(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 25 de abril
de 2018)
La Comisión Económica para América Latina de Naciones
Unidas, Cepal, ha elaborado un estudio sobre las perspectivas económicas de la
región durante el año en curso, llegando a la conclusión de que el PIB de
Venezuela decrecerá en un 8.5 % durante el año 2018 en relación al nivel que
presentaba en el 2017, el cual, a su vez, no era ninguna maravilla.
El Fondo Monetario Internacional, en cambio, realiza y
publica otras estimaciones sobre la economía mundial, en la cual ubica a
Venezuela con una caída del PIB durante el año 2018 de 15 % con relación a los
niveles del año anterior.
Esta discrepancia, que no es menor, permite hacer las
siguientes reflexiones:
Primero, queda en claro que la economía no es una ciencia
muy exacta, aun cuando muchos economistas - con sólida formación en matemática
y en econometría - tienden a postular que las relaciones económicas se pueden
expresar con la misma fiabilidad que las ecuaciones matemáticas.
En segundo lugar, se pone en evidencia que cuando un país
como Venezuela se niega a publicar o a dar acceso a los datos económicos
fundamentales de su economía, deja a los profesionales de la economía - y a las
instituciones especializadas existentes a nivel mundial – con la autorización y
casi en la obligación de hacer supuestos sobre los datos que se ocultan. Eso ha
pasado con la estadística económica venezolana - que después de haber sido
bastante seria durante décadas pasadas, sobre todo la emanada del BCV - ahora
ha adquirido el carácter casi de una ciencia oculta.
El informe del FMI incluye otro dato terrible: en el año
2018 se cree que la inflación alcanzará a un nivel ligeramente superior al 13
mil %. Esa cifra supera todo lo conocido - y casi lo imaginable - por Venezuela
en los años recién pasados, en que la inflación ha venido subiendo, pero no ha
superado el 2 mil %a anual. Una inflación de 13 mil % es expresión de un caos
económico total. Ojalá el FMI – y todos los pesimistas de este planeta - estén
equivocado y la Cepal – y todos los optimistas - tengan la razón, y que este
año estemos solo 8.5 % peor que el año 2017, y no en un 15 % como postula el
FMI.
Pero a pesar de estas diferencias, ambos organismos
coinciden en que la economía venezolana camina hacia el precipicio, aun cuando
a velocidades diferentes.
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