viernes, 23 de noviembre de 2012

EL SUEÑO DE LA SOYA.


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 23 de Noviembre del 2012.)



El Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, hizo recientemente declaraciones en el sentido de que Venezuela ampliaría en forma sustantiva su superficie agrícola dedicada  al cultivo de la soja  - hasta llevarla a 50 mil hectáreas- y que como resultado de ello, no sólo se abastecería plenamente el mercado nacional, sino que se pasaría a exportar soja. Remató sus  optimistas declaraciones diciendo que Venezuela tiene la potencialidad de convertirse en una de las naciones que produzcan más soja en el mundo.
Desgraciadamente, estas declaraciones, no tienen ni un átomo de realismo.
Venezuela, según el propio Presidente, sembrará este año un total de 14.100 hectáreas de soja, fundamentalmente en el Mesa de Guanipa. Argentina, que no es el principal productor de soja en el mundo, siembra poco más de 19 millones de hectáreas y cosecha aproximadamente 53 a 55 millones de toneladas al año. Brasil, que tampoco es el principal productor a nivel mundial, cultiva con soja aproximadamente 25 millones de hectáreas al año y cosecha 73  millones de toneladas de dicho producto.
Argentina presenta una productividad promedio cercana a las 3 toneladas por hectárea, mientras que Brasil exhibe una productividad  promedio ligeramente superior, sin perjuicio de que en  ambos países existan zonas y cultivos cuya productividad supera las 4 toneladas por hectárea. Venezuela, en cambio en sus posibles 14 mil hectáreas de la Mesa de Guanipa, exhibe actualmente una productividad de 1.8 toneladas por hectárea.
PICAROS
A todo lo anterior cabe agregar que en el año pasado Venezuela importó tortas de soja – para la producción de alimentos concentrados para animales - por un valor de 450 millones de dólares y aceite en bruto de soja por un valor de 235 millones de dólares. Esas importaciones procedían de Argentina, de Brasil, de Estados Unidos y muy eventualmente de Paraguay. ¿Piensa Venezuela, ahora que entró al Mercosur, dejar de importar desde Argentina y desde Brasil  la soja y los otros productos derivados de  soja?  ¿Piensa subirle el arancel a la soja para intentar sustituir importaciones? ¿O piensa que las incipientes plantaciones sojeras de la Mesa de Guanipa van a resistir sin problema la competencia argentina y brasileña, que por  lo demás, exhibe una mayor productividad?
¿Se trata todo esto de una mala información que le pasó el Ministro Loyo? ¿O se trata de la necesidad de poner a soñar a partidarios y adversarios con cualquier cosa que suene bonita, pero que se olvide pronto? ¿O esta tan necesitado el Sr. Presidente de logros reales que exhibir -sobre todo en el sector agrícola - que utiliza como un buen sustituto los eventuales logros potenciales? ¿O detrás de todo esto está una pandilla de picaros vendiendo semillas, maquinaria y asistencia técnica?
Si se tratara de cualquiera de esas alternativas, la situación no sería trágica, ni alarmante, ni novedosa.  Lo realmente dramático sería que el mismo se creyera esos sueños y embarcara a todo el país en su concreción, y pusiera a todas las tierras públicas y privadas a sembrar soja, sin que ninguno de sus asesores cercanos se atreviera a decirle que no hay posibilidad alguna de convertirnos en exportadores sojeros ni en ser competidores eficientes de la producción brasileña, argentina o norteamericana, ni aun cuando se aplicaran masivamente las semillas transgénicas que parece que no le gustan mucho al señor Presidente.
METAS IRREALES
Es bueno que los gobernantes le presenten a sus pueblos  metas estratégicas ambiciosas - no sólo para ponerlos a soñar con realidades más bonitas que la cotidianidad trágica en que se desenvuelven – sino para lograr poner en tensión todas las capacidades productivas del país y superar así las limitaciones del presente. Pero las metas tienen que ser realistas, y tienen que estar basadas en datos concretos de la realidad, pues si no, la búsqueda de quimeras nos hará ir de fracaso en fracaso

No hay comentarios:

Publicar un comentario