viernes, 17 de agosto de 2012

LO CAMBIARIO Y LO ARANCELARIO


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 17 de Agosto del 2012.)

En el sistema comercial internacional imperante hoy en día lo cambiario es mucho más importante que lo arancelario, como mecanismo de protección de la producción nacional.   
Veamos. Venezuela tiene un arancel promedio cercano al 10%. Eso quiere decir que todas las mercancías que entran a su territorio aduanero se encarecen en un 10% por el hecho de cruzar esa imaginaria línea fronteriza. Si en vez de tener un arancel promedio de 10 % tuviéramos un arancel de 20% las mercancías producidas dentro del país quedarían mayormente protegidas de la competencia externa, pues los precios de las mercancías importadas se verían artificialmente incrementados y estas quedarían, por lo tanto, en una situación  menos competitiva en el mercado nacional. Pero si el dólar, en vez de tener un  costo en moneda nacional de 4.3 bolívares por dólar, tuviera un costo de 5.4 bolívares por dólar, lo cual equivale a un precio un 25 % más elevado que el actual, entonces las mercancías extranjeras tendrían también un precio un 25 % más elevado y serían menos competitivas en el mercado nacional, con independencia de lo que suceda en el campo arancelario.
Podría incluso, en un caso imaginario, elevarse la tasa de cambio a 5.4 bolívares por dólar y eliminarse totalmente los aranceles, y de todos modos la producción nacional quedaría más protegida que con un arancel de 10%  o incluso de 20 %, pero con una tasa de cambio a 4.3 bolívares por dólar. 
Hace cien años atrás, cuando todas las monedas tenían una relación fija con el oro, y eso hacía que todas tuvieran una relación fija entre ellas, la manipulación cambiaria era mucho más difícil y era mucho más penada o mal vista desde el punto de vista de la institucionalidad económica, comercial y monetaria prevaleciente. Pero hoy en día, cuando el patrón oro y el patrón dólar son cosas del pasado, las variaciones cambiarias y monetarias  – cuando no la manipulación o la especulación pura y simple- son cosas de todos los días.
LOS ARANCELES
Mucho se discute hoy en día si Venezuela será capaz de resistir una reducción a cero de los aranceles para las mercancías provenientes del Mercosur. Es obvio que si los aranceles promedios bajan de 10 % a cero, para las mercancías provenientes de esa zona, la producción nacional quedará más desprotegida que hoy en día, y las mercancías argentinas y brasileñas ganarán una parte importante de nuestro mercado. Pero una medida arancelaria de esa naturaleza no tendría ninguna importancia si paralelamente se devalúa la moneda nacional, o dicho en otras palabras, si se la saca de la sobrevaluación en que hoy en día se encuentra. Con niveles arancelarios relativamente bajos como los hoy en día vigentes, es altamente probable que lo que se gana en protección por la vía de lo cambiario, más que compense lo que se pierde de protección por la vía arancelaria.
La búsqueda de una combinación adecuada de rebajas arancelarias y de devaluación de la moneda es el gran problema económico del próximo gobierno. Se trata, indudablemente, de una ecuación delicada, pues una devaluación muy fuerte podría tener un impacto igualmente fuerte sobre la inflación, que es una cuestión que debe ser cuidadosamente atendida por cualquier gobierno.
Pero no parece ser por razones de política anti inflacionaria que el gobierno saliente se niega a devaluar. Hay varias razones adicionales. Una de ellas es hacer barata la fuga de capitales para los viejos y los nuevos ricos, que pueden comprar dólares baratos para sacarlos del país y acumular fondos en el exterior.
SALIDA DE CAPITALES
Nunca en la historia del país ha habido tanta salida de capitales hacia el exterior como en la actualidad. Los otros que se ven favorecidos con esta política de dólar barato son los importadores con acceso a Cadivi. Nunca como ahora se ha importado tanto, de tantos bienes suntuarios.  La otra razón poderosa para mantener un dólar barato es enteramente política: dice relación con la necesidad de maltratar y eventualmente hace desaparecer a los productores y exportadores locales – la peligrosa burguesía nacional- que no logran competir en condiciones de sobrevivencia con los productos importados.  Es obvio que un nuevo gobierno, más nacionalista o más patriótico, tiene que introducir cambios en esta política cambiaria, aun cuando en forma pausada, dosificada  y negociada.
sergio-arancibia.blogspot.com








viernes, 10 de agosto de 2012

¿CUANTO EXPORTAMOS AL MERCOSUR?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CIUAL el día 10 der Agosto del 2012)



