntesis, no tiene ninguna certeza de que las condiciones productivas que imperan hoy en día, van a seguir existiendo el día de mañana. Lo único cierto es que “allí vamos viendo”.
Los consumidores, a su vez, no saben ni cuanto se va a producir de ciertas mercancías, ni cuanto se importará de las mismas, ni a través de qué mecanismos de comercialización o de reparto podrá acceder a las mismas, ni cuanto podrá adquirir, ni cuando, ni a qué precio. Nadie sabe si el sueldo les alcanzara para comer la próxima semana, o si tendrán que arreglarse de alguna forma no convencional.
La inflación es la más clara manifestación de que en el país reina el caos y el desorden. Hay precios máximos que nadie respeta y cada quien le pone a sus productos el precio que se le ocurre. La inflación, a su vez, tiene entre sus causas, el hecho de que el Banco Central imprime la cantidad de dinero que se le da la gana para financiar al Gobierno, que gasta a su vez en todo lo que considera necesario para mantenerse en el poder.
Así una economía y una sociedad no pueden sostenerse. Nadie en su sano juicio pude postular que esta es la forma por fin alcanzada en la cual debe funcionar una economía. Esto tiene que cambiar. Y si el cambio es inevitable, un gobierno sensato debería ponerse a la cabeza del cambio y no sumirse en la defensa irracional de lo que existe.  

miércoles, 27 de julio de 2016

¿QUE ES PRIMERO, EL HUEVO O LA GALLINA?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 27 de Julio de 2016)


Hay múltiples empresas en el país que no pueden exportar por la sencilla razón de que no tienen divisas para efectos de importar los insumos y materias primas que se necesitan para el proceso productivo correspondiente. Basta con que se haga imposible el acceso a una pequeña porción de materia prima importada para que todo el proceso productivo se haga inviable.
La explicación en los ámbitos gubernamentales es que no hay dólares como para llevar adelante esas importaciones. Y como no hay dólares para importar las materias primas, no se generan dólares como efecto de las eventuales exportaciones. Y como las exportaciones que no se realizan no generan dólares, entonces no hay dólares para importar. Un problema igualito que el viejo problema del huevo y la gallina.
Se podría romper ese círculo vicioso si se destinara una cierta cantidad de dólares a una suerte de fondo crediticio rotatorio para efectos de desarrollo exportador. Por ejemplo, 400 millones de dólares que se presten a eventuales exportadores, por los meses que medien entre el pago de las importaciones de las materias primas e insumos y el pago de las exportaciones finales. Es obvio que el producto final que se genere tendrá más valor que las materias primas utilizadas, y el préstamo se podrá pagar. Todo el proceso de puede llevar adelante pagando al proveedor internacional, con dólares contantes y sonantes, no con promesas futuras de pago, en la cuales ya nadie cree en el mercado internacional, por lo menos no en las promesas venezolanas. Pagarles y pagarles rápido. Utilizar el sistema bancario internacional para efectos de volver a funcionar mediante las cartas de crédito. Nada de eso hay que inventarlo. Todas esas operaciones están inventadas hace siglos. Los dólares serían utilizados en lo que se espera que se utilicen, la producción local se podría llevar adelante y las exportaciones crecerían con el consiguiente incremento de las divisas disponibles. 
Pero estas ideas - que no tienen nada de nuevo ni de complejo - se pueden echar a perder, si las mercancías se demoran semanas en ser despachadas en los puertos, pues la inspección en planta no se ha podido implementar, o la inspección en puerto es lenta o genera daños o retardos en la mercancía exportable, o si el proceso de tramitación de papeles y documentos es lento y repetitivo, pues no se ha logrado implementar la ventanilla única. Lo mismo puede suceder en el proceso de importación. El tiempo que las mercancías permanezcan en puerto - al llegar o al salir - es capital inmovilizado, que encarece el producto final y le hace perder competitividad internacional. Si se quiere realmente incentivar las exportaciones no petroleras - y distintas al oro del Banco Central - es necesario hacer una agresiva política de fomento, que pase por el crédito en dólares- no en bolívares- y por la simplificación drástica de la permisología, la tramitación y los controles que hoy en día caracterizan a las importaciones y a las exportaciones que necesita el país.

viernes, 22 de julio de 2016

LA VERDAD VERDADERA ES QUE HAY MENOS ALIMENTOS.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 22 de julio de 2016.)

