(Artículo de
Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 10 de Abril
de 2013)
En el campo
de las políticas sociales encaminadas a la reducción de la pobreza ha tomado
cuerpo en América Latina, en la ultima década, el concepto de “transferencias
condicionadas”.
La idea central
de estos programas es llevar adelante transferencias monetarias a las familias
pobres, pero condicionadas a la realización por parte de estas - o de uno u
otro de sus miembros- de algunas tareas o actividades que van encaminadas - a
mediano o largo plazo - a la superación de la pobreza. En otras palabras, no se
trata de la transferencia pura y simple de recursos monetarios a los sectores
más pobres, sin contraprestación alguna. Con este último mecanismo – bastante
probado en América- la familia se hace
absolutamente dependiente de dicha ayuda, sin que supere las causas de fondo de
su situación de pobreza.
Programas de transferencias condicionadas son, por
ejemplo, la ayuda monetaria por niño en edad escolar, pero supeditada a la
efectiva asistencia del niño a la escuela donde está matriculado. O las becas a los educandos, otorgada o manejada
por la escuela o el municipio, que tienen más capacidad de visualizar si el
becado está efectivamente haciendo del estudio su actividad primera y
fundamental. También entra en este campo la alimentación escolar gratuita, pero
en base a desayuno y almuerzo efectivamente otorgado en la escuela. O bonos
monetarios a las madres que efectivamente lleven sus niños a controles médicos
periódicos, con lo cual se reduce en forma sustantiva la mortalidad infantil,
al mismo tiempo que se ayuda a las familias más pobres. O ayuda monetaria a la
mujeres sin trabajo, pero supeditadas a la asistencia periódica a cursos en los
cuales se les capacita para determinadas actividades. En términos más
generales, se trata de otorgar prestaciones monetarias a los sectores más
pobres, pero exigiendo o supeditando dicha ayuda a actividades que contribuyan
a incrementar el capital humano que ellos mismos representan, sobre todo por la
vía de fortalecer su educación, su salud y su
capacitación profesional.
La
otorgación de subsidios monetarios en forma directa, a las familias más pobres,
sin exigir a cambio contraprestación alguna, es una forma de apoyo que pasa –
sin lugar a duda- a ser importante para la familia beneficiada, pero que no
contribuye a romper el ciclo de la pobreza, que lleva a que los hijos de los
pobres sean los sectores más vulnerables o más propensos a ser también pobres
en la generación inmediatamente siguiente. Las transferencias condicionadas, en
cambio, ayudan a romper el ciclo de la pobreza por la vía de intentar sacar de
la misma, en primera instancia, a los
niños, los jóvenes y las mujeres, y solo en segundo lugar a los varones
adultos. Indirectamente, este tipo de transferencias permite también el empoderamiento
de las mujeres, sean o no jefas de hogar, en la medida que las capacita laboralmente
y en la medida que pasan a recibir directamente activos monetarios por su
actividad o por la de sus hijos.
Pero también
existe una versión maligna y retrograda de estos programas de transferencias
condicionadas: se trata de la otorgación de transferencias monetarias a vastos
sectores de la población supeditadas únicamente a la contraprestación de favores
y adhesiones políticas. Subsidios a los sectores más pobres a cambio de asistir
a los mítines oficiales y de apoyar a los
partidos o los candidatos afines al gobierno, o de inscribirse en el
partido oficial, o de exhibir los
colores y los símbolos externos que ponen de manifiesto una determinada adhesión
política. Con estas formas degeneradas
de transferencias condicionadas los sectores más pobres no salen jamás de su situación
de pobreza y sus hijos probablemente
reproduzcan las mismas condiciones de
vida. No hay crecimiento del capital humano, ni incremento de la capacitación
laboral, ni incremento de la productividad.
Pero hay la implantación de un sistema político que no sólo no ataca las causas de fondo de la pobreza, sino
que necesita de la mantención de la misma para su propia reproducción.
sergio-arancibia.blogspot.com
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