(Artículo de Sergio
Arancibia publicado en la edición digital de TAL CUAL el día 16 d Febrero de 2017)
Venezuela se está haciendo famosa en el mundo entero no solo porque acumula record en los concursos de belleza, sino también porque encabeza casi todos los indicadores negativos de carácter económico o social de los cuales se llevan estadísticas medianamente confiables.
En materia de competitividad, o en seguridad, o en criminalidad, o en carencia de insumos médicos, o en inflación, o en devaluación de su moneda, en deterioro del salario mínimo, en caída del PIB, etc., Venezuela se ha pasado a destacar por el carácter negativo que presenta en casi todos los indicadores correspondientes. Si se tratara de una trágica competencia, Venezuela sacaría medalla de oro en todas esas comparaciones o confrontaciones internacionales, o por lo menos medalla de plata. De allí no bajaría.
Ahora es posible sumar una nueva situación crítica: el saldo de la cuenta de servicios de la balanza de pagos. Tradicionalmente, cuando se hace el análisis del comercio exterior de un país, se centra la atención en las exportaciones e importaciones de mercancías, y en el balance entre unas y otras, que se conoce como el saldo de la cuenta de mercancías de la balanza de pagos. Sin embargo, el comercio de servicios -o lo que se conoce también como el comercio de intangibles - se va haciendo cada vez mas relevante en el comercio internacional contemporáneo. Los servicios suman hoy en día aproximadamente el 23 % del intercambio mundial de bienes y servicios, y en cantidad absolutas su monto alcanzó en el 2015 a los 4.700 billones de dólares.
En el intercambio de servicios se incluyen los servicios de transporte -de bienes y personas - los servicios bancarios, de seguro y financieros, los relacionados con la propiedad intelectual, las telecomunicaciones, la informática, los servicios empresariales, el turismo, los servicios culturales y recreativos, los servicios prestados por puertos y aeropuertos, etc. Incluso hoy en dia es posible el comercio internacional de servicios médicos y educacionales.
Ningún país se escapa hoy en día de vender y comprar servicios a otros países. Pero todos tratan, dentro de lo posible, de que las cantidades que compran y que venden estén en un relativo equilibrio y/o de generar en la venta de servicios un superavit que le permita atender las necesidades que se generan en la compra y venta de mercancías y/o en los intercambios financieros.
Precisamente por la importancia creciente que los servicios van asumiendo en el mundo contemporáneo, la Asociación Latinoamericana de Integración, Aladi, ha decidido compendiar y publicar regularmente las estadísticas sobre el comercio de servicios de los países miembros, entre los cuales se encuentra Venezuela. Pero Aladi no genera estadísticas propias sino que se abastece de las estadísticas primarias que le proporcionan los países que la integran. En ese campo, Venezuela figura - para el año 2015 que es el último para el cual se presentan datos - con un saldo negativo en la cuenta de servicios, es decir, la compra de servicios a agentes económicos de otros países ha sido mayor que la venta de servicios que se hace a agentes económicos extranjeros. Argentina presenta también, para el año 2015, un saldo negativo en la cuenta de servicios de 3.924 millones de dólares. Chile, un déficit de 3.811 millones de dólares. Colombia alcanza en ese indicador un valor negativo de 4.155 millones de dólares. Perú llega solo a 1.732 millones de dólares como saldo negativo. Venezuela, en el año 2015, presenta exportaciones de servicios por un monto de 1.163 millones de dólares, pero con importaciones del mismo tipo que suman 8.564 millones de dólares, lo cual arroja un saldo negativo de 7.401 millones de dólares. Es decir, comparando con esos otros países de la región, Venezuela obtiene sin lugar a dudas la medalla de oro.
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