(Articulo de
Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el dÍa Jueves 2 de
Octubre 20013)
Las exportaciones
no petroleras de Venezuela presentaron en el 2012 - último año sobre el cual el
Instituto Nacional de Estadísticas publica antecedentes – niveles que corresponden
a menos de la mitad de los valores que ese indicador económico presentó en el
año 2005, que fue el mejor año en esta materia, a lo largo del presente siglo.
En el año 2012
las exportaciones no petroleras – que no son una y la misma cosa que las
llamadas exportaciones no tradicionales – alcanzaron a 2.566 millones de dólares. En el año 2005 habían alcanzado un
valor de 7.200 millones de dólares. Los niveles del 2012 corresponden a un 36 %
de lo que se exportaba en estos rubros en el año 2005.
Las
exportaciones no petroleras incluyen las exportaciones de hierro y acero (capítulo
72 del arancel) así como las exportaciones de aluminio y sus manufacturas (capítulo
76 del arancel) que son exportaciones que ya relativamente tradicionales en
Venezuela. Si restamos estas dos cantidades del total de exportaciones del año
2005 – 2.285 millones de dólares y 1.088 millones de dólares, respectivamente -
queda un restante de 3.827 millones de
dólares.
Si restamos
lo exportado en esos mismos rubros de las exportaciones del año 2012 – 687
millones de dólares y 138 millones de dólares, respectivamente- quedan 1.741millones de dólares.
En esa
modesta cantidad de exportaciones no petroleras y no hierro ni aluminio, se
incluyen las exportaciones de algunos rubros derivados de la industria petrolera,
pero que no son exactamente petróleo, tales como el gasoil, los fertilizantes y
una buena cantidad de petroquímicos de diferente naturaleza. Esos rubros se incluyen
fundamentalmente en los capítulos 27 y 28 del arancel. Si restamos todas las
exportaciones que corresponden a esos capítulos – 250 millones de dólares en
conjunto -de la cantidad a la cual habíamos llegado anteriormente, quedan para
el año 2012 solo 1.491 millones de dólares. Las empresas que están detrás de esos
rubros de exportación son los verdaderos héroes del comercio exterior venezolano.
Han logrado mantener una presencia comercial - aun cuando modesta y decreciente
- en ciertos mercados externos, luchando contra todas las condiciones adversas.
Casi se podría decir que luchando contra una política económica que pretendía derechamente
hacerlos desaparecer. Luchando, por ejemplo, contra una tasa de cambio
obligatoria que implica una clara y sistemática revaluación de la moneda
nacional, lo cual deriva del hecho de que los costos crecen aceleradamente en bolívares,
como producto de la inflación interna, mientras que las divisas que se obtienen
de las ventas externas tienen que liquidarse a una tasa de cambio oficial artificialmente
congelada. Tampoco hay devolución de impuestos por concepto de los productos
exportados, ni apoyo del aparato de relaciones exteriores, ni agilización de
trámites aduaneros, ni agilización de la permisología, ni nada.
Esta
situación no es obra de la naturaleza, ni es un castigo de los dioses. Es la
consecuencia inevitable de la ausencia de políticas de promoción de
exportaciones. Es la consecuencia de pensar que con el petróleo basta y sobra
para mantener a flote al país y para enriquecer a unos cuantos de sus dirigentes
y amigos. También, de pensar que el petróleo basta y sobra para ser considerado
un país importante – económica y políticamente- a nivel internacional. Es la
consecuencia de pensar que la preocupación por la competitividad y la productividad-
y por la innovación tecnológica que está directamente relacionada con estas
variables - son cosas de los burgueses y los capitalistas, pero que no deben
preocupar a los revolucionarios que tienen otras cosas más importantes en las
cuales pensar.
No solo la
entrada al Mercosur, sino todo el fluir de la economía y del comercio
internacional contemporáneo obligan a
modificar esa concepción. Los datos del año 2005 muestran que Venezuela
puede vender el doble de mercancías no
petroleras en los diferentes mercados internacionales. Los datos del año 2012
muestran que a pesar de las dificultades se han logrado conservar ventas de
muchos productos en muchos mercados, todos los cuales se podrían potenciar y aumentar, si hubiesen los
estímulos y las políticas correspondientes. Es enteramente posible. Es
absolutamente necesario.
sergio-arancibia.blogspot.com
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