sábado, 5 de mayo de 2012

CHILE: UNA ECONOMIA CADA VEZ MAS ABIERTA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 4 de mayo de 2012.)


Chile es un país que tiene firmados y en plena vigencia Tratados de Libre Comercio con 59 países, entre los cuales, desde luego, se encuentran sus principales socios comerciales. En América Latina tiene TLC con el Mercosur, con todos los países de la Comunidad Andina y de Centroamérica, con México y también con  Venezuela. En la América del Norte, tiene libre comercio con Estados Unidos y con Canadá.  Al otro lado del Atlántico tiene libre comercio con la Unión Europea, y hacia el oeste lo tiene con China, con Corea del Sur y varios otros países del Asia Pacífico, entre los cuales cabe mencionar a Australia y Nueva Zelandia.
Los  tratados de libre comercio son, en el mundo contemporáneo, un complicado mecanismo mediante el cual dos o más países negocian la apertura reciproca de sus mercados, estableciendo, entre otras cosas, los años que cada país se tomará para llegar al cero arancel, así como los productos que recibirán tratamientos especiales y que por lo tanto, quedarán fuera del libre comercio, o tendrán plazos de desgravación particularmente largos.  El tener en consideración períodos de desgravación variables permite que los diferentes sectores productivos vayan adaptándose paso a paso a la creciente competencia internacional que tendrán finalmente que enfrentar.  El definir sectores particularmente sensibles, que quedarán fuera del libre comercio y de la mayor competencia, permite tomar en consideración las estrategias de desarrollo de cada país, así como sus sensibilidades políticas. Pero aun con todo ello, los tratados de libre comercio implican, tal como su nombre lo indica, un gran salto adelante en materia de liberar el comercio de mercancías de las trabas arancelarias y paraarancelarias, de modo de ganar mercados internacionales para los productos posibles de exportar, de adquirir mercancías necesarias allí donde sean más baratas o presenten mayor calidad y de obligar a los sectores productivos internos a preocuparse en forma permanente de innovar y de competir en escala internacional.

LA ALTERNATIVA DE LOS TLC.

Los TLC no definen que mercancías serán objeto de compras o de ventas por parte de los gobiernos respectivos, sino que define un marco normativo que presidirá el intercambio de mercancías entre los agentes económicos de uno y otro país. Esos agentes económicos podrán ser públicos o privados, pero todos se regirán por el mismo marco normativo definido en el TLC correspondiente. Los gobiernos, lejos de ser neutrales o indiferentes,  juegan un rol estelar en términos de abrir mercados para las empresas de su respectivo país, por medio de los tratados internacionales, tipo TLC, o por medio de la diplomacia. Obviamente las empresas – tanto públicas como privadas - necesitan estabilidad de las reglas del juego para poder planificar su despliegue comercial a mediano y largo plazo, sin perjuicio de que en  determinadas ocasiones se necesite del apoyo diplomático o político de su respectivo gobierno para concretar determinadas operaciones comerciales. Pero ello sólo sucede en circunstancias excepcionales, pues  hacerlo en forma frecuente es ineficiente y gastador para las empresas y para los gobiernos.  
Como consecuencia de los TLC firmados y vigentes, el grueso de las mercancías que Chile importa entran al mercado interno sin pagar arancel. Las mercancías provenientes de los países  con los cuales no se tiene firmado un TLC pagan un arancel que fluctúa entre 1 y 6 %.  El promedio de las mercancías importadas termina pagando un arancel promedio de 1 %.  El actual gobierno chileno se ha planteado la meta de bajar todavía más los aranceles- ya sea por la vía de la negociación con los pocos países con los cuales no se tiene un TLC y/o por la vía unilateral-  de modo de llegar a un arancel universal igual a cero para el año 2015.  De concretarse esa meta Chile se convertiría en un país plenamente abierto al comercio internacional, tal como lo es Hong Kong y unos muy pocos otros países a nivel internacional. Desde luego, a nivel latinoamericano sería el primero de su especie.

QUIETUD INCONVENIENTE.

Es indudable que esta senda de la  apertura internacional negociada le ha traído ventajas a Chile en términos de potenciar su desarrollo económico durante los últimos 20 años. Es indudable también que cada país tiene sus mecanismos y sus propias velocidades para buscar integrarse a los circuitos del comercio internacional contemporáneo. Sin embargo, el permanecer quieto, comerciando internacionalmente con los mismos esquemas que han permanecido vigentes durante más de 80 años, como lo hace Venezuela, es la negación misma de una estrategia de inserción positiva en la economía internacional.    

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