Si hay colas en todos los supermercados del país y si el gobierno se ha visto en la obligación de repartir comida en bolsas para asegurar un mínimo de sobrevivencia a ciertos sectores de la población, eso se debe fundamentalmente a que hay menos alimentos en el territorio nacional en condiciones de ser distribuidos y consumidos por parte de los 30 millones de venezolanos.
La existencia de alimentos depende de dos factores fundamentales: de la producción interna y de las importaciones. En buena teoría económica habría de restar de la suma de las dos cifras anteriores el monto las exportaciones, pero en el caso venezolano las exportaciones agropecuarias son suficientemente modestas como para que no las consideremos en el presente análisis.
Desgraciadamente, el gobierno no publica las estadísticas que no le son simpáticas, razón por la cual no se cuenta con cifras oficiales sobre la caída de la producción agropecuaria, ni con cifras actualizadas respecto a las operaciones de comercio exterior. Pero no hay nadie medianamente entendido en los avatares de la agricultura venezolana que postule con seriedad que la producción agrícola haya aumentado. Todo indica que la producción ha disminuido en todos los rubros que son relevantes en el agro nacional. Eso se debe a la política de expropiaciones, que ha conducido a la existencia de grandes extensiones de tierras incultas, a la carencia de seguridad jurídica en relación a la propiedad agraria y en relación a la vida misma de las personas que allí trabajan, a la carencia de insumos, a los precios regulados, a las guías de transporte necesarias para movilizar un guacal de tomates desde la finca al mercado más cercano, y a muchas otras linduras por el estilo.
Respecto a las cifras de comercio exterior, afortunadamente existen organismos internacionales que registran y publican los datos sobre exportaciones e importaciones de todos los países del mundo, inclusive de aquellos que tratan infructuosamente de ocultar esos antecedentes. Los datos que no los publica el país de destino, los publica el país de origen de las mercancías, o visi versa, con lo cual la información se hace transparente para todos. En el presente artículo, recogemos las cifras sobre importaciones de Venezuela que hace publicas el International Trade Center, ITC, organismo conjunto creado por la Organización Mundial de Comercio y las Naciones Unidas.
La menor producción interna podría suplirse con mayores importaciones, como de hecho hacen todos los países cuando la producción interna de un rubro esencial no alcanza los niveles deseados. Podría la disponibilidad total de alimentos incluso aumentar de un año a otro, por la vía de las importaciones, aun cuando la producción interna esté disminuyendo.
Pero la realidad del comercio exterior venezolano muestra claramente que las importaciones de los principales rubros alimenticios han disminuido en forma sustantiva en el año 2015 con relación al año 2014. Veamos algunas cifras al respecto.
En el caso del trigo, tan necesario no solo para el bíblico pan nuestro de cada día, sino también para las pastas, que son un alimento altamente presente en la dieta y en la mesa del venezolano, las cifras sin las siguientes:



RECUADRO  1. EL CASO DEL TRIGO

Monto importado en el año 2014:           568.820 miles de dólares.
Monto importado en el año 2015:           494.617 miles de dólares.

Fuente: ITC

Si han bajado las importaciones de un rubro como el trigo - en el cual la producción interna es mínima, bastante cercana a cero - no hay manera de que la ciudadanía pueda comer lo mismo que antes. Si a lo anterior se agrega el hecho de que las autorizaciones y la otorgación de divisas para efectos de la importación no se hace en forma regular ni planificada, sino a borbotones - de acuerdo a las carencias que se hacen críticas en el mercado en un momento determinado - entonces se tienen las condiciones perfectas como para una crisis de abastecimiento.
El otro cereal altamente presente en la dieta habitual de los venezolanos es el arroz. Como ya hemos dicho, no hay estadísticas confiables respecto al nivel de la producción interna. Pero respecto a las importaciones no queda duda de que las importaciones de arroz se han reducido en el año 2015 con relación al año 2014.

RECUADRO 2. EL CASO DEL ARROZ ________________________________________________________________________
Monto importado en el año 2014:           282.596 millones de dólares
Monto importado en el año 2015:           187.768 millones de dólares.
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Fuente: ITC

Si dejamos tranquilos los hidratos de carbono, y nos concentramos en las proteínas, tenemos que la carne congelada de bovinos redujo sus importaciones casi en un 40% en el año 2015 con respecto al 2014. Las cifras básicas se presentan en el Recuadro 3.

