(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 2 de Octubre
de 2015.)
La aduana
terrestre de Paraguachon – que une a Colombia y Venezuela por la zona del Zulia
– es una aduana de alta importancia para el comercio bilateral entre los dos
países mencionados. En el año 2013 – último año sobre el cual hay estadísticas
relativamente completas - las exportaciones
totales de bienes desde Colombia hacia Venezuela sumaron 2.255 millones de dólares.
De esa cantidad, aproximadamente la mitad, es decir 1.105 millones de dólares
ingresaron a Venezuela por la aduana de
Paraguachon. Ingresaron en forma clara, transparente, legal, con todos sus
papeles en regla, dejando huellas y registros en ambos países. Todo el 50 % restante
de bienes importados desde Colombia entra a Venezuela por las otras aduanas
terrestres y por la vía marítima y aérea. La vía terrestre es abiertamente la preferida,
porque comunica más directamente con los grandes centros poblacionales e
industriales de Colombia, y porque el comercio por vía marítima es más
complicado y más caro.
Obviamente
no todas esas mercancías que entran por Paraguachon van con destino al comercio
o a las industrias localizadas en el Estado Zulia. Se trata de bienes finales y
de insumos y materias primas para comercios y empresas que se ubican en Caracas
o en cualquier otro punto del territorio venezolano. El cierre total o parcial
de Paraguachon afecta por lo tanto al conjunto del país. A los consumidores los
afecta dos veces: por un lado, porque no encontrarán en los anaqueles aquellas mercancías
importadas desde Colombia, y también porque escasearán, o serán más caras, las
mercancías venezolanas que utilizan insumos o materias primas importadas desde
Colombia.
Por el lado
de las exportaciones venezolanas las cosas son relativamente similares. Las
exportaciones totales hacia Colombia -
en claro descenso a lo largo de los últimos años - llegaron en el año 2013 a la
cifra de 454 millones de dólares. De esa cantidad, 89 millones de dólares en
bienes no petroleros salieron del país por la vía de Paraguachon. El Instituto
Nacional de Estadísticas, y la propia PDVSA, no suelen publicar las ventas internacionales
de petróleo que hacen a cada uno de los países de destino. Esos 89 millones de
dólares que figuran en las estadísticas oficiales venezolanas son solo bienes no
petroleros. Pero como a Colombia se le venden ciertas sumas no especificadas de
petróleo y de gasolina, que también pasan en forma legal, clara y transparente
por Paraguachon, es posible llegar a la conclusión de que por lo menos unos 100
millones de dólares pasan por esa aduana desde Venezuela a Colombia. Es decir,
aproximadamente un 25 % de las exportaciones totales de Venezuela a Colombia.
El resto pasa por las otras aduanas terrestres y/o por vía marítima o aérea.
Si se cierra
total o parcialmente esa aduana terrestre, eso tiene que afectar inescapablemente
a las exportaciones venezolanas, reduciéndolas en forma sustantiva. Esas menores exportaciones se traducen en menos
producción, menos empleo y menos dólares.
Luce
evidente que el cierre de la frontera no le hace bien a ninguno de los dos
países. A Venezuela en particular la obliga a buscar proveedores en otros
países para las mercancías que hoy en día compra en Colombia, que obviamente
existen, pero serán proveedores más caros o de peor calidad. Si fueran más
baratos o mejores, se les habría elegido a ellos desde un comienzo y no a los
colombianos. Igualmente, tendrán que buscar otros mercados para los bienes que
hoy en día se exportan a Colombia, lo cual no es fácil para un país como
Venezuela que casi se podría decir que hace lo posible por obstaculizar las
exportaciones no petroleras y por perder competitividad internacional.
sergio-arancibia.blogspot.com
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