(Articulo de
Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 16 de Septiembre
de 2013)
El
Presidente de Ecuador ha asumido como unas de sus banderas predilectas en el
seno de la comunidad latinoamericana el ataque en contra de Centro
Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones, CIADI, organismo de arbitraje internacional que se
ubica dentro de la institucionalidad del Banco Mundial.
Según se
entiende de las argumentaciones del Presidente Correa ese organismo actúa en
forma permanentemente sesgada a favor de las empresas trasnacionales y en
contra de los países en desarrollado.
Ya en años
recientes tanto Ecuador como Bolivia y Venezuela denunciaros su
participación en ese organismo y en el
tratado correspondiente, poniendo fin a su membrecía en el mismo.
La idea de
fondo que pregona Ecuador sería generar a nivel internacional – si es posible a
nivel del ALBA o de UNASUR- un organismo
alternativo, que sea más ecuánime o menos sesgado en contra de los intereses de
los países en desarrollo.
El CIADI es
un mecanismo de arbitraje, que analiza casos en los cuales hay controversia o
conflicto entre las empresas trasnacionales que realizan inversiones en un país
determinado, y el Gobierno de ese país. El CIADI recibe la potestad como para
arbitrar en estos casos única y exclusivamente por el hecho de que los países directamente
involucrados han decidido que así sea. El CIADI no puede por sí solo atribuirse
el rol de árbitro en ninguna controversia internacional. Se recurre al CIADI
cuando dos países – el país donde se realiza la inversión y el país de origen
de la misma - deciden, antes de que exista controversia alguna, que ese será el organismo que
arbitrará en el caso hipotético de que se desarrolle un conflicto entre ellos.
No todos los países latinoamericanos son miembros de CIADI. Brasil no lo es, y
tampoco México, que son los dos países latinoamericanos que más inversiones
extranjeras reciben cada año. Tampoco Canadá es miembro del CIADI, ni la República
Dominicana.
El CIADI no
es el único organismo de arbitraje en materia de inversiones que existe a nivel
internacional. También existe la Corte de Arbitraje de la Cámara Internacional
de Comercio, o la Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo Mercantil
Internacional.
En el comercio,
las inversiones y las finanzas internacionales
es bueno tener reglas claras, conocidas y consensuadas, y mecanismos de
solución de conflictos que actúen aplicando esas normas, que pasan a constituir
Derecho Internacional. La ausencia de
normas de esa naturaleza genera caos o inestabilidad, o lo que es peor, el imperio
de la ley de los más fuertes, que no siempre son los países en desarrollo.
Pero nada de
lo anterior obliga a que el mecanismo de arbitraje tenga que ser el CIADI o el
Banco Mundial, que es un organismo financiero internacional donde imperan los
criterios y/o los intereses de sus mayores accionistas o suscriptores de capital,
que son precisamente los países de origen de los principales flujos mundiales
de inversión extranjera, es decir,
Estados Unidos y Europa.
Pero tampoco
tiene sentido que varios países en desarrollo se pongan de acuerdo para contar
con un árbitro que se suponga desde la partida que es un árbitro que responde a
los intereses de los gobiernos de los países en desarrollo. No tiene sentido
reemplazar a un árbitro al que se le acusa de sesgado, por un árbitro tan sesgado
como el anterior, pero para la otra de las partes en conflicto. Con ello, lo único que se lograría es
desincentivar a los eventuales inversionistas extranjeros que es precisamente
lo que sucede hoy en día con Ecuador, Venezuela y Bolivia, que no por
casualidad son los países que menos inversión extranjera reciben en toda la
región.
sergio-arancibia.blogspot.com
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