RECUADRO 3: LAS IMPORTACIONES DE CARNE CONGELADA DE BOVINOS

Monto importado en el año 2014:           1.073.325 miles de dólares.
Monto importado en el año 2015:               673.485 miles de dólares.
Fuente: ITC

También los bovinos en pie, que se importan tanto para cebarlos, cruzarlos o matarlos, presentaron una baja importante, tal como se muestra en el recuadro 4.

RECUADRO 4.  IMPORTACIONES DE GANADO BOVINO EN PIE.
Monto de importaciones en el año 2014:             602.605 miles de dólares
Monto de importaciones en el año 2015:             153.029 miles de dólares
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Fuente: ITC 

También en el campo de las proteínas es importante analizar lo que ha sucedido con la leche, lo cual se pone de manifiesto en el recuadro que sigue:

RECUADRO 5: LAS IMPORTACIONES DE LECHE

Monto importado en el año 2014:           65.467 millones de dólares
Monto importado en el año 2015:           48.065 millones de dólares
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Fuente: ITC

Dentro de los lácteos, - y dentro de los productos importantes en la cultura de consumo de los venezolanos- tenemos también el queso, suyas compras en el exterior se ponen de manifiesto en el recuadro 6.

RECUADRO 6. IMPORTACIONES DE QUESO.
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Monto de importaciones en el año 2014:             162.998 miles de dólares
Monto de importaciones en el año 2015:               44.134 miles de dólares.
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Fuente : ITC

Finalmente, dentro de esta muestra de las importaciones de los principales rubros agropecuarios que son relevantes dentro de la dieta habitual de los venezolanos, podemos incluir el azúcar, situación que se muestra en el recuadro 7.

RECUADRO 7.  IMPORTACIONES DE AZUCAR
Monto de importaciones en el año 2014:             687.996 miles de dólares
Monto de Importaciones en el año 2015:             320.080 miles de dólares.
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Fuete: ITC
Si en todos y cada uno de los rubros que son sensibles en el consumo de los venezolanos las importaciones han disminuido en el transcurso del año 2015 -  y todo indica que en el año 2016 esa tendencia a la baja se mantiene - entonces no hay por donde disimular que hay menos alimentos a disposición de los venezolanos. Hay menos alimentos en el territorio nacional, independientemente de la forma como se distribuya entre los diferentes estados y municipios y entre los diferentes sectores sociales.
No hay guerra económica, ni campaña mediática alguna, ni decreto de emergencia, ni militarización de la economía que pueda ocultar el hecho puro y simple: hay menos alimentos a disposición de los 30 millones de venezolanos.
Más aun, se puede agregar que hay menos alimentos tanto porque ha disminuido la producción interna del sector agropecuario, como porque se han reducido las importaciones de los principales rubros alimenticios.
Las razones del primer aspecto de este diagnóstico las encontramos en las malas políticas agrícolas, en las pésimas decisiones respecto a la tenencia de la tierra, en la falta de seguridad jurídica en el campo, en la carencia oportuna de semillas e insumos y en la gran cantidad de controles y restricciones de todo tipo, incluido el control de precios, que imperan sobre el campo venezolano. 
El segundo elemento del diagnóstico, la reducción de las importaciones, obedece a la centralización, retardo, falta de planificación y de transparencia en las decisiones sobre importaciones, al manejo también poco transparente y falto de planificación de las reservas internacionales del Banco Central, al alegre e irresponsable endeudamiento que ha protagonizado el país, y en general a la carencia de un proceso de adjudicación de las divisas para los diferentes usos productivos que sea consensuado en su diseño y gestación, y transparente en su aplicación. 
sergio- arancibia.blogspot.com

miércoles, 20 de julio de 2016

NUEVA Y BUENA ESTRATEGIA ES LO QUE FALTA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 20 de Julio de2016).


