(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 7 de Febrero 2014.)
Una de las
ultimas ideas que ha levantado el gobierno de Venezuela en materia de
diplomacia y de integración latinoamericana es la de promover la convergencia
del Mercosur, del Alba, de Petrocaribe y del Caricom.
Lo menos que
se puede decir de esta original iniciativa venezolana es que no parece haber
despertado una ola de entusiasmo en ninguna cancillería que se conozca.
El Mercosur
- que es indudablemente el proyecto integracionista de mayor peso económico,
comercial, político, geográfico y demográfico en el seno de la región - se
autodefine claramente como una asociación de países que buscan caminar hacia un
mercado común, pasando primero por la constitución de un área de libre
comercio, por una unión aduanera y por el establecimiento de políticas
económicas comunes. El Mercosur admite la adhesión de otros países, ya sea como
socios de pleno derecho - es decir, que comparten el total de los objetivos
definidos por los socios originales - o ya sea como países asociados, que
comparten con el Mercosur solo lo relativo a la constitución de un área de
libre comercio, como es hoy en día el caso de Chile y de Bolivia, que han
firmado con el Mercosur tratados en ese sentido que están plenamente vigentes,
y de otros países de la región que caminan hacia esa situación de libre
comercio pero a ritmos más lentos.
El Alba, en
cambio se define como una asociación de países que se prometen ayuda y
cooperación mutua, que quieren llevan adelante proyectos conjuntos, que tienen
un común denominador de tipo político y que no saben mucho para donde van,
sobre todo después que murió el Presidente Chávez, que les proporcionaba
ideología y muchos dólares. La idea de los mercados comunes, que es la idea
fuerza central del Mercosur, no parece gozar de mucha simpatía en el seno del
Alba. Es difícil suponer que a los países del Mercosur les entusiasme mucho la
idea de converger hacia una asociación más estrecha con el Alba, que no constituyen
ni un mercado al cual no puedan acceder por otras vías, ni un manantial de
mucha sabiduría política ni diplomática. Las prioridades del Mercosur parecen estar más cerca de la negociación
con la Unión Europea y de insertarse en las grandes corrientes del comercio
internacional contemporáneo.
Petrocaribe
es una organización regional distinta a la dos anteriores. De partida es
bastante asimétrica, pues está constituida por dos grupos diferentes de países:
en uno de los grupos se encuentra solo Venezuela que aporta petróleo en
condiciones comerciales bastante favorables, y en el otro grupo están los otros
quince miembros, que reciben con cierta gratitud la generosidad petrolera de
Venezuela. Se trata de un grupo de 15 pequeños países caribeños con economías muy
diferentes, - que van desde Cuba hasta Bahamas - y cuyo único común denominador
es esa peculiar relación comercial con Venezuela en materia petrolera. No hay
indicios de que esos países quieran conformar un mercado común, al estilo Mercosur
– aun cuando un mayor comercio mutuamente provechoso con los países del
Mercosur no tiene por qué parecerles mal - ni que quieran compartir todas las
posiciones políticas de los países del Alba. En materia comercial la mayoría de
esos países caribeños tienen fuertes vínculos con Estados Unidos, por la
cercanía geográfica y/o con las antiguas metrópolis coloniales, con las cuales
los vínculos económicos que no se deterioraron mayormente con el proceso de
independencia.
El Caricom, conformada
por 15 miembros, muchos de los cuales son también parte de Petrocaribe, sí se plantea expresamente la
conformación de un Mercado Común del Caribe. Incrementar el comercio con Mercosur
puede ser para ellos una iniciativa digna de estudiarse. Sin embargo, si su aspiración,
en una eventual negociación con el Mercosur, fuera reeditar la relación que
tienen con Venezuela, en que reciben beneficios comerciales sin otorgar nada en
reciprocidad, es difícil que las negociaciones lleguen muy lejos.
El proceso
de integración económica y comercial en América Latina ha demostrado ser largo
y difícil. Y si algo se ha aprendido a lo largo de los años es que no todo
planteamiento, por bien intencionado que parezca, hace efectivamente avanzar el proceso en una
dirección correcta y realista.
sergio-arancibia.blogspot.com
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