domingo, 6 de agosto de 2017

VENEZUELA Y LOS BLOQUES REGIONALES


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 6 de agosto de 2017)


Venezuela ha tenido que pagar altos costos políticos y económicos - y sufrir una cuota elevada de humillaciones diplomáticas - por su obstinada decisión de pertenecer al Mercosur. Sin embargo, al cabo de varios años de intentos y pujos, el Mercosur aparece como el destino de exportaciones venezolanas no petroleras que sumaron escasamente 210.9 millones de dólares en el año 2016. Ellas se descomponen de la siguiente manera: 146.6 millones de dólares exportados a Brasil; 59.6millones de dólares comprados por Argentina; 4 millones de dólares vendidos a Uruguay; y menos de un millón de dólares adquiridos por Paraguay.
Sin embargo, hacia la Alianza del Pacífico - agrupación comercial que reúne a Chile, Perú, Colombia y México -  se canalizan exportaciones venezolanas no petroleras, en el 2016, por el orden de los 425.5 millones de dólares, más del doble que las ventas al Mercosur. Esas exportaciones se dividen de la siguiente forma: 60.9 millones de dólares se venden a Chile; 9.9 millones de dólares se canalizan hacia Perú; 186.2 millones de dólares se importan por parte de Colombia; y a México se le venden mercancías venezolanas no petroleras por un monto de 168.3 millones de dólares.
Estas cifras son un interesante reflejo de lo que el mercado muestra como posible y deseable, a pesar de las fricciones y malas caras políticas. Con Colombia las relaciones políticas y diplomáticas están bastante a mal traer, y sin embargo se le venden 186 millones de dólares de mercancías no petroleras, la cantidad más alta de entre todas las ventas a países latinoamericanos. Le sigue en ese ranking México, al cual se le venden 168 millones de dólares, con el cual tampoco las relaciones políticas y diplomáticas están de lo mejor.
A Brasil - antaño el socio estrella dentro del Mercosur - se le venden 146 millones de bienes no petroleros, lo cual no se corresponde en absoluto con las dimensiones económicas de dicho país ni con el capital político y diplomático que se ha invertido allí durante la época chavista. A Argentina - el otro país del Mercosur grande desde el punto de vista económico, demográfico y geográfico - y con el cual parecía hace pocos años atrás que al amor recíproco sería eterno- se le vende menos que a Chile. Las ventas a Paraguay y a Uruguay son casi simbólicas.
A Perú se le vende una cantidad sumamente modesta - menos de 10 millones de dólares - a pesar de que dicho país presenta un dinamismo comercial y económico extraordinario.
Todo este análisis nos conduce a postular que las relaciones diplomáticas de Venezuela no han tenido una buena sintonía con sus intereses comerciales. El comercio no se ha visto apoyado por buenas relaciones políticas y diplomáticas, y estas últimas,  a su vez, no han logrado mantenerse como tales en el tiempo - al basarse en relaciones altamente personalizadas  e ideologizadas - ni han servido para potenciar un intercambio comercial sostenido y mutuamente favorable.






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