jueves, 3 de septiembre de 2015

LA LINEACION MARAVILLOSA DE LOS ASTROS

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 2 de Septiembre de 2015.)


Durante la primera década del presente siglo América Latina tuvo la suerte de gozar de una situación económica mundial excepcionalmente favorable. Algo así como una alineación favorable de los astros que solo sucede una vez cada cientos de años.  Los elementos centrales que caracterizaban esa situación favorable eran básicamente los siguientes: elevados precios de las materias primas y demás productos primarios que constituyen hasta el día de hoy el elemento central en la canasta de exportaciones de los países de la región; elevados flujos de inversión extranjera directa que buscaba oportunidades de inversión fuera de las fronteras de los países desarrollados; capacidad de endeudamiento en el merado de colocación de bonos con tasa de interés relativamente bajas. Toda esta situación se traducía en un crecimiento bastante violento de los ingresos por concepto de exportaciones que recibía cada uno de los países de la América Latina y en un incremento del monto de capitales disponibles. Esa no fue una situación excepcional que vivió solo Venezuela, sino una situación relativamente generalizada en el continente.

Así por ejemplo, Brasil vio crecer sus exportaciones desde un monto de 60 mil millones de dólares en el año 2002, hasta 256 mil millones de dólares en el año 2011. Ya en el año 2006 las exportaciones se habían duplicado, alcanzando los 137 mil millones de dólares, y siguieron creciendo hasta duplicarse una vez más  en unos pocos años adicionales. Sus ingresos por concepto de exportaciones se multiplicaron casi por 4, es decir, un 300 % de aumento en el breve espacio de una década.  Es casi imposible encontrar otro  momento en la historia de nuestros países en que haya sucedido una situación de esa naturaleza. Es casi imposible también que le pueda ir mal al gobierno – el de Lula en este caso- que administra el país en medio de ese boom.

Con Argentina la situación es similar. En el año 2002 exportaba por un monto de 25 mil millones de dólares. En el año 2011  esa cantidad había subido a 84 mil millones de dólares - tres veces más - pasando en el año 2006 por un monto de 46 mil millones de dólares, en un ciclo ascendente que solo se revirtió levemente en el año 2009, año de crisis del conjunto del sistema financiero y comercial internacional. Una vez más, el boom internacional permite generar una situación política favorable para el gobierno de turno, casi con independencia de sus reales cualidades y tendencias.

Chile vio sus ingresos por concepto de exportaciones crecer desde 17 mil millones de dólares en el año 2002, hasta los 80 mil millones de dólares  en el año 2011, en una línea ascendente que solo tuvo un bajón en el año 2009, como sucedió casi en todos los países de la región. 
Venezuela, recibió ingresos por exportaciones por un monto de 26 mil millones de dólares,  en el año 2002. Esa cantidad se incrementó hasta los 97 mil millones de dólares en el año 2012. La revolución bolivariana, dirigida por el propio Presidente Chávez, no fue exactamente una revolución pobre.

Pero los astros se mueven y las alineaciones favorables se terminan.  Los bienes primarios que América Latina exporta han vistió sus precios disminuir en los mercados internacionales, encabezados dramáticamente por el petróleo, pero generando una tendencia que abarca al cobre, a la soya y a otros productos de alta significación en la cartera de exportaciones de los países de la región. Paralelamente, la inversión extranjera disminuye y el mercado financiero tiende a reducirse y a encarecerse. Toda esta situación afecta negativamente a los países de la región en el transcurso del año 2015, pero no los afecta a todos con la misma intensidad. Hay países en que los menores ingresos por compra de petróleo le significan un ahorro importante a sus economías. Hay países que acumularon reservas y fondos en el período de bonanza, lo cual les  permite enfrentar la actual situación de apretura. Hay países que han diversificado sus economías en el período de vacas gordas, y están en condiciones de enfrentar con más tranquilidad los períodos más duros.

Pero hay países, como Venezuela, que se endeudaron alegremente – pensando que el boom de los precios del petróleo iba a durar eternamente -  y que deben ahora pagar sus deudas en sus peores situaciones de caja. Los países que no acumularon reservas, como Venezuela, tienen que ir llevando el día a día de su liquidez internacional sin la holgura necesaria como para mantener sus importaciones. Los países que elevaron su consumo, como hizo Venezuela, sin aumentar su capacidad productiva interna - mediante la creación de nuevas empresas y/o el desarrollo de nuevos sectores -  deben ahora apretarse el cinturón.  Los países que incrementaron su consumo por la vía fácil de las mayores importaciones, deben ahora darse cuenta dramáticamente que la industria interna esta en un nivel muy bajo de utilización de la capacidad instalada, y que aumentar la producción requiere de divisas que han pasado a  ser precisamente la  mercancía escasa en esas economías. Países que alejaron, combatieron y expropiaron la inversión extranjera, convencidos arrogantemente de que no era necesaria, deben ahora ver como generan los incentivos como para atraerla, pero en una situación en la cual esos capitales han disminuido y han revertido hacia los países centrales. La vieja parábola bíblica de los años de vacas gordas y los años de vacas flacas conserva, desgraciadamente, en nuestra América, toda su validez.
sergio-arancibia.blogspot.com







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