martes, 18 de junio de 2013

LA INFRAESTRUCTURA Y PROMOCIÓN DE EXPORTACIONES.

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 14 de Julio de 2013.)


Los camioneros brasileños que llevan soya al puerto de Paranagúa - para que  desde allí ésta sea exportada a diferentes países del mundo - deben esperar  a veces un día entero de cola antes de poder ser atendidos y despachados.  Algo parecido está pasando con los  envíos uruguayos que salen por el puerto de Nueva Palmira. Paraguay  a su vez – país sin salida propia y directa al mar - se ha quejado de que Argentina le bloquea en el Paso de Juma los camiones que deben atravesar territorio argentino para poder llegar a puertos de embarque en el litoral chileno. Situaciones de esta naturaleza no sólo implican molestias para los agentes directamente involucrados, sino que tienen un elevado costo para las empresas afectadas y para el conjunto del país.
 Pagar elevados costos por concepto de  fletes terrestres, seguros, almacenamiento y carga y descarga portuaria implica elevar el precio de venta de los productos de exportación y perder por lo tanto competitividad internacional.  No siempre los precios internacionales son tan altos como para que un  país se pueda dar el lujo de pagar cualquier grado de ineficiencia.  Es altamente probable que los aumentos de productividad que se puedan ganar al interior de las empresas se pierdan en el resto de la cadena de comercialización por las fallas, demoras, corrupciones e ineficiencias que en ella se suelen presentar. Los problemas portuarios son quizás los más visibles de esos problemas, pero no son los únicos.
LAS TRABAS
La burocracia, el papeleo y los permisos de todo tipo que son necesarios para efectos de exportar una mercancía – como el permiso de  producción interna suficiente presente en Venezuela- incrementan no solo el tiempo que un empresario debe gastar para llevar adelante el proceso de venta internacional, sino que aumenta el costo monetario puro y duro: debe contratar empleados especializados en esos trámites y debe realizar pagos indebidos a muchos funcionarios de los cuales dependen las autorizaciones correspondientes.  A ello se suman los costos en transporte y almacenaje, que están  relacionados con el estado de los caminos y con el correspondiente deterioro del parque de camiones, con la ausencia de una red de ferrocarriles, y con la presencia de alcabalas y controles de todo tipo, sin contar con los asaltos y robos propios de la delincuencia propiamente tal.  Finalmente, en lo que respecta a los puertos, estos no funcionan las 24 horas, sino que funcionan como oficinas públicas, lo cual retarda los procesos de carga y  descarga y los procesos de desaduanamiento. A todo lo anterior hay que agregar los trámites bancarios, con  sus correspondientes intereses y comisiones y las dificultades y costos que implica el contar con divisas – en países como Venezuela dónde hay control de cambios -  para realizar los pagos lícitos e ilícitos que reclama toda la cadena de comercialización. En síntesis, la exportación, en muchos de los países latinoamericanos se convierte en un verdadero vía crusis, de la cual solo se salvan aquellas exportaciones que generan una elevada renta, como el petróleo o la soya, pero que no perdona ni permite el desarrollo de las exportaciones no tradicionales.
DÉFICIT
La falta de dinamismo de las exportaciones no tradicionales depende no sólo de las circunstancias anteriormente mencionadas, sino de la ausencia global de una política de promoción de exportaciones, que pase por lo cambiario, lo administrativo, lo tributario, lo gerencial, lo diplomático, lo tecnológico, etc. Pero los déficits en materia  de infraestructura portuaria y de transporte es quizás uno de los problemas que toma más tiempo solucionar, pues la ausencia prologada de inversiones en ese campo lleva a que las inversiones que deben realizarse sean más costosas y de más larga realización y maduración.  Más aún en un caso como el de  Venezuela, donde en el periodo de vacas gordas se farrearon alegremente los dólares y las posibilidades de invertir en la modernización de la infraestructura nacional.

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