(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 21 de marzo de 2014.)
Uruguay es
un país pequeño, enclavado entre Brasil y Argentina, en la ribera norte y
oriental del rio de La Plata. Su población es de solo 3.4 millones de
habitantes y se le considera un país de clase media, con larga tradición
democrática y con un alto nivel de institucionalidad. Aun cuando goza de una
cierta imagen positiva a nivel internacional, no es mucho lo que se conoce de
sus actuales problemas económicos. Intentaremos en este artículo exponer
algunos antecedentes al respecto.
Uruguay exportó,
en el 2013, bienes por un monto de 9.015
millones de dólares pero importó bienes por un
monto de 11.642millones de dólares. Hay un déficit global de 2.627 millones de
dólares en la cuenta comercial, cantidad que se incrementa hasta los 3 mil millones de dólares cuando le sumamos
el saldo en servicios, en renta y en transferencias, para obtener el saldo en
cuenta corriente de la balanza de pagos.
Un déficit
de esa magnitud en la cuenta corriente exige, en el corto plazo, que el país capte inversión extranjera, que se endeude o
que reduzca sus reservas internacionales. Las dos últimas de estas alternativas
no son buenas como recetas permanentes, y la primera parece hacerse cada vez
más difícil en el contexto internacional actual de cierto decrecimiento y/o
reversión de los flujos de capital. En el mediano o largo plazo, la solución
pasa por incrementar sus exportaciones o reducir sus importaciones. Sin
embargo, en el caso uruguayo, este déficit en cuenta comercial no se presentó
por primera vez en el año recién pasado. Ya en el 2012, se presentó un déficit
en cuenta comercial por un monto de
2.942 millones de dólares – que se repitió en el 2013 con un déficit de 2.627
millones de dólares - y se teme que se vuelva a repetir en el 2014, lo cual
generaría una situación que no se podría calificar ya como coyuntural, sino como
estructural, y que exigiría, por lo tanto,
soluciones más radicales.
Pero los
problemas en el comercio exterior de Uruguay no son con todos los países, o por
lo menos no son con todos en la misma medida. El problema principal es con
Argentina.
Uruguay tiene a Brasil como su principal socio
comercial y presenta con ese poderoso vecino - y socio en el Mercosur - un déficit
comercial que asciende, en el año 2013, a
129 millones de dólares, que resultan de exportaciones por 1.705 millones de
dólares e importaciones por 1.835 millones de dólares. Brasil es sin duda, su principal socio
comercial. A Argentina, en cambio – que
es el segundo socio comercial en el
contexto del Mercosur y del conjunto de
la América del Sur -se le venden bienes por un modesto monto de 492 millones de
dólares y se le compran bienes por un monto de 1.656 millones de dólares. Se exhibe, por lo tanto, un déficit comercial
de 1.163 millones de dólares. Es decir el déficit comercial de Uruguay con el
mundo se explica en más de un 40 % por lo que sucede con el comercio con
Argentina. Solucionar los problemas comerciales con Argentina y aumentar sus
ventas en ese mercado, es por lo tanto, una cuestión vital para Uruguay. El tercer socio comercial de Uruguay en el
contexto regional es Venezuela, país hacia el cual se canaliza un volumen de
exportaciones no muy diferente de lo que se exporta a Argentina, pero como
compra en Venezuela un volumen más reducido, sus cuentas externas con ese país
están prácticamente equilibradas.
Uruguay necesita, por lo tanto, en el contexto regional, conservar y/o
aumentar su relación comercial con Brasil y con Venezuela y tratar de reducir
tanto como se pueda su déficit con Argentina. Esa situación comercial
condiciona en alta medida las coordenadas políticas y diplomáticas de Uruguay
en el ámbito regional.
Al mismo
tiempo, Uruguay canaliza el 4 % de sus
ventas externas hacia Estados Unidos, el 12 % de sus exportaciones hacia Europa
y el 15 % hacia China. El mercado europeo es más importante, por lo tanto, para
Uruguay que el mercado norteamericano. De allí la significación que para este
país tiene el poder negociar, como Mercosur, un tratado de libre comercio con
la Unión Europea, para poder consolidar y eventualmente aumentar sus ventas en
ese mercado, pero en esa negociación nuevamente choca con Argentina, que es el
país del Mercosur más reticente a esos acuerdos. El viejo problema de la
nacionalidad de Gardel pasa a ser un problema absolutamente secundario al lado
de estos relevantes problemas económicos que presiden hoy en día las relaciones
entre los dos países ribereños del Rio de la Plata.
sergio-arancibia.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario