(Artículo de
Sergio arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 5 de Marzo de
2014.)
Brasil se encuentra
en una situación económicamente complicada. Técnicamente está en lo que los
economistas denominan una recesión, pues
hace ya dos trimestres que su producto interno bruto muestra cifras negativas.
Explicar una situación como esa requiere indudablemente de un análisis muy
global y sistémico, que evite la tentación de hacer descansar el diagnóstico en
una sola variable. Sin perjuicio de ello,
y con el solo interés de aportar datos que contribuyan a ese análisis global,
aportamos aquí algunos datos y reflexiones sobre su situación de comercio
exterior.
En materia
de exportaciones - elemento que contribuye a explicar lo que sucede con el PIB
de cualquier país - los resultados de
2013 muestran un Brasil que retrocedió en un 02 % con respecto a los resultados
alcanzados en el año anterior. Una caída pequeña, pero que incrementa su
significación si se tiene en cuenta que las importaciones aumentaron en ese
mismo año en un 7.4 %. Aumento de las
importaciones y caída de las exportaciones generan una caída en el saldo comercial
de la balanza de pagos, que se mantiene positivo, pero que pasa de 19.395
millones de dólares en 2012, a 2.557
millones de dólares en el 2013.
Como siempre
sucede con los grandes promedios, estos ocultan diferencias importantes entre
las partes componentes. Esa caída en las exportaciones brasileñas, por lo
tanto,no es igual con todos sus socios comerciales. Así, por ejemplo, las
exportaciones hacia los países de Aladi – que son todos los de la América Sur,
menos Guayana y Surinam, mas Cuba, Panamá y México - aumentaron en un 11.9 %.
Ese aumento en las ventas hacia los países de Aladi incluye el incremento en más
de un 1.000% de las ventas a Panamá, que
pasaron de 397 millones de dólares en el 2012 a 4.423 millones de dólares en el
2013. Es dable suponer que ese aumento se debe a las ventas realizadas en la
zonas libres que Panamá tiene en la boca oriental y occidental del canal, desde
donde se nutre a su vez a múltiples otros destinatarios finales, de la propia
América o de otras regiones del mundo. Sin esas ventas el incremento de las
exportaciones a Aladi sería indudablemente mucho menor. Pero aun considerando íntegramente
las ventas a Panamá, las ventas a
Aladi representan sólo el 20.8 % de las
ventas externas de Brasil. Y las ventas
dirigidas a otras regiones del planeta disminuyeron. Hacia Estados Unidos cayeron
en un 7.4 %. Hacia la Unión Europea disminuyeron en un 2.7%. Hacia Centroamérica
y el Caribe la caída fue de 38,3 %.
Hacia
Venezuela las exportaciones bajaron, seguramente por las dificultades de este
país para financiar sus compras externas, cualquiera que sea el país proveedor.
De 5.056 millones de dólares de exportaciones a Venezuela en el 2012, estas
bajaron a 4.849 millones de dólares en el 2013. Las importaciones, curiosamente
aumentaron, pues se le compró a Venezuela por un monto de 997 millones de
dólares en el 2012 y de 1.181 millones en el 2013.
Estos sencillos
antecedentes permiten sacar algunas conclusiones tentativas. En primer lugar,
Brasil necesita abrirse en mayor medida al mundo, para aumentar sus exportaciones
y generar por esa vía un salto adelante en su actividad productiva interna. El
mero mercado interno, y el mercado latinoamericano ya no le son suficientes
para insuflar dinamismo a una economía de las dimensiones de Brasil. La
inversión extranjera directa, que ha sido generosa con Brasil en los últimos
años, parece tender a estancarse para todos los países emergentes a nivel
mundial, lo cual también afectará negativamente a Brasil. En el campo de sus socios comerciales principales,
la Unión Europea representa hoy en día el destino del 19.7 % de las
exportaciones brasileñas - casi tanto como todas las exportaciones a Aladi - lo
cual implica que Brasil necesita fortalecer su presencia negociadora y
competitiva en ese mercado, con la ayuda del Mercosur o son ella. China es otro de los mercados de
destino que tiene alta significación para Brasil. El 19 % de sus exportaciones se
canaliza hacia allá, pero el más lento ritmo de crecimiento de la economía
china trasmitirá su más lento dinamismo a la economía brasileña, lo cual se
constituye en otro elemento que llevará a Brasil a buscar otros mercados, o a
incrementar su presencia en los mercados donde ya tiene presencia.. Todo eso
pasa por redefinir su capacidad negociadora internacional – parar gana
autonomía y flexibilidad - y por
introducir cambios en su política económica interna, para ganar competitividad en los complejos
mercados internacionales contemporáneos.
sergio-arancibiaq.blogspot.com
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