viernes, 28 de octubre de 2016

LOS COMPROMISOS PENDIENTES CON EL MERCOSUR


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 26 de octubre d 2016)

Los cuatro países fundadores del Mercosur han hecho saber que esperan que en diciembre  culmine el proceso de adhesión de Venezuela a todos los acuerdos y protocolos que el Mercosur ha ido aprobando a lo largo de su existencia. Para bien o para mal, no parece posible adherir a todos esos acuerdos por la vía de un solo y único acto jurídico o político. Cada acuerdo requiere de una decisión específica de los órganos estatales venezolanos que correspondan para que pase a estar plenamente vigente dentro del orden legal de este país y/o para que Venezuela adquiera la totalidad de los deberes y derechos establecidos en la estructura legal del Mercosur.
Luce obvio que todos los países miembros de una agrupación como el Mercosur deben tener los mismos deberes y derechos, tener disponibles los mismos instrumentos y actuar en el campo del comercio internacional en base a los mismos compromisos. Eso es lo serio. Pero hasta hace uno o dos años atrás esas cosas no importaban demasiado pues Venezuela siempre fue un socio un tanto especial en el seno del Mercosur.  Brasil y Argentina nunca le exigieron que se pusiera al día en materia de vigencia de todos los acuerdos que estar en el Mercosur entrañaba. Lo importante era ser un buen socio político, para actuar como aliados en otros foros internacionales y/o para fijar posiciones comunes en los temas que la realidad ponía sobre el tapete de los debates latinoamericanos. Por otro lado, ser un importante y generoso mercado, que compraba de todo, en grandes cantidades, que tenía gran capacidad de pago, y que realizaba compras por la vía de organismos estatales, en las cuales los precios, las cantidades, las condiciones de pago y el país desde donde se importaban las mercancías eran cuestiones que en última instancia se decidían políticamente. Era bueno para Argentina y para Brasil tener un socio de esa naturaleza, aun cuando no estuviera al día en la puesta en vigencia de todos los acuerdos del Mercosur.
Pero como las cosas cambiaron, ahora hay que ponerse serios. Ahora la billetera fácil ya se agotó, los chistes ya no parecen tan graciosos, y ha ganado espacio el deseo de no aparecer en la misma foto con quien está acusado de ser tan poco respetuoso de los derechos civiles y políticos y de los preceptos establecidos en su propia constitución.  La diplomacia basada en las buenas relaciones personales entre unos pocos gobernantes, está tratando de ser sustituida por normas claras que presidan en forma permanente e impersonal las relaciones y compromisos que se establezcan en el seno del Mercosur.
Ahora los aspectos jurídicos del Mercosur y el respeto a los derechos democráticos en todos y cada uno de los países miembros han pasado a tener una ponderación mayor. Y la diplomacia proporciona hoy en día herramientas y procedimientos como para conseguir ciertos objetivos sin ni siquiera mencionarlos. En otras palabras, la presión a Venezuela para que mejores sus estándares en materia de derechos civiles, derechos humanos y respeto a la constitución, puede llevarse a cabo sin mencionar directamente esos temas. Basta con poner en el centro del debate, la adhesión de Venezuela a los diferentes acuerdos e instrumentos del Mercosur.
En materia de adherir a los acuerdos del Mercosur Venezuela ha puesto en vigencia muchos acuerdos de este organismo. Pero hay un acuerdo, el Acuerdo de Alcance Parcial 18, que es la real acta constitutiva del Mercosur. Allí están presentes con total claridad los deberes y derecho que adquieren los países que son o pasan a ser socios del Mercosur. En el momento en que ese AAP18 se firmó, su estructura era más simple. Hoy en día se le han ido agregando cientos de protocolos adicionales, sobre aspectos administrativos, sanitarios, técnicos, etc.  que también han pasado a formar parte del AAP 18.
¿Y porque Venezuela se ha demorado tanto en adherir a ese AAP 18? Hay varias razones, o por lo menos varias hipótesis que pueden explicar esta situación.  La primera, es que Venezuela ha adquirido muchos y muy desordenados compromisos comerciales con diferentes países - los cuales implican diferentes tasas de cambio, tasas arancelarias, formas de pago, créditos, rebajas, preferencias, normas técnicas, normas sanitarias, etc. -   todo lo cual es difícil de introducir y de ordenar en el cuerpo normativo del Mercosur. Una segunda razón, es que hasta hace un par de años atrás, esas diferencias en cuanto al momento en que se pondría en vigencia tal o cual norma jurídica se resolvía con una llamada telefónica entre los presidentes, sobre todo con quienes gobernaban en Brasil y en Argentina, cada uno de los cuales tenia razones poderosas como para no estar molestando a Venezuela y a sus gobernantes con ese tipo de minucias. Eso generó la mala costumbre de no pararle mucho a las cuestiones jurídicas. 
Probablemente la presión a Venezuela para que cumpla prontamente con poner en vigencia, en su propio ordenamiento jurídico, el ordenamiento jurídico del Mercosur no llegue a concretarse en una expulsión. Expulsar a Venezuela sería una derrota también para el propio Mercosur, pero está claro que esta agrupación sub regional quiere dejar de ser un mero club de amigos y avanzar en el terreno de la institucionalidad interna y de la mayor homogeneidad democrática. 




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