(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa
de TAL CUAL el día 10 de noviembre de 2016)
En un momento se dijo que una cierta página web extranjera -
que publica diariamente la relación de cambio entre el bolívar y el dólar - era
la causante de todos los males que enfrentaba la economía venezolana.
Poco después el discurso cambio: se pasó a decir que esa
perversa página web había sido derrotada. Más de alguno, que nunca falta,
seguramente llegó a pensar que sería bueno proponer un desfile de honor, en que
las tropas victoriosas que habían participado en esa singular batalla entraran
desfilando a Caracas para recibir el calor y el aplauso del pueblo entusiasmado
y agradecido.
Pero resulta que esa página web no estaba derrotada. No estaba
muerta, sino que andaba de parranda. Sin previo aviso, el bolívar pasa a tener
en esa siniestra página una cotización con el dólar que sin duda alguna debe
preocupar a aquellos que piensan que los grandes problemas que enfrenta la
economía venezolana tienen que ver con lo que publica o deja de publicar una
cierta página web, de los cientos de páginas web existentes en el mundo que
publican comentarios e informaciones sobre la economía venezolana.
¿Porque la fulana página web volvió a dar datos alcistas
sobre a relación entre el dólar y el bolívar fuerte? Algunas hipótesis que se
pueden esbozar al respecto serían las siguientes: primero, la situación
política. Pareciera que una cantidad importante de empresas y ciudadanos
venezolanos se convencen de que es mejor esperar que la aguas se aquieten pero
con sus churupos fuera del país. Salga sapo o salga rana, es mejor esperar
afuera. En segundo lugar, la situación económica. Hay empresas que tienen
compromisos en dólares y tienen que pagarlos a cualquier precio, pues las
relaciones con sus proveedores internacionales son suficientemente valiosas
como para no ponerse graciosos en ese campo. También hay empresas que necesitan
insumos para mantener sus actividades productivas dentro del país, y compran
dólares para adquirir esos insumos, convencido de que podrán resarcirse
posteriormente de esos gastos por la vía de los precios finales que le pongan a
sus productos. La política que se comienza a implementar – aun cuando sin mucha
bulla- de permitir importaciones de bienes que posteriormente se venden a
precios de mercado internacional, favorece ese tipo de operación. En tercer
lugar, la mala imagen. El episodio de la renegociación de los bonos de Pdvsa, y
el nivel no precisamente elevado de las reservas del Banco Central de
Venezuela, contribuyen poderosamente a vender la imagen de que las cosas no
están muy buenas. De que dólares no hay, o son muy escasos. Y lo escaso tiende
a subir de precio. Una cuarta hipótesis: la apertura de la frontera con
Colombia ha contribuido a que el bolívar se haga abundante en las ciudades
fronterizas y eso hace que su `precio baje. Una última hipótesis: la liquidez
monetaria parece retomar su ritmo acelerado de crecimiento, pues el gobierno no
puede vivir sin déficit y sin emisión monetaria, y parte importante de esa
liquidez se traslada al mercado cambiario.
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