(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 1 de Junio de
2012.)
Dado que hay
en estudio en la Asamblea Nacional una nueva Ley Antimonopolios, es bueno recordar algunos elementos que pueden servir para enmarcar la discusión al
respecto.
En primer
lugar, hay suficientes antecedentes y argumentos teóricos a nivel internacional
como para sostener que los monopolios no son buenos para una economía o para
una sociedad. Sin embargo, como ellos surgen como consecuencia del funcionamiento
mismo de los mercados, es bueno legislar para evitar que surjan, y cuando esto no es posible, para eliminar o al menos reducir sus efectos
negativos más importantes.
Los
principales males que los monopolios generan sobre el conjunto de la sociedad
dicen relación con los precios, con los
niveles de producción y con la distribución del ingreso. Los monopolios tienen
la posibilidad de cobrar precios más elevados que los que imperarían en
situaciones de mayor competencia, pues no tienen competidor cercano en el mercado. Tienen también la posibilidad
de reducir sus propios s niveles de producción, con relación a la situación que sería posible en una
situación de competencia. Como consecuencia de esa menor producción y de esos
mayores precios, el monopolista obtiene ganancias extraordinarias, con relación
a lo que es la ganancia media en el seno de esa economía, con lo cual se genera
en ella una desigual distribución del ingreso.
Para
solucionar estos problemas derivados de la presencia de monopolios hay varias herramientas
que se han utilizado en los diferentes países. Entre las más convencionales se
puede mencionar la fijación de precios o
tarifas a los productos o servicios respectivos, con lo cual se elimina, por lo
menos parcialmente, la posibilidad de los monopolios de imponer precios
excesivos en el mercado, y se consigue también que el monopolio se vea inducido
a aumentar la producción. También con ese tipo de medidas se reducen en forma sustantiva las ganancias
extraordinarias de origen monopólico. Otra medida convencional es imponer a los
monopolios una tributación tal que permita
al gobierno captar todo o parte de las ganancias monopólicas, y revertirlas por
la vía del gasto público en beneficios de toda la comunidad. Pero para caminar por
esta vía se necesita dejar que el monopolio opere con precios altos, y con ganancias
extraordinarias, y actuar posteriormente
sobre el nivel de ganancias, con lo cual puede que se beneficien las
arcas fiscales, pero se perjudica a los consumidores directos de los bienes
producidos por el monopolio.
También en
los tiempos que corren, una medida sumamente efectiva contra los monopolios
nacionales es abrir el mercado tanto como se pueda, para obligar a los monopolistas
a competir con sus iguales ubicados en otras latitudes del mundo. En el
contexto de una economía abierta el precio internacional del producto fija un
límite a la subida de los precios internos, y la posibilidad de importar actúa
como un acicate para impedir que alguna empresa ose en forma suicida reducir
sus propios niveles de producción con el objetivo de ejercer presión sobre el
mercado. No hay nada que potencie más la existencia de una estructura monopólica
u oligopólica que una economía cerrada o
con presencia de elevadas barreras de entrada a los productos provenientes del
exterior.
Otro elemento importantes de una posible ley antimonopolios
debe ser la reducción de los trámites, los costos, los tiempos y los peajes necesarios como para instalar una
empresa, pues muchas veces son ese tipo de barreras las que impiden la entrada
de nuevos empresarios en determinadas áreas de la producción. También es posible y deseable legislar en relación
a las fusiones empresariales que crean monopolios u oligopolios allí donde potencialmente
pueden existir estructuras competitivas.
Sin embargo,
siendo positiva y deseable la existencia de una ley anti monopolios, esta puede
ser terminar siendo como un cuchillo, que es muy útil en circunstancias
normales, pero que en malas manos puede constituir un auténtico peligro.
Sergio
Arancibia
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