viernes, 9 de mayo de 2014

POBREZA E INDIGENCIA EN VENEZUELA

(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 9 de mayo de 2014.)


La Comisión Económica para América Latina, CEPAL, es una institución  dependiente de Naciones Unidas, que ha ganado solvencia y prestigio intelectual y académico a lo largo de sus más de 50 años de existencia. Cepal publica periódicamente estadísticas sobre el desarrollo económico y social de los países de la región y se basa para ello, parcialmente, en los datos que le proporcionan los gobiernos respectivos y, también, en las correcciones que los funcionarios consideran pertinente introducir para homogeneizar los conceptos, las  definiciones y las metodologías y hacer de esa forma comparables las cifras de los diferentes países. 
Según las últimas cifras publicadas por Cepal en relación a los niveles de pobreza y de extrema pobreza imperantes en América Latina, correspondientes a los años 2011 y 2012, en Venezuela había en el primero de esos años un porcentaje de 29.5 % de ciudadanos en condición de pobreza, de los cuales el 11.7 % eran ciudadanos extremadamente pobres. Los extremadamente pobres son los que no perciben  ingresos como para adquirir en condiciones normales una canasta de bienes necesarios para su subsistencia. Si no pueden adquirir los bienes necesarios para su subsistencia, pero sin embargo subsisten, eso significa que viven del robo, de la caridad pública, de la búsqueda de alimentos en basuras y desperdicios y/o viven en una situación de hambre o desnutrición crónica. Los pobres son lo que perciben un ingreso igual o menor que dos veces ese nivel de subsistencia.
El nivel de extrema pobreza que Cepal postula que exhibía  Venezuela en el 2011 es mayor que la que existe en países como Argentina (1.9 ), Brasil (6.1), Chile (3.1), Uruguay (1.1), Perú (6.3 ) o Colombia (10.7%) . Los países que están sustantivamente peor que Venezuela son Bolivia ( 22.4 ), Nicaragua(29.5) y Paraguay (28.0).
Para el año 2012 no todos los países tienen cifras que permitan a Cepal hacer una publicación completa en relación a pobreza y extrema pobreza. Entre los pocos países con cifras al respecto figura Venezuela, con una tasa de 9.7 %,  menor que la del año anterior, pero de todos modos alta en relación a los niveles regionales.
El Instituto Nacional de Estadísticas, INE, es el organismo nacional rector en materia de estadísticas económicas y sociales, que publica también cifras sobre pobreza y extrema pobreza. Más aun, es el organismo que alimenta con información a  Cepal, para efectos de que este último organismo haga las publicaciones del caso, previa homogeneización de las cifras de acuerdo a los estándares internacionales.
Según el INE, los niveles de extrema pobreza o de indigencia, para los años 2011y 2012 son de 7.0 % y 6.0  % respectivamente. Es decir, cifras sustantivamente diferentes  que las que publica la Cepal.
¿Cómo se explica esa diferencia? Hay varias hipótesis posibles. Una posibilidad es que Cepal no crea para nada en las cifras del INE y se vea obligado a introducir  correcciones y modificaciones para hacerlas compatibles con la verdad y  comparables con las del resto de los países. Para darle un  nombre elegante a esa alternativa la podemos llamarla  “la hipótesis de las discrepancias metodológicas”.
La otra alternativa – en la cual desde luego nos negamos a creer, pues no tenemos pruebas irrebatibles que lo prueben y no queremos ir presos por decir lo contrario - es que el INE, como organismo gubernamental que es - rojo, rojito - se vea en la obligación de introducir algunos leves niveles de maquillaje para que las cifras que se publiquen nacionalmente no sean tan claramente antagónicas con el discurso exitista de quienes se niegan a reconocer el fracaso económico del actual modelo. Llamamos a esta situación la “hipótesis del avestruz”.
También podría sostenerse que Cepal es parte de la conjura internacional contra Venezuela y hace su aporte terrorista publicando cifras alarmistas. Esta idea  la podemos llamar, para fines meramente didácticos, como “ la hipótesis paranoica”.
Frente a estas alternativas -  y dentro de los grados de libertad que todavía tenemos los periodistas y los estudiosos de la situación económica y social de Venezuela y de América Latina – y conociendo los comportamientos propios de este gobierno, no podemos sino depositar una cuota mayor de confianza en Cepal y en los organismos internacionales, que en las cifras gubernamentales. 
sergio-arancibia.blogspot.com 




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