viernes, 13 de julio de 2012

HAY QUE VENDER LOS MANGOS.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 13 de junio del 2012.)


Una noticia que pasa casi desapercibida en el abundante flujo de información internacional pone de relieve que Perú no sólo está exportando mangos hacia Japón y hacia China, sino que incluso esas ventas están en aumento en los últimos meses. ¿Por qué no puede Venezuela hacer una cosa similar? ¿Acaso los mangos no se dan en abundancia en todo el llano venezolano?
Desgraciadamente, ningún país puede hoy en día depender para efectos de su inserción internacional sólo de lo que la naturaleza le ha proporcionado. Tener acceso a la materia prima es una condición necesaria, pero no suficiente, para ser exportador. Nadie puede exportar mangos sólo por el hecho de que estos cuelgan de las ramas de los arboles. Se necesitan, en este caso particular, de técnicas de pre o de post cosecha que aseguren que dicho fruto viene libre de pestes o de plagas.  En materia de control de plagas los países importadores son sumamente cuidadosos en términos de proteger su propio patrimonio sanitario, y toman todo tipo de precauciones para evitar que les llegue, en las importaciones que realizan, la plaga de la mosca de la fruta u otras plagas similares, que podrían perjudicar la producción interna. Por lo tanto, para exportar, los países de origen tienen que dar garantías comprobables de que el producto proviene de zonas que han sido formalmente declaradas como zonas libre de plagas por parte de los organismos internacionales especializados en estas materia y/o que el producto ha recibido los tratamientos post cosecha que aseguran la eventual muerte de algún patógeno que pueda quedar oculto. ¿Cuánto hace o puede llegar a hacer Venezuela en esta materia?


INFRAESTRUCTURA
Para exportar tienen también que constituirse empresas empacadoras que seleccionen el producto, por su calibre y por su presentación, de modo que ningún mango vaya con manchas en la piel o con otras características que malogren su presentación.
Posteriormente tienen que empacarse en cajas que reúnan varias características: tienen que resistir el peso y el transporte hasta el país de destino y tienen que estar fabricadas de materiales que aprueben las normas ecológicas que se imponen crecientemente en el mundo contemporáneo para el material de desecho. ¿Puede Venezuela avanzar en esta materia?
Una vez que el producto está seleccionado y adecuadamente empacado, debe transportase hasta el puerto de embarque, sin sufrir golpes, retardos, ni exposiciones a temperaturas que lo afecten negativamente, y ser allí almacenado – durante un período de tiempo no indefinido ni indeterminado, y en cualquier caso breve - hasta el momento de ser subido a bordo de los barcos que lo llevaran al país de destino. ¿Tiene Venezuela la capacidad de asegurar esa cadena de transporte, de almacenamiento y de frio en las condiciones que el producto requiere?
Posteriormente, el producto debe viajar hasta el país de destino durante un tiempo conocido, pues el producto sigue sujeto a procesos biológicos – maduración- que afectan su proceso de venta final. ¿Tienen los puertos venezolanos la capacidad de asegurar los tiempos de carga y descarga de las naves y el tiempo de navegación de estas?
Sin perjuicio de todos estos pasos que se han mencionado el producto debe llegar al país de destino con un precio que sea aceptable para el importador y para el consumidor final, lo cual pasa por atender el problema de los costos de cada uno de los eslabones que componen la cadena.
¿SE PUEDE?
Todo este caso de los magos – que se comenta sólo a modo de ejemplo- pone de relieve que el proceso de exportación y de inserción exitosa en los circuitos del comercio internacional no requiere sólo del acceso a  una materia prima, que esté en el eslabón inicial de una larga cadena de comercialización, sino que se requiere también de capacidades organizacionales, empresariales y tecnológicas modernas , de infraestructura vial y portuaria adecuadas, y de mecanismos  bancarios, cambiarios  y financieros suficientemente agiles. En síntesis, la exportación exitosa es el resultado de una cadena en la cual cada eslabón es eficiente y rentable. ¿Puede Venezuela ponerse esas metas?

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