(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 12 de Agosto
de 2016)
La estatal
Empresa Nacional de Petróleos de Chile, ENAP, acaba de colocar una emisión de
bonos de deuda externa, a diez años plazos, por un monto de 700 millones de
dólares, a una tasa de 3.95 %. Se trata de una tasa que está a 2.40 puntos por
sobre la tasa del Tesoro norteamericano a 10 años plazo. Esa sobre tasa de 2.40
puntos refleja la tasa riesgo país de Chile, que según el índice Embi, estaba al
27 de Julio en un nivel de 172 puntos. Eso se traduce en una tasa de 1.72 % por
sobre la tasa del Tesoro norteamericano. El resto, es decir, la diferencia
entre 1.72 y 2.40 corresponde a las comisiones y ganancias de los bancos o
entidades financieras internacionales que se encargan de la colocación de estos
bonos.
Ecuador, a
su vez, colocó en el ms de julio bonos por un valor de mil millones de dólares,
a una tasa de 10.75 %. Ecuador tiene que pagar una tasa más elevada, pues su
tasa riesgo país es más elevada. Al 27 de Julio esa tasa riesgo país de Ecuador
se encontraba en 883 puntos, lo cual significa que debe pagar 8.83 % por sobre
la tasa del tesoro norteamericano, más la comisión que le cobran los bancos o
entidades financieras que se encarguen de la colocación de dichos bonos.
Venezuela –
que al igual que Ecuador sufre una caída de sus ingresos petroleros - exhibe,
al 27 de Julio recién pasado, una tasa riesgo país de 2.542 puntos. Eso
significa que una eventual colocación de bonos en el mercado financiero
internacional tiene que estar aproximadamente 25.4 % por sobre la tasa del
tesoro norteamericano, más las comisiones bancarias. No hay ningún país ni
empresa que pueda soportar, por un préstamo en dólares, una tasa de interés de
esa envergadura.
Esto refleja
que Venezuela tiene condiciones muy difíciles como para captar fondos en el
mercado financiero internacional privado. Es muy difícil que algún financista
privado quiera prestarle fondos a una tasa más baja que la que hemos mencionado
en líneas anteriores. Sin embargo, hay otras dos vetas a las cuales se puede
recurrir: una de ellas son los préstamos de los organismos financieros
multilaterales, tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Interamericano de Desarrollo, la Corporación Andina de Fomento, el Banco
Mundial, etc. EL FMI otorga créditos para solucionar déficit de balanza de
pagos, que es precisamente el caso de Venezuela. Los otros organismos otorgan
créditos para financiar proyectos de desarrollo, para lo cual hay que presentar
y tramitar un proyecto específico. La otra veta es recurrir a la buena voluntad
de los gobiernos, como el gobierno chino o ruso. Los prestamos gubernamentales
se usan cada vez menos en el mundo contemporáneo, pero si el negocio es bueno,
siempre es posible encontrar algún país que se interese. En todo caso, si no lo
hace el gobierno actual, el gobierno siguiente tendrá que entrar en
conversaciones con uno o más de estos organismos multilaterales, por lo menos
mientras no se implementen políticas económicas suficientemente sensatas como
para que la tasa riesgo país baje en forma sustantiva.
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