martes, 6 de marzo de 2018

EL TPP


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 07 de marzo de2018)



En los primeros días de marzo se firmará en Santiago de Chille el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, también conocido con la sigla TPP, entre 11 países de la cuenca del Pacífico:  Chile, Perú, México, Vietnam, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur y Canadá.

En las negociaciones preliminares de este tratado estuvo involucrado Estados Unidos, pero la llegada de Trump a la presidencia de dicho país implicó la salida de éste tanto de la negociación como de su posterior firma.

Este tratado -como la mayoría de los acuerdos de su misma especie - está encaminado a generar un área de libre comercio entre los países firmantes, es decir, a un desmontaje programado de los aranceles recíprocos. También incluye compromisos en temas que entran en el campo de las políticas públicas, que son los que más polémica han generado en relación a este tipo de tratado. Al momento en que toda esa eliminación de aranceles llegue a su culminación, las mercancías de cualquiera de esos países entrarán sin pagar aranceles al territorio aduanero de todos y cada uno de los países firmantes.

Para los tres países latinoamericanos miembros de este acuerdo– Chile, Perú y México – la firma de un tratado de esta naturaleza implica el acceso privilegiado – sin pagar aranceles - de las mercancías provenientes de sus territorios a un área de gran envergadura geográfica, demográfica y económica.

Que esa ventaja relativa, ganada en la mesa de negociaciones, pueda ser aprovechada por los agentes económicos públicos y privados para aumentar sus exportaciones a los otros países miembros del TPP dependerá de la competitividad y la calidad de sus productos. La experiencia latinoamericana es clara al respecto: aun cuando entre dos países exista cero arancel, cada uno elegirá comprar en algún tercer país aquellas cosas que necesita importar, si es que el país asociado vende productos de baja calidad o de elevados precios. Solo en condiciones de relativa igualdad de precios y calidades - con relación a terceros países de fuera del área de libre comercio - el no pago de arancel lleva a preferir la mercancía de un país socio del TPP, pero si no, no hay caso.

Con respecto a la entrada a un determinado país  de las mercancías provenientes de los otros países firmantes, con el peligro de que eso cause perjuicio a los productores de los bienes similares que producen para el mercado interno - que no están en condiciones de enfrentar exitosamente esa competencia - cabe recordar que ya los tres países latinoamericanos mencionados tienen  tratados de libre comercio - firmados y en plena vigencia - con Estados Unidos y con la Unión Europea, y dos de  ellos los tienen con China, y sus productores internos no se han arruinado masivamente en los términos que supone esa visión catastrofista. La competencia proveniente de esos nuevos países asiáticos con los cuales se firmará no será cualitativamente distinta a la proveniente de los actuales socios comerciales, que son indudablemente grandes protagonistas de la economía y del comercio internacional contemporáneo. Es decir, se trata de países latinoamericanos que ya entraron - y ya pagaron los costos de entrada - en el mundo de la competencia internacional, y un área de libre comercio más no pasa de ser una raya más para el tigre.  

 


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