viernes, 31 de marzo de 2017

LA LIBERTAD ES LIBRE.



(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 30 de marzo del 2017)



Los industriales peruanos, a través del organismo gremial correspondiente, han tomado recientemente posición en contra de un eventual TLC con India, argumentando que un convenio de esa naturaleza no es conveniente para los intereses peruanos. Las razones dicen relación con el precio de la mano de obra en el país asiatico, con las políticas tributarias que incentivan o que subvencionan a las exporaciones en ese país y con la estructura de la oferta exportable que India exhibe. La industria peruana no visualiza, en las condiciones actuales, una competencia leal y justa con los productos indios.

No nos es posible entrar a calificar si los industriales peruanos tienen o no razón. En todo caso, esa polémica pone de relieve el carácter de los TLC que se negocian y que se firman hoy en dia, en forma más o menos recurrente entre diferentes pares de países. No se puede asumir como un dogma que esos convenios arrojen siempre ventajas y beneficios para cada uno de los paises eventualmente firmantes. Es enteramente posible que, en casos particulares, esos convenios perjudiquen a una de las partes. Por eso hay que analizar en cada caso particular la estructura actual de la producción de cada país y su oferta exportable, y ver en función de ello si los intercambios pueden incrementarse y ser mutuamente ventajosos una vez que el acuerdo se firme.

Si los acuerdos de libre comercio fueran siempre obviamemnte ventajosos, como aseguran los neoliberales - partidarios del libre comercio desde una óptica altamente dogmatizada – entonces se habrían firmado ya muchos convenios de ese tipo, y sin tantas trabajosas negociaciónes.

Pero precisamente por el hecho de que las ventajas no son siempre obvias es que hay que entrar en negociaciones que por lo general duran años. Nunca estos acuerdos de libre comercio se firman despues de una semana o unos pocos meses de estudios y negociaciones. En esas negociaciones se estudian las ganancias que cada uno de los pais espera lograr como consecuencia del acuerdo, y las concesiones que está dispuesto a hacer. La dos partes tienen que ganar y las dos partes tienen que hacer concesiones. Si no, no hay acuerdo y no hay firma de ningín convenio. Cada pais firma si y solo si ve que las ganancias que obtiene con ello son mayores que las perdidas o concesiones que ha tenido que hacer. Se trata por lo tanto, de establecer- por la vía de los acuerdos - una nueva situación comercial que es fruto de la negociación, y del frio cálculo de perdidas y ganancias. No se trata, en el común de los casos, de una apertura indiscriminada y total, sino de una apertura parcial y negociada. Se trata, desde todo punto de vista, de una posición pragmatica, propia de los estadistas modernos.

Peru ha firmado acuerdos de libre comercio con China y con Estados Unidos, dos países de gran tamaño geográfico, económico y demográfico, con alta presencia en el comercio internacional. No parece, por lo tanto temerle a la competencia en el plano del comercio internacional. Pero cada caso es diferente, y ninguno se escapa de los estudios y de las negociaciones especificas que sean necesarias. No puede nadie cerrarse a los acuerdos de libre comercio como concecuencia de una mera posición ideológica - como ha sucedido con otros países que todos conocemos - pero tampoco correr, por razones igualmente doctrinarias, detras de cualquier opción de ese tipo que se presente en un momento determinado.

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