(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 5 de abril
de 2018)
El mundo
mira estupefacto lo que se ha pasado a denominar la guerra comercial entre
China Y Estados Unidos. Ante la decisión de Estados Unidos de subir los
aranceles al acero y al aluminio, los chinos han respondido incrementando los
aranceles a un grupo de más de cien productos provenientes de Estados Unidos.
Si Estados
Unidos no es capaz de producir todo el acero que necesita, tendrá que seguir
importándolo, aun cuando incremente un poco su producción interna. Y lo importará desde los países que son más
eficientes en la producción correspondiente. Es decir, de China. El incremento
de los aranceles incrementará el precio interno del acero y del aluminio, y se
incrementará la producción interna, reduciéndose el nivel de las importaciones
correspondientes. Pero las menores importaciones no afectarán a los grandes
productores _ China entre ellos – que seguirán vendiendo con o sin aranceles.
Los grande afectados serán los productores más pequeños y menos eficientes, que
salen al mercado internacional con un producto un poco más caro. Por lo tanto,
desde un punto de vista estrictamente cuantitativo - ventas más, o ventas menos - el gran
perjudicado no será China, sino los otros productores mundiales menos
eficientes.
Si China
pone aranceles a ciertos productos agrícolas provenientes de Estados Unidos,
eso incrementara el precio interno de esos productos dentro de China, y muchos
productores mundiales de frutas y alimentos podrán eventualmente vender más y/o
a un precio más elevado en el mercado chino. Eso será particularmente
beneficioso para países como Perú o como Chile, que tienen firmado y en plena
vigencia Tratados de Libre Comercio con China.
Pero hay
otro aspecto importante de abordar. Si suben los aranceles a un producto tan
importante como el acero, no es solo el acero el que presentará de allí en
adelante un precio más alto en el mercado norteamericano y en el mercado
mundial. Serán todos los productos que se transan internacionalmente – y que
contienen poco o nada de acero - los que terminarán ahora con un precio más
bajo con relación a los productos que tienen un alto contenido de acero o de
aluminio. En otras palabas, cambiarán los precios relativos de una cantidad
importante de las mercancías que se transan internacionalmente. Si cambian los
precios relativos, se modifican las cantidades producidas, ofertadas y
demandadas y se produce, por lo tanto, una reestructuración de la producción y
del comercio internacional. Al final del día, el nuevo equilibrio que de allí
resulte será menos eficiente que el equilibrio existente hoy en día, en que los
aranceles son bajos.
El mercado
internacional está permanentemente modificándose en sus cantidades producidas,
en sus ofertas , sus demandas y sus precios, pero es diferente cuando esos
cambios son el resultado de cambios tecnológicos -y de cambios en las
productividades relativas – que cuando son el resultado de medidas
administrativas que buscan ganar posiciones relativas por la vía del
instrumental arancelario.
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