viernes, 23 de octubre de 2015

REPARTIR CUANDO NO HAY CON QUE

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 23 de Octubre de 2015.)


El  Presidente Chávez no inventó el gasto social, ni los hospitales y las escuelas públicas, ni los alimentos subsidiados, ni el seguro social, ni el salario mínimo, ni la educación gratuita, ni las becas de alimentación. Todo eso estaba presente en la geografía política y social de Venezuela en los años y las décadas previas a la irrupción del Presidente Chávez. Pero los elevados precios del petróleo volcaron sobre Venezuela una riqueza como nunca antes se había conocido en la historia del país. Hubo, por lo tanto, más plata para todo. Más plata para lo bueno y para lo malo. Más plata para el derroche y para la acumulación. Más plata para dejar tranquila y contenta a la nueva clase política y más plata para el gasto social. Más plata para apoyar a una nueva casta de nuevos ricos, ligados a las compras y los contratos públicos, y más plata para los nuevos y los viejos líderes políticos que constelaban alrededor del nuevo caudillo militar. Más plata para importar bienes de consumo y más plata para engrosar las cuentas en dólares en el exterior de la nueva clase política y económica. Más plata para satisfacer justas demandas sociales y más plata para comprar apoyos políticos de los caros y  de los baratos.

Como consecuencia de una política social basada casi exclusivamente en el reparto, la pobreza y la extrema pobreza disminuyeron en el país. No disminuyeron como consecuencia de la creación de nuevas empresas, ni de un aumento de la productividad, ni por una mayor capacitación,  ni por un apoyo a los emprendedores,  ni por un salto adelante en los patrones tecnológicos. La pobreza disminuyó desde 37.9 %  en 2005 a 21.2 % en el año 2012. La extrema pobreza disminuyó también desde 15.3 %  a 6.0 % en los mismos años mencionados. Todo ello según las cifras del INE, que no son totalmente exentas de sospechas. 

Pero como no se llevó adelante ninguna política de carácter estructural para reducir la pobreza, cuando disminuyeron los recursos factibles de ser repartidos - porque bajó el precio del petróleo y porque hubo que pagar las deudas que se habían contraído – estos indicadores comenzaron nuevamente a subir. La pobreza aumento a 27.3 %  % en el año 2013 y la extrema pobreza a 8.8 %. Para el año 2014 y para lo que va corrido del 2015, no hay datos oficiales, pues se  dejaron de publicar las cifras sobre esta materia, pero todo indica que la pobreza y la extrema pobreza han vuelto a crecer. Precisamente por ello el INE ha dejado de publicar los datos correspondientes.

El Presidente Maduro enfrenta, por lo tanto, una ecuación totalmente diferente a la que enfrentó el Presidente Chávez.  Ya no hay tanto real como para repartir en la misma forma que antes y la única forma de mantener la apariencia de que la repartidera sigue como en  sus mejores días, es repartir bolívares, aun cuando esos billetes emitidos generosamente por el BCV,  ya no tienen el mismo valor. Los bolívares que se reparten hoy en día son papeles que sirven para comprar menos bienes, menos servicios, menos dólares y menos apoyos políticos.  
sergio-arancibia-blogspot.com



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