Ante la creciente presencia de los militares en todos los ámbitos del quehacer económico del país, es bueno retomar los conceptos de táctica y de estrategia, que son tan caros en la metodología con que los buenos militares enfrentan los problemas que su profesión les presenta.
Hay que partir por decir que la estrategia dice relación con la planificación y orientación de diferentes combates para efectos de conseguir el objetivo fijado, y ganar por lo tanto la guerra.
La táctica, en cambio, dice relación con la forma de usar los recursos de que se dispone para ganar un combate determinado. Aun cuando se ganen miles de combates, puede que se pierda la guerra, si es que la estrategia es errónea. Esos combates solo tienen sentido positivo si es que ayudan a implementar o llevar adelante la estrategia que ha sido fijada.
Si uno pensara que el principal objetivo estratégico del presente venezolano es aumentar la producción que tiene lugar en el territorio nacional, uno podría pensar que hay que ver como se aumenta la producción petrolera, la producción agropecuaria y la producción manufacturera, por hablar de tres áreas que tienen cierta especificidad. ¿Qué estrategia se piensa seguir para llevar adelante esos objetivos? ¿Se introducirán cambios con respecto a lo que se ha hecho en los últimos años, o se insistirá en la estrategia que ha llevado a la presente crisis?
Pero puede que la estrategia no se plantee en esos términos, sino que se postule que el gran objetivo estratégico es aumentar la cantidad de divisas con que cuenta el país, y utilizar racionalmente las pocas que existen. Si eso fuera así, uno podría pensar que se llevará adelante un agresivo programa de promoción de exportaciones, junto con la consecución de fondos de emergencia o de transición en los organismos financieros internacionales, y una planificación del uso de las divisas disponibles  que sea transparente y sensata. Todo ello implica que hay que conversar con los organismos financieros internacionales. También hay que suprimir tanto como se puedan los trámites y alcabalas legales o ilegales que rodean el proceso de exportación, de modo de irrumpir en el mercado internacional con productos no tradicionales. Tan importante como todo lo anterior es contar con una planificación del uso de las divisas, de modo que no se distribuyan ni se usen de acuerdo al viejo criterio de “allí vamos viendo”, ni tampoco con el secretismo y la falta de transparencia, que se usa precisamente para ocultar lo que no se quiere que se conozca. ¿Se piensan dar batallas en aras de esos objetivos estratégicos? ¿O se piensa seguir marcando el paso con tácticas y estrategias que han demostrado hasta el cansancio que conducen a estrepitosas derrotas?
Quizás uno de los principios rectores de la nueva estrategia que el país necesita sea partir por entender que aquí no estamos ni queremos estar en guerra, excepto contra las políticas que ya han demostrado su fracaso.

viernes, 15 de julio de 2016

MERCOSUR: SIN EL CHIVO Y SIN EL MECATE.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 14 de Julio de 2016)


El Presidente Chávez decidió solicitar el ingreso al Mercosur – y retirarse de la Comunidad Andina de Naciones – más como un gesto político que como una medida económica bien pensada que pudiera darle buenos dividendos a Venezuela. No importaba en ese momento si la economía venezolana se beneficiaba o no, sino que lo único que se tomaba en cuenta era poder fortalecer políticamente un bloque de naciones en donde se reunían presidentes amigos. Además, Venezuela se pensaba a sí misma como un país suficientemente rico como para permitirse esos lujos. El petróleo se vendía a buen precio en el mercado internacional y la captura de mercados externos, tan vital para otras economías, no parecía relevante para un país y para un gobernante que se suponía tocado por la mano de Dios.
Pero como la rueda de la historia está en permanente movimiento, resulta ahora que esos presidentes a los cuales se le dieron tantas pruebas de amor ya no están en el poder en sus respectivos países, los nuevos presidentes ya no son tan amigos, y la situación económica de Venezuela pasa por una crisis en que se echan de menos con desespero los mercados externos que nunca se trataron de conquistar con seriedad. Fatal error de una diplomacia que confiaba más en las relaciones personales entre ciertos personajes transitorios en la historia de cada país, que en las relaciones más profundas y permanentes que se pudieran establecer entre las respectivas sociedades.
A Argentina las ventas por parte de Venezuela ascendieron en el año 2015 a la modesta suma de 6.5 millones de dólares. A Paraguay se exportaron ese año 3.5 millones de dólares. A Uruguay el monto de las exportaciones fue un poco mayor, llegado a 199 millones de dólares. A Brasil es el único país con el cual hay un nivel de comercio más significativo, aun cuando en franco retroceso de año en año: las exportaciones hacia ese país llegaron a 680 millones de dólares en el año 2015, después de haber alcanzado niveles que duplicaban esta última cifra en años anteriores.
Ahora, a esta pérdida de comercio se agrega el hecho de los cuatro países que conformaron originalmente el Mercosur, han postergado de hecho la entrega de la Presidencia pro tempore de dicho bloque a Venezuela. Ese cargo tiene muy poca importancia política. Es un cargo meramente de carácter administrativo. Pero el resistirse a que Venezuela asuma ese cargo - o el postergar la entrega del cargo aun cuando sea por un par de días- sí que tiene una tremenda importancia diplomática. La diplomacia es un ámbito de la política en que las cosas muchas veces no se dicen con palabras, sino por la vía de pequeños gestos o de pequeños símbolos, que dan a entender precisamente lo que no se quiere decir con palabras. Y con ese gesto de reunirse para discutir si le entregaban o no la presidencia a Venezuela - cuestión que nunca había sucedido con ningún país - ya se estaba diciendo a gritos que Venezuela no goza de universal simpatía al interior de ese bloque sub regional. En segundo lugar, al postergar la entrega de ese cargo, aun cuando sea por un mero par de días o de meses, se le está diciendo a Venezuela que no la quieren, que no confían en ella, que no se sienten representados por ella ni siquiera para esas formalidades administrativas que requieren de alguien que se encargue de esos menesteres por un período de seis meses. La reunión del lunes, por lo tanto, y lo que allí sucedió, no es solo una derrota diplomática coyuntural para Venezuela, sino una derrota estratégica de todo lo que se tenía en mente cuando se solicitó el ingreso a ese bloque de naciones.
Además, Venezuela se jugó porque esa presidencia se la entregaran cuanto antes, y postuló abiertamente que no hacerlo violaba las normas de esa organización, lo cual puso de relieve ante todo el mundo que quería a toda costa que no se tomara la decisión que se tomó. Se arriesgaron a una derrota diplomática y la lograron plenamente. El conversar, el negociar, el buscar acuerdos, el crear climas de entendimiento, no es la tónica de la diplomacia venezolana. Pero esta vez, la diplomacia de los micrófonos, de los hechos consumados, de la matonería, de las frases altisonantes, que le daba ciertos buenos resultados al Presidente Chávez, le ha dado pésimos resultados a la Canciller Rodriguez.
En definitiva, Venezuela sacrificó inicialmente, al entrar al Mercosur, el comercio para ganar amigos, pero se quedaron a mediano plazo sin comercio y sin amigos.  O, en otras palabras, sin el chivo y sin el mecate.
sergio-arancibia.blogspot.com

