(Artículo de Sergio Arancibia publicado en la edición impresa de TAL CUAL el día 23 de Febrero de 2017)
El Acuerdo de Complementación Económica 59, ACE 59, firmado en el año 2005, entre los países de la CAN y del Mercosur,en un importante instrumento normativo en el ámbito del comercio y de la integración de la América del Sur. Ese acuerdo, dio inicio a un proceso de desgravación arancelaria que lleva más de 10 años de pleno y normal funcionamiento. Algunos aranceles fueron llevados a cero casi al momento mismo de firmarse el acuerdo; otros han ido alcanzando ese nivel mínimo a lo largo de los años, en base a un cronograma de desgravación que todos los países firmante han venido respetando y que culmina en el año 2018. El 1 de enero del 2019, por lo tanto, habrá libre comercio casi en el 100% de todas las mercancías intercambiables. Ya hoy en dia, esos aranceles son bastante bajos. Toda esta situación nos permite sacar algunas conclusiones con relación al proceso de integración latinoamericano.
Primero, queda cada vez más claro que si no nos compramos y vendemos más mercancías entre todos y cada uno de los países de la América Latina no es por el problema arancelario. Cuando los aranceles lleguen a cero lo mas probable es que las compras y ventas intrarregionales sigan siendo mas o menos las mismas, por lo menos en porcentaje de las exportaciones e importaciones de los países de la región.
En segundo lugar, Venezuela - que firmó el ACE 59 cuando todavía era parte de la CAN - goza de todos los deberes y derechos establecidos en ese acuerdo, como goza también de los deberes y derechos establecidos en el ACE 68 y el en ACE 69, firmados posteriormente con Brasil y con Argentina, acuerdos todos encaminados a eliminar los aranceles en el comercio recíproco. Más aun, esos dos últimos instrumentos le conceden ya hoy en día a Venezula acceso libre de aranceles practicamente para el total de las mercancías interecambiables. Es decir, si a Venezuela la terminan echando del Mercosur seguirá gozando de todos modos del cero arancel presente en dichos acuerdos. Si Venezuela no compra o vende más mercancías en esos grandes mercados que son Argentina y Brasil no es por el problema arancelario.
En tercer lugar México, que estaba feliz con su pertenencia al NAFTA, podría ahora incrementar sus procesos liberatorios de aranceles con los paises de la Aladi o con los países del Mercosur, pero no puede depositarse en ello demasiada confianza en que vaya a generar un tremendo salto adelante en los intercambios recíprocos.
En síntesis, la reducción arancelaria entre los paises latinoamericanos puede ser un paso necesario pero no suficiente en el largo y dificil proceso de integración regional. Hay que buscar también por otros lados. Hay que buscar por donde realmente importa.
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