(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 26 de Julio del 2012.)
Venezuela
acaba de tomar una decisión importante en el campo de sus finanzas
internacionales. Por la vía de un Convenio Cambiario número 20 se acaba de autorizar
a personas naturales y jurídicas, nacionales y
extranjeras, a que mantengan cuentas en dólares en el sistema bancario
nacional. Obviamente la mantención de cuenta en dólares permite hacer
transferencias en dólares a cuentas en el exterior, o a otras cuentas en
dólares en la propia Venezuela, o hacer retiros dentro de Venezuela, pero en
este caso se entregarían las contrapartidas en moneda nacional. También se
permite el uso de tarjetas de crédito en el exterior que se carguen a dichas
cuentas en dólares.
Una medida
de este tipo obedece a varias razones. El BCV descubrió una cosa que medio país
ya conocía: que una buena parte de los agentes económicos nacionales, desde el
abasto de la esquina hacia arriba, tienen cuentas en dólares en bancos
extranjeros, ya sea en Panamá, en Miami o en otras plazas bancarias que le sean
cómodas y confiables. Y cuando los dólares andan un tanto escasos en el país no
hay razones como para seguir concediéndole graciosamente ese negocio a bancos y
países extranjeros, incluso algunos del propio ALBA. Además, la medida comentada hace las cosas un
poco más fáciles a las pocas empresas trasnacionales que operan en el país, pues
sus operaciones en dólares podrán
realizarse directamente en la banca nacional, sin necesidad de estar
recurriendo a la banca extranjera para pagarle mil dólares a otra empresa que
tiene sus oficinas a una cuadra de distancia. Se ahorrarán lo que los
economistas llaman los costos de transacción.
Hay varias
circunstancias que hacen que el Gobierno y el Banco Central estén un tanto
preocupados por la cantidad de dólares de que dispone o que dispondrá la
economía venezolana en el futuro cercano. Por un lado, lo obvio y tradicional:
el precio del petróleo en el mercado internacional se ha ubicado por debajo de
los 100 dólares el barril, y mantiene oscilaciones amenazantes.
EL ORO
En segundo lugar,
el precio del oro dejó de subir y más bien mantiene tendencia a la baja en el mercado internacional, lo cual
es una mala noticia para un Banco Central que mantiene una parte importante de
sus reservas internacionales en ese metal. En tercer lugar, el endeudarse a las
tasas de interés a la cual le prestan a
Venezuela es casi como prestarse voluntariamente para un verdadero atraco.
Y una cuarta situación amenazante: la sequia en Estados Unidos ha provocado
cosechas muy pobres lo cual genera tendencias alcistas en el precio de los
cereales, y mientras no se cumpla la promesa presidencial de convertirnos en
potencia agrícola, tendremos que seguir importando, ahora a un precio más
elevado, el trigo para el pan nuestro de
cada día.
Es posible,
pero no seguro, que muchos de los agentes económicos que tienen sus cuentas en
dólares en el exterior, y que realizan compras, ventas, transferencias y
transacciones de todo tipo a partir de esas cuentas, se tienten de traer esos
fondos a un banco venezolano. Para que eso suceda tienen que estar presentes
uno u otro o ambos de dos elementos
sumamente importantes: la confianza y/o el lucro. Confianza en que esos fondos
no serán expropiados, ni retenidos, ni congelados, ni tomados en préstamo, ni
convertidos obligatoriamente en bolívares el día que el gobierno descubra que
necesita de ellos. No es fácil generar, cultivar y mantener esa confianza, pero
tampoco es imposible.
INTERÉS
Una buena
tasa de interés puede ayudar a generar esa confianza. Una tasa de interés
superior a la que pagan en las plazas bancarias más usuales del exterior puede
ayudar a que los más desconfiados se dispongan a mantener por lo menos una parte de sus
fondos, los indispensables para sus operaciones más habituales, en moneda extranjera, en la
banca nacional. Quizás esos fondos que se consigan por la vía de los depósitos,
aun cuando sean bien remunerados, sean más convenientes que conseguir plata
prestada a la tasa riesgo país que tiene que pagar el Estado venezolano por los
créditos que actualmente levanta en el mercado financiero internacional.
sergio-arancibia.blogspot.com
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