jueves, 14 de julio de 2016

EL BREXIT Y VENEZUELA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 13 de Julio de 2014)

La salida de Inglaterra de la Unión Europea tiene complicados a los propios ingleses, a toda Europa y a una buena parte del resto del mundo.
Sin embargo, en Venezuela, nadie parece creer que la situación económica se beneficiará o se perjudicará por ese evento de carácter estratégico mundial. Venezuela, por lo menos directamente, no parece que se verá afectada en su comercio con Inglaterra ni en su comercio con la “Europa-menos-uno”.
Un país como Venezuela, que tiene prácticamente un solo producto con el cual se relaciona comercialmente con el mundo y que ha avanzado muy `poco en las últimas décadas en materia de negociación de tratados o acuerdos comerciales con otros países o regiones, no tiene mucho de qué preocuparse.
Por el lado de las exportaciones, las mercancías venezolanas seguirán entrando a Europa y a Inglaterra con el mismo arancel actual, lo cual vale decir con las mismas preferencias y con la misma competitividad con que entran hoy en día. Si suponemos un escenario en que tanto Inglaterra como el resto de la Unión Europea mantendrán la estructura arancelaria que hoy en día mantienen para terceros no comunitarios, y que no tienen tratados comerciales vigentes con la Unión, entonces todo seguirá igual.
Distinta es la situación de los países como Colombia, Perú o Chile, que tienen sendos tratados comerciales vigentes con la Unión Europea en su conjunto. Para esos países sí que la situación inglesa tiene muchísima importancia, pues no se sabe si Inglaterra mantendrá con esos países la situación actual de aranceles recíprocos, o si se sentirá libre de elevarlos como lo estime conveniente. Pero el mero hecho de abandonar la Unión no determina de por sí lo que Inglaterra hará en ese campo. Puede conservar, abandonar o modificar muchas de las normas que hoy en día son comunes para todos los miembros de la Unión Europea.
Con las importaciones las cosas son más claras aún. El establecimiento de aranceles de importación es una materia autónoma y soberana de la propia Venezuela y no se visualizan razones como para introducir modificaciones en ese campo.
Hay otras modificaciones más indirectas del brexit, que también merecen ser analizadas. La libra esterlina ha bajado en los mercados cambiarios internacionales y lo más probable es que se quede en esos sitiales bajos. Eso beneficia al dólar, al euro o al yen, es decir a las monedas que se hacen más fuertes en relación a la libra. Debido a ello, los que tienen libras esterlinas en su mano, o los que comercializan habitualmente sus mercancías en libras esterlinas, se verán perjudicados. Pero no es el caso de Venezuela, que vende su petróleo en dólares.
Otro punto importante son los flujos internacionales de capital. La mayor fortaleza del dólar hará que se canalice hacia el mercado bancario y financiero norteamericano una mayor cantidad de los capitales que andan dando vueltas por el mundo, lo cual puede conducir a una mayor sequía de dólares para ser invertidos en los países en desarrollo, lo cual fortalecería una tendencia que ya estaba en marcha desde antes del brexit. En todo caso Venezuela ha mostrado en los últimos años un desprecio olímpico por los capitales extranjeros. No se interesa por atraerlos, les pone condiciones muy difíciles a los pocos valientes que se atreven a asomarse a ver lo que aquí sucede, e incluso ahuyenta los que se han establecido aquí durante las décadas anteriores. 
Así que, por esta vez, nuestro aislamiento y provincianismo nos han preservado, por lo menos en lo inmediato, de las tempestades que se desarrollan en otros confines del globo.

