(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 23 de junio
del 2016)
¿Cuánto oro
ha vendido el BCV en los dos últimos años? No es fácil rastrear esa información
en las estadísticas oficiales venezolanas.
Sin embargo,
lo que se oculta como exportación en un país determinado, aparece por lo
general reflejado en las estadísticas de importación de los países de destino,
a menos que ambos países se pongan de acuerdo para ocultar la información, lo
cual no suele suceder. En el caso de las ventas de oro por parte de Venezuela,
es posible llegar a las cifras correspondientes por la vía de las estadísticas
de importación de otros países, y/o por las estadísticas publicadas por
organismos internacionales de reconocido prestigio y seriedad.
El
International Trade Center es un organismo conjunto creado por la Organización
Mundial de Comercio y las Naciones Unidas, que se especializa precisamente en
publicar las cifras del comercio internacional mundial. Según las cifras que
publica ese organismo, Suiza ha comprado en el curso del año 2014 un total de
503 millones de dólares de oro – código arancelario 7108 – a Venezuela. En el
transcurso del año 2015 esas ventas continuaron y alcanzaron en ese año a 854
millones de dólares. En el primer trimestre del año 2016 las ventas de oro a
Suiza han superado todo lo que se había vendido en los dos años anteriores y
llegaron a 2.191 millones de dólares, según la fuente señalada.
Las cifras
presentadas son claramente mayores a todo lo que se pueda suponer en materia de
producción de oro por parte de la minería venezolana. Se trata manifiestamente
de oro proveniente de las reservas internacionales del BCV.
Estas cifras
han generado una curiosa situación: Suiza ha pasado a ser el primer país de
destino de las exportaciones no petroleras de Venezuela y el oro ha pasado a
ser el primer producto no petrolero en la cartera de exportaciones del país.
Obviamente, con estas ventas, es posible que las exportaciones no petroleras
del país aparezcan sumamente incrementadas tanto en el año 2015 como en el año
2016, siempre y cuando ello encuentre el debido espacio en las cuentas externas
del país.
Obviamente
el oro que un país tiene en sus reservas internacionales no está allí para ser
mirado y admirado, sino para servir a los mejores intereses del país. En el
caso venezolano todo parece indicar que esas ventas de las reservas en oro han
posibilitado el pago de deudas externas, que de otra forma hubieran obligado al
país a caer en situación de default. Ese tipo de operación no es
intrínsecamente mala. Lo malo es que no se puede utilizar en forma sostenida.
Una vez que se venden las joyas de la abuela, y se sale de un apuro, hay que
pensar en cómo generar nuevas fuentes de divisas, para recuperar las reservas
internacionales y para poder responder a los gastos que se avecinan.
Desgraciadamente, en el caso venezolano, las señales de mayores precios del
petróleo son todavía muy tímidas e inestables, y el resto de las exportaciones
no petroleras distintas al oro no parecen tener un repunte significativo.
sergio-arancibia.blogspot.com
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