(Artículo de Sergio
Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 14 de Abril de 2016.)
La Comisión
Económica para América Latina, Cepal, -
organismo dependiente de Naciones Unidas y al cual se le tiene como un
organismo serio y no partidizado – acaba de hacer públicos sus pronósticos o
proyecciones sobre la actividad económica de los países de la región durante el
presente año. Venezuela sacó todos los números premiados: se le pronostica en
el 2016 un decrecimiento del 6.9 % con
relación al año inmediatamente anterior, que tampoco fue bueno. Esto, de resultar
cierto, convierte a Venezuela en el país que más retrocede en toda la región.
Alguien – tratando de aminorar la gravedad de la situación- podría decir que toda la región está decreciendo
económicamente, y cuando llueve todos se mojan. Efectivamente, según las
proyecciones de Cepal, toda la América Latina y el Caribe decrecerá, en
promedio, en el 2016, en un 0.6 % con respecto al 2015. Pero en la realidad de
las cosas, en toda la región analizada - compuesta por 33 países - solo hay 6 países que producirán este año
menos que el año pasado. Esos países son Venezuela, que se lleva la medalla de
oro con un 6.9 % de caída; Brasil, con
un 3.5 % de decrecimiento; Argentina, que retrocederá en un 0,8%; Ecuador, que tendrá una menor producción escasamente
0.1 % menor que el año anterior. A esos países de tierra adentro, se les suma
en el Caribe Trinidad Tobago y Granada, con caídas de 1.0 % cada uno.
El pronóstico
global que realiza Cepal se basa, desde luego, en un promedio ponderado de lo
que sucede en cada país, es decir, toma en cuenta el peso económico de cada uno. No se trata meramente
de un promedio aritmético simple. Por ello la caída de Venezuela, Brasil y
Argentina pesan más en el promedio global que muchos otros países de menor peso
económico, demográfico y geográfico.
En toda Centroamérica
y México no hay ningún país que amenace con retroceder el año en curso. Se
trata de países que no solo no producen
petróleo, sino que se benefician, como consumidores, de la baja del precio de
ese combustible que se ven obligados a importar. México, siendo un país petrolero,
tiene una estructura industrial suficientemente
fuerte como para defenderse de la caída de los precios del petróleo.
En el Caribe
insular, donde Cepal pasa revista a 13 países, solo dos – los dos ya
mencionados -presentan retrocesos probables en su PIB. El resto, crece poco,
pero crece.
Según Cepal
en el año 2014 el PIB de Venezuela retrocedió en un 4.0 % con respecto al nivel
alcanzado en el 2013. Es decir, si en 2013 se produjo 100, en el 2014 solo se produjeron 96. En el 2015 el PIB
volvió a retroceder, esta vez en un 7.1 % con respecto al nivel que había alcanzado
en el 2014. Es decir, la producción bajó
a 89.2 con respecto al 2013. Con el nuevo bajón que se anuncia para el 2016,
llegaremos a fin de año con una producción que será solo igual al 83.7 % de la
que se producía en el 2013.
La
explicación de esta crisis - que no es
igualada por ningún país de América Latina ni del Caribe – es, según el Gobierno,
la baja en los precios del petróleo y la guerra económica que le hacen a
Venezuela tenebrosas y subterráneas fuerzas económicas y políticas de dentro y
de fuera del país. Pero la política económica que lleva adelante el Gobierno,
el déficit fiscal, los desajustes monetarios, el desorden cambiario, lo
controles de todo tipo, parecen no tener ninguna incidencia en la crisis en que
se desenvuelve Venezuela. Obviamente, sin autocritica, y sin un diagnostico
serio de las causas, este problema no tiene posibilidades de resolverse.
sergio-arancibia.blogspot.com
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