(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 20 de junio de 2012.)
Venezuela
tenía en julio una tasa de riesgo país de 1.089 puntos y Chile a principios de
junio de 167 puntos.
Pdvsa emitió
bonos por $3 mil MM pagando interés de 9.75 % mientras Codelco de Chile colocó
papeles al 5 %.
En el mes de
mayo recién pasado la empresa estatal petrolera venezolana PDVSA realizó una emisión
de bonos en moneda extranjera por un monto de 3 mil millones de dólares. Esa
colocación de bonos se hizo ofreciendo una tasa de interés de 9.75 %.
En los primeros
días de Julio la empresa estatal cuprífera chilena Codelco realizó una emisión
de bonos por un monto de 2 mil millones de dólares. Una parte de esos bonos se
colocaron a 3.5 % y la otra a 4.3 %.
¿Cuál es la
diferencia entre estas dos emisiones? En ambos casos se trata de empresas 100% estatales, productoras de materias primas de
alta demanda internacional. Pero los Estados que son propietarios de esas empresas
tienen grandes diferencias entre sí. En junio de este año el Banco Central de
Chile tenía en sus arcas reservas internacionales por un monto de 40.344
millones de dólares, que son en alguna medida el respaldo de la deuda externa
contraída, y que están imposibilitados de ser traspasados generosamente al
Gobierno. En Venezuela las reservas internacionales del Banco Central fluctúan alrededor
de los 28 mil millones de dólares, y ellas están sujetas a la obligación de ser
traspasadas al Ejecutivo nacional cada vez que sobrepasan un determinado umbral.
A ello se suma el hecho de que el Estado venezolano tenía, en la primera semana
de julio, una tasa de riesgo país- medida
a través del indicador EMBI - de 1089 puntos. Hace un año atrás esa tasa
estaba en 1.119 puntos.
EL RIESGO
En Chile, en
cambio, la tasa riesgo país, a principios de junio, medida con el mismo indicador, estaba en 167
puntos. Hace un año atrás esa tasa estaba en 127 puntos. Como se sabe, la tasa
riesgo país se mide por la diferencia entre la tasa de interés que tiene que
pagar un país por sus emisiones de deuda externa, y la tasa de interés que pagan los bonos del Tesoro
norteamericano. Se asume que ese diferencial es un indicador de la posibilidad de
que un país no pueda cumplir con sus compromisos
de deuda externa. Es decir, la comunidad financiera internacional - con razón o
son ella, con buena o con mala fe, con buenas o con malas intenciones, con
buenas o con malas informaciones – asume que Venezuela tiene altas
posibilidades de no pagar sus deudas externas y que, por lo tanto, comprar sus
bonos es altamente riesgoso, y que ese riesgo debe compensarse con una tasa de
interés más alta. Ese punto de vista internacional significa que Venezuela debe
pagar, en la emisiones de deuda soberana que coloca en los mercados internacionales,
una tasa de interés que supera en más de
6 % a la tasa que pagan otros países latinoamericanos. Esa mala imagen que proyecta
el Estado venezolano contagia también a sus empresas estatales, y en particular
a su barco insignia que es PdVSA.
Colocar 3 mil millones de dólares y pagar 4 % anual de interés significa pagar
120 millones de dólares anuales. Pagar un 10 % implica un pago anual por
concepto de intereses de 300 millones de dólares. Ciento ochenta millones de
dólares adicionales por concepto de mala imagen.
Otro aspecto
interesante de destacar en esta comparación internacional entre la situación de
Codelco y de PDVA es que la primera se dedica – bien o mal- a la explotación y comercialización de cobre
y sólo a eso. No construye caminos, no financia escuelas ni misiones sociales,
ni constituye un Estado dentro del Estado que haga ver su presencia en todos
los ámbitos de la vida nacional. Trata de que sus ganancias sean las mayores
posibles y le traspasa fondos al Gobierno por la vía de regalías, utilidades e
impuestos, los cuales entran en forma transparente en las arcas de Tesorería
nacional.
SIN
TRANSPARENCIA
En ese
sentido la situación de Codelco, en
cuanto a especialización productiva
y en cuanto a transparencia de sus operaciones y de sus finanzas, es similar a
la que presenta la petrolera brasileña Petrobras. La situación de Pdvdsa en
cambio es radicalmente distinta en cuanto a
su eficiencia, especialización y
transparencia y en cuanto a su relación con el Gobierno. No es de
extrañar, por lo tanto - por razones propias de la empresa, y por razones del
Estado al cual pertenece - que sus bonos tengan que pagar altos intereses en el
mercado internacional para poder colocarse. Tener mala imagen termina teniendo
un alto costo comercial y financiero en el mercado internacional, incluso para
una empresa petrolera.
sergio-arancibia.blogspot.
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