(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 4 de
Noviembre de2015.)
Conocer con
precisión cuanto petróleo le vende Venezuela a cada uno de sus clientes en América
Latina y en el mundo es una tarea un tanto complicada, pues ni Pdva ni el resto
de los organismos venezolanos que generan estadísticas económicas aportan antecedentes
claros al respecto. Pero lo que Venezuela oculta en relación a sus exportaciones, los países compradores lo
publican sin problema alguno, razón por la cual muchas de las exportaciones de
Pdvsa son posibles de rastrear por la vía de las importaciones de sus socios comerciales.
Tomemos para efectos de nuestro análisis actual todo lo que se engloba dentro
del capítulo 27 del arancel de aduanas -combustibles minerales, aceites
minerales, y productos de su destilación, materias bituminosas, ceras minerales
– y veamos las ventas a algunos países de la América del Sur.
Brasil es un
país que importa cantidades importantes de petróleo y sus derivados. A
Venezuela - país hermano, vecino, solidario y petrolero - Brasil le compró en el año 2014 una canasta de
bienes del capítulo 27 por un valor total de 941 millones de dólares, lo cual
es indudablemente una cantidad no despreciable. Pero a Arabia Saudita y a
Argelia - países árabes con los cuales tiene un océano de por medio - le compró
por un valor de 2.993 millones de dólares y
2.979 millones de dólares., respectivamente Y en Nigeria, en el África
negra, Brasil adquirió petróleo y sus derivados por un monto de 9.632 millones de dólares – casi 10 veces más que en
Venezuela - convirtiéndose dicho país africano
en su principal abastecedor. En América Latina Venezuela no es el único
proveedor de Brasil. Bolivia le vende gas, por un monto de 3.943 millones de
dólares, mientras que Colombia le vende petróleo y sus derivados por un valor
de 940 millones de dólares, cantidad prácticamente igual a la que le vende
Venezuela.
La refinería
Abreu de Lima, ubicada en Pernambuco - en la cual Pdvsa iba a tener una importante
participación accionaria - se construyó finalmente sin los aportes venezolanos,
y por lo tanto, se canceló la posibilidad de que Pdvsa canalizara hacia allá
una parte importante de sus exportaciones petroleras. Los depósitos brasileños
de petróleo y gas ubicados mar afuera no están todavía en vías de explotación,
pero son una amenaza permanente de que Brasil puede llegar cómodamente a autoabastecerse
en el futuro y dejar de importar petróleo desde
algunos de sus proveedores actuales. La participación de Petrobras en la
explotación de ciertas áreas de la Faja Petrolífera del Orinoco también se cayó,
razón por la cual se puede decir que no se visualizan situaciones que fortalezcan
a largo plazo la vinculación petrolífera de Venezuela y Brasil.
Colombia, el
otro país vecino, es también un país petrolero, en el sentido de que su principal
exportación es hoy en día el petróleo, aun con la caída de sus precios internacionales.
Hacia ese mercado las exportaciones venezolanas no son significativas, ni en términos
de las exportaciones venezolanas ni en términos de las importaciones colombianas.
Es importante señalar, en relación a la actividad petrolera de Colombia, que acaba
de inaugurar una moderna refinería en Cartagena de Indias, con capacidad para
procesar 165 mil barriles por día. Todo ello, unido al probable término del
conflicto armado con las Farc, hace
pensar que Colombia incrementará su rol como productor, procesador y exportador
de petróleo. No tiene Venezuela, por lo tanto, por el lado de sus dos países
vecinos, posibilidades de tejer a futuro una integración petrolera más profunda
y compleja.
Chile - que
es país que carece casi en forma total de petróleo, y tiene, por lo tanto, que importar casi todo lo que consume - se
abastece de Argentina a la que le compra
977 millones de dólares de productos que se incluyen dentro del capítulo 27, según datos del 2014; de Ecuador, desde donde importa 2.213
millones de dólares; desde Colombia a quien le compra 1.223 millones de dólares
y incluso de Brasil, que le vende por
valor de 1.546 millones de dólares. A Venezuela las compras de bienes
contemplados en el capítulo 27 son absolutamente marginales en el contexto de
las cifras tanto de Venezuela como de Chile.
Argentina es
también un país petrolero, aun cuando no se autoabastece en términos energéticos.
Sus déficits energéticos los soluciona por la vía de importar gas desde
Bolivia, y petróleo y sus derivados desde Rusia, pero solo una cantidad ínfima
desde Venezuela.
En síntesis,
la América del Sur no ha devenido en un mercado significativo para el petróleo
venezolano, no por razones geográficas, ni por razones estrictamente
económicas, sino fundamentalmente por razones políticas: no se ha privilegiado
el mercado latinoamericano ni se han diseñado políticas económicas y/o
diplomáticas para hacer de Venezuela un socio petrolero importante de la
región, tanto de los países que producen petróleo como de los países que carecen
de dicho producto. Para Venezuela históricamente el socio comercial fundamental
ha sido Estados Unidos, y hoy día China emerge como un comprador relevante del
petróleo venezolano. Esa ha sido y es el área de confort de Pdvsa, aun cuando en aras de aportar una visión más
completa, no se puede dejar de mencionar que el Caribe se ha convertido en una región de destino de alta
importancia para el petróleo de Venezuela, más por razones políticas o geopolíticas
que por razones estrictamente económicas y de mercado.
Si Venezuela no hace de su petróleo – que
representa el 95 % de sus exportaciones- una herramienta de su política de
integración regional, ¿con que producto podrá hacerlo?
sergio-arancibia.blogspot.com
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