(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 15 de mayo
de 2015.)
Ya es suficientemente conocido que las reservas
internacionales del Banco Central de Venezuela están en un nivel sumamente
bajo. En realidad, escasamente un poco
más de 18 mil millones de dólares. Frente a esa situación cabe hacerse las
siguientes preguntas ¿para qué sirven las reservas internacionales? O ¿Por qué es importante el nivel de las reservas
internacionales para el ciudadano de a pie? Intentaremos responder esas
sencillas preguntas en el presente artículo.
Las reservas
internacionales juegan un rol similar al que juega el efectivo en caja o en
banco en el caso de una empresa. Una empresa puede estar muy bien organizada
internamente, tener buena maquinaria y equipo
y contar con gente muy preparada y esforzada. Pero la empresa no podrá
funcionar adecuadamente si no cuenta con un flujo regular de insumos y materias
primas que entren a la empresa para que ésta pueda trabajar. Y ese flujo regular de insumos y materias primas
que se necesitan día a día necesita como contraparte un stock de dinero líquido
- o de otros activos rápidamente liquidables - con el cual pagar aquellas cuentas que es
necesario pagar día a día. Aun cuando la
empresa valga millones, si no tiene ese monto de dinero con el cual hacer las compras
diarias, no podrá funcionar. Alguien podría
pensar que los proveedores podrían entregar a crédito aquellas materias primas
necesarias para el funcionamiento de la empresa. En realidad eso se puede
hacer- y de hecho se hace en forma habitual y regular en el mundo empresarial -
pero siempre que los pagos acordados sean asumidos posteriormente en forma religiosamente
puntual. Si no se pagan los créditos anteriores no se puede contar con créditos nuevos. Por lo tanto, además del dinero
en caja necesario para las compras del día a día, hay que tener fondos como
para pagar los créditos anteriores. La cantidad de dinero que se necesita tener
en efectivo en caja tiene que ser proporcional a la cantidad de pagos que hay
que hacer en forma cotidiana o al calendario de pagos de las deudas contraídas
con anterioridad. También es bueno tener un pequeño monto adicional para prevenir
sorpresas o gastos imprevistos.
Si Venezuela
es la empresa de la cual venimos hablando, es obvio que el BCV necesita fondos
relativamente líquidos – o convertibles rápidamente en fondos líquidos -para
pagar los alimentos, materias primas e
insumos que Venezuela requiere para su funcionamiento. Si no los tiene, tiene
que dejar algunas secciones de la empresa sin poder funcionar. Esa es la
realidad del país: las reservas del BCV están muy bajas, y la mayor parte de
ellas están constituidas por oro, que no tiene tanta liquidez como las divisas
contantes y sonantes, y para colmo pasa por una racha de bajos precios
internacionales. Por ello hay empresas que no pueden funcionar, hay escasez de
muchos productos en las tiendas y supermercados, y lo que hay se vende mucho
más caro. En otras palabras, la caída en las reservas internacionales tiene que
ver con la escasez y con la inflación que se observa en el seno de cada familia
venezolana
sergio-arancibia.blogspot.com
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