jueves, 9 de julio de 2015

BREVE COMPARACIÓN ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 9 de Julio de 2015)


Colombia es un país que en el transcurso de los cuatro primeros meses del año 2015 ha acumulado un déficit  cercano a los 5 mil millones de dólares en la cuenta comercial de la balanza de pagos. Es decir, sus importaciones son mayores que sus exportaciones. Venezuela, en cambio, es un país cuyas exportaciones, aun cuando no se publiquen cifras muy fidedignas, son sustantivamente mayores que sus importaciones. En el primer trimestre del año 2014 Venezuela acumuló un superavit en cuenta comercial superior  a los 10 mil millones de dólares, y durante el presente año las cifras no tienen por qué ser muy diferentes. Sin embargo, Colombia es un país que crece- creció el año pasado y volverá a crecer en el año en curso -  y Venezuela es un país que decrece, tanto en el presente año como en el anterior.  ¿Por qué sucede esta aparente paradoja?

Hay que explicar en primer lugar una cuestión conceptual o metodológica. Nadie ha dicho nunca, por lo menos en el campo de los economistas, que sea imprescindible que un país tenga superavit en la cuenta comercial de la balanza de pagos para poder crecer. Un país puede funcionar perfectamente bien con un déficit en cuenta comercial siempre y cuando lo compense con algún superavit en alguna otra de las sub cuentas de la balanza de pagos. Podría suceder, por ejemplo, que la cuenta de servicios fuera superavitaria, o la cuenta de remesas y transferencias, todo ello en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Pero aun cuando la cuenta corriente de la balanza de pagos fuera deficitaria, eso se puede compensar - y terminar generando una situación positiva para el país – mediante un superavit en la cuenta de capitales y financiera. Eso podría suceder si, por ejemplo, el país recibiera una buena cantidad de inversión extranjera directa, con lo cual puede compensar -  e incluso superar - el déficit que exista en la cuenta corriente. O puede haber también una buena cantidad de préstamos que el país esté recibiendo – que supere la cantidad de amortizaciones e intereses de préstamos anteriores -  ya sea por la vía del gobierno o del sector privado, con lo cual el país puede crecer y progresar. Solo si el déficit en la cuenta corriente no se puede cubrir con algún superavit en la cuenta de capital y financiera, entonces se vería dicho país en la obligación de reducir sus reservas internacionales, generándose una situación que no es sostenible a mediano plazo y que debe, por lo tanto, ser solucionada rápidamente.

Colombia es, al igual que Venezuela, un país petrolero, entendiendo por tal un país en que su principal producto de exportación es el petróleo. Colombia produce actualmente un volumen cercano al millón de barriles diarios y eso le genera un ingreso importante desde el punto de vista de sus exportaciones. Desde luego que su situación se ha complicado con el desplome de los precios internacionales del petróleo, pero en el caso de Colombia esa situación se ve compensada, por lo menos parcialmente,  con la exportación de otros productos minerales, como el carbón o el ferroniquel, o agrícolas, como el café, o manufactureros, como los textiles y otros. No es un país monoexportador, como Venezuela. Además, Colombia recibe de año en año  volúmenes importantes de inversión extranjera directa, no en forma esporádica o espasmódica, mientras que Venezuela hace todo lo posible por correr a sombrerazos a todos los inversionistas no petroleros que quieran asomarse por este país. También Colombia es un país que puede emitir bonos en el mercado internacional con tasas de riesgo soberano cercanas al 3 %, mientras que Venezuela, si llegara a emitir bonos, tendría que pagar una tasa de riesgo superior al 25%.  Como resultado de todos esos factores, y varios otros más, Colombia es un país que tiene un mercado de cambio de divisas relativamente libre, y  las reservas internacionales de su banco central sumaban, a abril de este año,  más de 47 mil millones de dólares, mientras que nada de eso sucede en Venezuela. ¿Cuál de los dos países irá por buen camino? ¿Quién estará haciendo las cosas mal?  
sergio-arancibia.blogspot.com





  

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