martes, 12 de julio de 2016

LAS EXPORTACIONES NO PETROLERAS DEL AÑO 2015


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 8 de Julio del 2016)

Hay voces en el seno del gobierno que levantan con fuerza la meta de lograr en el año 2016 un incremento -  con respecto al año 2015 - de las exportaciones no petroleras. Para que la meta tenga sentido es importantísimo tener claro cuánto fueron las exportaciones no petroleras realizadas por Venezuela durante el año 2015, cuestión que desgraciadamente no está del todo clara.
El Instituto Nacional de Estadísticas, INE, todavía no da completas las cifras de exportaciones del año 2014. Mucho menos las del 2015. Por allí no se puede buscar.
El Banco Central de Venezuela no publica todavía los datos de balanza de pagos del año 2015. Tampoco se puede buscar por allí.
La Asociación Latinoamericana de Integración, Aladi, publica las cifras que le proporcionan los distintos gobiernos de la región. Como Venezuela no tiene cifras oficiales, no se cuenta allí con los datos sobre nuestro país.
Sin embargo, no todo está perdido. El International Trade Center, ITC, organismo conjunto creado por la Organización Mundial de Comercio y por Naciones Unidas publica cifras sobre todo el comercio mundial, país por país y producto por producto. Si un país no da información sobre sus exportaciones, esa información se recoge del país de destino, pues afortunadamente toda operación comercial tiene dos puntos donde puede y debe dejar registros, que deben ser iguales o muy parecidos.
Considerando las cifras publicadas por ese organismo, se tiene que en el año 2015 las exportaciones totales de Venezuela fueron de 37.851.774 miles de dólares. De esa cantidad, 34.282.216 miles de dólares fueron exportaciones petroleras, considerando como tales a todas las que se incluyen en el capítulo 27 del arancel de aduanas.  Restando una de otra se llega a que las exportaciones totales no petroleras del país serían de 3.569.558 miles de dólares en el año 2015.
Sin embargo, esa cantidad incluye las exportaciones de oro, que según el ITC fueron, en el año 2015, de 922.068 miles de dólares.
Restando esta última cantidad, se llega a las exportaciones no petroleras y distintas al oro, que en el año 2015 serían de 2.647.490 miles de dólares
Con estas cifras en la mano es posible volver al punto de partida: se pretende en el año 2016 aumentar las exportaciones no petroleras. Si eso se entiende como tratar de aumentar las exportaciones no petroleras y distintas al oro, la meta es factible, pues con el tremendo bajón de la economía nacional muchas empresas están canalizando su producción hacia el mercado externo. Si la meta incluye el oro, entonces la meta seguramente se sobrecumplirá con largueza, pues las cifras del ITC dan cuenta de que en el primer trimestre del año 2016 ya se exportó oro a Suiza por un monto de 2.191.924 miles de dólares.
Conclusiones: primero, ocultar las cifras que no son simpáticas no sirve para nada, pues tarde o temprano las verdades se abren paso. Segundo, contar con buenas estadísticas - confiables y actualizadas - sirve a todos los agentes económicos del país, públicos y privados. Tercero, para planificar sobre bases seguras las actividades a realizar en el futuro cercano se necesitan datos confiables sobre la situación presente. 
sergio-arancibia.blogspot.com






miércoles, 6 de julio de 2016

¿CUANTO EXPORTA VENEZUELA DE BIENES NO PETROLEROS?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 6 de Julio de 2016)


