lunes, 24 de julio de 2017

¿QUE MÁS PUEDEN INVENTAR?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 23 de julio 2017)


A partir de  las facultades extraordinarias que el Tribunal Supremo de Justicia le entregó al Presidente de la República, para legislar en materia económica, las cosas se dan en el país más o menos de la siguiente manera: el gobierno puede hacer lo que se le ocurra en materia de presupuesto fiscal, en materia de manejo de la política monetaria, en materia de manejo de la política cambiaria, en materia de fijación de precios, en materia de expropiaciones, en materia de creación de misiones sociales, en materia de convenios internacionales, en materia de asociaciones petroleras, en materia de endeudamiento del país, en materia de control de los circuitos de comercialización interna, etc., etc.
Jamás, por lo menos en los últimos 50 años, un presidente gozó de tan omnímodos poderes. Pueden hace absolutamente todo lo que se les ocurra. Y no hacen nada. Por lo menos nada bueno. Se desenvuelven en la permanente reedición de políticas que han demostrado su fracaso y que no resultan ni resuelven nada. Se los consume la inercia, la ineficiencia, la corrupción, la ideologización, la incapacidad de corregir sus propios errores y el empate o equilibrio entre los grupos y subgrupos que constelan en torno al gobierno.
 Si todos los que están gobernando y/o han gobernado hasta hace poco se reúnen conformando una asamblea constituyente ¿qué otra cosa se les puede ocurrir? ¿Mas poderes para el Presidente Maduro? Es difícil concebir más poder. Ya hoy en día tienen todo el poder imaginable. Gobiernan sin parlamento que los controle y que discuta las locuras económicas antes de que se conviertan en leyes; no hay contraloría que controle, ni órganos judiciales que castiguen; ni prensa libre que opine; ni Banco Central que conserve un ápice de libertad de acción ¿Qué más quieren? ¿Qué más necesitan para arreglar esto?
Lo incomodo de contar con todo el poder es que no hay nadie a quien echarle la culpa de nada. Si las cosas están como están es única y exclusivamente por obra y gracia de quienes han tomado las decisiones económicas en los últimos meses y en los últimos años. Cuando se tiene el poder total hay que asumir totalmente la responsabilidad por las decisiones tomadas.
La eventual asamblea constituyente, a lo más, se va a limitar a darle al Presidente Maduro, en forma permanente e inherente al cargo, las atribuciones que hoy en día tiene que solicitarle cada cierto tiempo al Tribunal Supremo de Justicia, o terminar de arrancarle al Banco Central las atribuciones que de hecho le han ido arrancando a pedazos, o incluso otorgarle al Presidente, de una vez por todas, la facultad de aprobar el presupuesto fiscal de cada año sin preguntarle a nadie. Es decir, legalizar los errores que ya están en curso, de todo lo cual no puede salir nada bueno.

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