(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 07 de marzo
de 2018)
El
Presidente Trump ha anunciado recientemente que subirá los aranceles a las importaciones
de acero. Se espera que esa medida lleve dicha tasa arancelaria a un nivel de
25 %, lo cual es bastante elevado tanto de acuerdo a los estándares norteamericanos
como mundiales.
La medida
anunciada - pero todavía no concretada - no está dirigida en particular contra Venezuela,
pero afectará de alguna manera a nuestro país. Venezuela exporta hacia Estados
Unidos - según las cifras disponibles correspondientes al 2017 - un total para
el capítulo 72 del arancel – Fundición, hierro y acero- de 23,5 millones de
dólares, lo cual es aproximadamente el 0.2 % del total de las exportaciones venezolanas
a su conflictivo mayor socio comercial.
Las
modalidades que asumirá dicho incremento arancelario no son claras. Si suben los
aranceles para todo el acero importado, de todos los países del planeta Tierra,
es altamente probable que la producción interna de acero dentro de Estados
Unidos se incremente, que los precios internos suban y que las importaciones disminuyan. Los grandes proveedores son hoy en día Canadá,
China, México, Brasil y la Unión Europea. Venezuela, en la lista de proveedores
del capítulo 72 a Estados Unidos, se ubica en el lugar 51. Es obvio que la
medida no se ubica en el contexto de las sanciones económicas contra Venezuela.
Pero si Estados Unidos reduce sus compras, los perjudicados no serán todos los
países proveedores por parejo, como si estos se repartieran en forma proporcional
las menores ventas. No. Lo más probable es que los países que producen acero
con más alta productividad y con menores precios logren defenderse mejor, y
conservar una proporción mayor de sus
ventas a Estados Unidos. Las menores compras afectarán fundamentalmente a los
productores que tienen mayores precios o menor productividad. Es posible que en
esa situación se encuentre Venezuela.
Hay que
recordar que sin boicot y sin incremento de los aranceles, ya Venezuela ha venido
en los últimos años disminuyendo sus ventas del capítulo 72 a Estados Unidos. En
el 2015 esas ventas alcanzaron a 56, 8 millones de dólares. Bajaron a 28
millones de dólares en el año 2016 y llegaron a 23, 5 millones de dólares en el
año 2017. Y todo ello en un contexto en que Estados Unidos aumentaba sus compras
de acero desde el resto de los países del planeta.
En síntesis,
aun cuando el mercado norteamericano para el capítulo 72 no es cuantitativamente
importante para Venezuela, es dable suponer que la política económica del Presidente
Trump, termine perjudicando poco a los grandes productores mundiales de acero y
perjudicando mucho a los más débiles y pequeños, entre los cuales se encuentra
Venezuela con su alicaída producción de Sidor.
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