La pregunta que encabeza este artículo parece sencilla, pero en realidad es bastante compleja. Hay varios organismos nacionales e internacionales que dan cifras al respecto, y no todas son coincidentes.
En Instituto Nacional de Estadísticas, INE, tiene en su página web cifras sobre las exportaciones venezolanas no petroleras hasta octubre de 2014. Hasta ese momento, las exportaciones durante el año 2014 alcanzaban a 2.573,5 millones de dólares. Si uno quisiera hacer alguna estimación sobre cuanto se exportó, de bienes no petroleros, durante los dos meses siguientes del año, podría tomar las cantidades que se exportaron durante noviembre y diciembre de los años anteriores, que fueron siempre ligeramente superiores a los 200 millones de dólares por mes. Con un poco de buena voluntad se podría decir que en esos dos meses que faltan del año 2014 se exportaron 450 millones de dólares, con lo cual se llegaría a una cifra para el conjunto de ese año de 3.023 millones de dólares. Esta cifra no incluye exportaciones de petróleo, pero si incluye las exportaciones de oro, que- en el primer semestre del año que estamos analizado - alcanzaron a 170.8 millones de dólares.
Esta cifra que publica el INE en relación al total de las exportaciones no petroleras del 2014 es cónsona con las cifras que publica el Banco Central de Venezuela, quien en su página web sobre los datos de balanza de pagos del año 2014 expresa que ese año las exportaciones no petroleras de Venezuela alcanzaron a los 2.983 millones de dólares. Las cifras del INE y el BCV - 3.023 millones de dólares y 2.983 millones de dólares - son lo suficientemente parecidas como para que podamos decir que no hay entre ellas diferencias significativas. Algunas discrepancias estadísticas y conceptuales pueden explicar esas diferencias. Para fines prácticos podemos decir que son iguales
 A nivel internacional la Asociación Latinoamericana de Integración, Aladi, publica también cifras de comercio exterior, que se basan en las cifras oficiales que les proporcionan los estados miembros, con muy pocas modificaciones solo para hacerlas compatibles metodológicamente entre todos los países. Según Aladi las exportaciones no petroleras venezolanas durante el 2014 alcanzaron a 2.738, 5 millones de dólares. Pero hay un aspecto importante a considerar: esta última cifra no incluye las exportaciones de oro, que precisamente comenzaron a tener significación en la economía venezolana a partir de ese año.
El ITC, organismo internacional conformado por la Organización Mundial de Comercio y por Naciones Unidas, publica una interesante página web con datos sobre el conjunto del comercio mundial contemporáneo. Según esa página, las exportaciones de Venezuela en el año 2014, sin incluir el capítulo 27 -  que es el capítulo petrolero - alcanzan a los 3.481,2 millones de dólares. Es decir, una cifra mayor que todas las anteriores. Pero incluye oro. E incluye cifras respecto a las exportaciones de este último bien no solo a partir de las declaraciones de la propia Venezuela, sino a partir de las declaraciones del resto de los países del mundo, en cuanto a las ventas que les ha realizado nuestro país.  Así por ejemplo, en el año 2014, Suiza declara haber comprado 491, 2 millones de dólares en oro procedente de Venezuela. El conjunto de los países del planeta tierra declaran haber comprado en ese año un total de 588 millones de dólares en oro procedente de Venezuela, Sin embargo, las estadísticas de Venezuela solo declaran haber vendido en ese año 170 millones de dólares. Se trata de una diferencia estadística un poco más gruesa que las anteriores. Hay una diferencia de casi 410 millones de dólares en ventas de oro en el año 2014.
Si las cifras del INE no consideraran ventas venezolanas de oro solo por 170 millones de dólares, sino que tomaran en consideración las cifras que publica el ITC, de 588 millones de dólares, entonces las exportaciones venezolanas no petroleras computadas por el INE se incrementarían de 3.023 millones de dólares, a 3.443 millones de dólares que es una cifra bastante parecida a la que publica el ITC, en base a estadísticas de toda la comunidad internacional.  
¿Es posible que el INE se equivoque en las cantidades de oro que se están exportando por parte de Venezuela? ¿Es posible que el BCV se equivoque en las cifras de oro de sus reservas internacionales que están siendo vendidas en el mercado internacional? A nivel internacional - especialmente por parte de Suiza que siempre ha estado en el centro del comercio internacional de oro, - las compras y ventas de oro monetario se comenzaron a incluir en las exportaciones e importaciones de cada país recién en el año 2012. Anteriormente los intercambios de oro monetario no eran considerados una compra venta de bienes, sino que siendo el oro un activo financiero, todas las transacciones con este activo, en su versión de oro monetario, se registraban en la cuenta de capital y financiera de la balanza de pagos, pero no en la cuenta corriente. Es decir, las estadísticas de antes y después del 2012 no son comparables, pues se están utilizando metodologías estadísticas diferentes. Es enteramente posible que estas nuevas normas o metodologías se vayan utilizando poco a poco en la comunidad internacional - unos países primero y después otros - hasta que todos terminan aplicando las nuevas normas. Es posible que estas circunstancias expliquen las diferencias en las estadísticas venezolanas que estamos analizando. No es seguro, pero es posible.
sergio-arancibia.blogspot.com

sábado, 2 de julio de 2016

SOBRE EL DIALOGO

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 3 de junio de 2016)


Dialogar no es malo. Más aún, es sumamente sabroso. Quien no ha participado de un buen diálogo de café con sus amigos se ha perdido una de las cosas buenas de la vida. Si el café se reemplaza por unas cervezas bien frías ese diálogo sigue siendo grato y placentero. El diálogo académico, donde todo está permitido, en aras de la búsqueda desinteresada de la verdad, es una fuente de donde nace la ciencia y toda filosofía. El diálogo con sus familiares es imprescindible cuando hay algún entuerto que arreglar. O el dialogo con la esposa aun cuando se trate meramente de renovar sin motivo alguno los lazos de amor. Si no dialogáramos, el mundo no sería mundo. 

Solo cuando reinaban los reyes o sátrapas absolutos estos no necesitaban dialogar con nadie, excepto con sus propias conciencias, para tomar decisiones que afectaban a millones de personas. Pero en los tiempos modernos, todas las sociedades han institucionalizado espacios de diálogo entre sus corrientes opuestas, para que estas se conozcan y se escuchen, lo cual ya es un objetivo bien positivo, o para llegar a posiciones comunes sobre cómo hacer funcionar el mundo que les rodea, lo cual es un objetivo más positivo todavía. 

En Naciones Unidas todo el mundo dialoga con todo el muido. En los Parlamentos que existen en casi todas las naciones civilizadas del mundo contemporáneo lo que se hace es dialogar, para llegar a leyes que sean lo más consensuadas posible.

Pero hay que distinguir entre el dialogar por el mero placer de dialogar -  como cuando dialogamos con los amigos en torno a un café o a unas cervezas, donde nadie espera que nos pongamos de acuerdo sobre nada -  del dialogar para ponerse de acuerdo sobre algún tipo de problema que afecte a todos los participantes. Confundir estos dos tipos de diálogo puede traer muy malas consecuencias. Porque el primer tipo de dialogo no tiene objetivo, meta, ni urgencia alguna. A lo más compartir alguna información o algún chisme interesante. El segundo tipo de dialogo, en cambio debe tener una agenda clara, e incluso plazos, para que no devenga en una versión de lo primero.

Y si se trata del dialogo actual entre la oposición y el gobierno, y se elige la primera forma de dialogo, entonces se puede realizar en la Asamblea Nacional, donde de hecho se dialoga todos los días, o en un café que sea del agrado de todas las partes, o en algunos otros lugares agradables que hay en la capital o en sus alrededores.  Se dialogaría por el placer de dialogar. Pero si se quiere dialogar para ponerse de acuerdo en algún problema en concreto que motive el interés a todas las partes, entonces hay que ponerse de acuerdo con anterioridad en la agenda, en los plazos, en los protocolos e incluso en los moderadores.


En materia de agenda, creo que los problemas económicos, de seguridad, de la libertad de los presos políticos, y el gran problema del funcionamiento y de la legalidad y legitimidad de las instituciones del estado, dan cuenta de lo principal que debe ser discutido. Con relación a los plazos no hay que tomarse más de dos o tres semanas. Más de eso, ya se convierte en una perdedera de tiempo. El asunto de los moderadores tiene una tremenda importancia. Tanta, que el gobierno partió por poner sus moderadores, incluso antes de saber con quiénes y sobre que iban a dialogar. Sería justo que la oposición estableciera sus propios moderadores, para que trabajen en conjunto con los del gobierno, y organizaran ese diálogo lo mejor que puedan.