Aun cuando parezca sorprendente, las estadísticas de comercio exterior que se publican en Venezuela -por parte de los organismos oficiales -  tienen la extraña peculiaridad de que no incluyen las ventas internacionales de petróleo discriminadas por países.  En la balanza de pagos figuran las exportaciones globales de petróleo que realiza el país, pero no es posible encontrar en ninguna publicación estadística venezolana, datos sobre las exportaciones petroleras que se le hacen a un país determinado. Si usted quiere saber cuánto petróleo se le vende a Argentina o a Brasil, por ejemplo, se encuentra con que eso es un secreto de Estado. Ni Pdvsa, ni el INE, ni el BCV publican datos al respecto.
Sin embargo, ese es un secretismo absolutamente sin sentido en el mundo contemporáneo, pues lo que para Venezuela es un secreto para los demás países no lo es. Por lo tanto, las estadísticas de comercio exterior de Argentina, o de Brasil - para seguir con el ejemplo - explicitan sin problema alguno cuanto petróleo le han comprado a Venezuela.
De eso se deduce que para conocer con mayor credibilidad a cuánto asciende el comercio de Venezuela con los otros cuatro países que conforman el Mercosur, lo más conveniente es ir a las fuentes estadísticas argentinas, brasileñas, uruguayas o paraguayas.
 Argentina -para partir por orden alfabético - declara compras en Venezuela, en el año 2011, por un monto de 23.7 millones de dólares. De esa cantidad, por lo menos 8 millones son compras de urea, producida por Pequiven, que sigue las aguas de Pdvsa en materia de secretismo. Las ventas que Argentina declara haber realizado a Venezuela en el año 2011, a su vez,  ascienden a 1.870 millones de dólares.
De esas cifras se deducen por lo menos tres cosas de suma importancia: por un lado que la asimetría comercial entre ambos países es sideral. En segundo lugar, que Argentina no es ni será un mercado relevante para las ventas de petróleo por parte de Venezuela -pase lo que pase con el Mercosur - pues Argentina es un país petrolero, que produce y exporta petróleo, aun cuando no en los niveles de Venezuela. Y en tercer lugar, que las ventas no petroleras son también sumamente modestas – 15 millones de dólares -  a pesar de las buenas relaciones políticas que han habido entre los gobiernos de ambos países en los últimos años.  
DESBALANCE
Si vemos la situación que presenta Brasil, tenemos que declara compras en Venezuela, en el año 2011, por el orden de los 1.379 millones de dólares. De esa cantidad, aproximadamente 800 millones son de productos derivados del petróleo, producidos y exportados por PDVSA, tales como nafta, coque, hulla, negro de humo y querosene. Las ventas brasileñas  a Venezuela, a su vez, alcanzan a 4.588  millones de dólares. Nuevamente el desbalance comercial es sustantivo. Pero en este caso, las compras del paquete petrolero son mayores, aun cuando todo indica que Brasil camina hacia el autoabastecimiento de petróleo y sus derivados y hacia la exportación de esos productos, en la medida en que se pongan en explotación los yacimientos que se han descubierto costa afuera.
El caso de Paraguay es diferente: casi el 100 % de lo que le compró en el año 2011 a Venezuela es gas oil, pero esas ventas sólo suman 194 millones de dólares. Las ventas en sentido contrario suman aproximadamente 35 millones de dólares.
Con Uruguay la situación es la siguiente: le compra a Venezuela 397 millones de dólares en petróleo crudo, lo cual representa el 99.66% de todas las compras uruguayas  a Venezuela. Le vende a Venezuela productos por un monto de 281 millones de dólares. 
BAJAS EXPORTACIONES
En síntesis, los países grandes del Mercosur no son un mercado relevante para el petróleo venezolano. Los países pequeños, a su vez,  serán clientes venezolanos en la medida en que Venezuela mantenga sus generosas condiciones de precios y formas de pago y/o en la medida  en que los socios grandes no alcancen plenamente su rol de exportadores de petróleo:  caminan hacia allá, y en el momento en que lleguen,  pasarán a ser competidores de Venezuela en esos mercados tan cercanos.  En cuanto a las exportaciones no petroleras, éstas son bajas y mientras no exista en Venezuela una política clara y sostenida de promoción de exportaciones, seguirán en ese nivel

viernes, 3 de agosto de 2012

¿CUANTOS SE ACUESTAN CON HAMBRE?


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 3 de Agosto de 2012.)


El candidato de la MUD, Henrique Capriles Radonski, afirmó recientemente que cuatro millones de venezolanos se acuestan todos los días con hambre. Esa afirmación causó las iras del Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, quien manifestó inmediatamente que esa cifra no se correspondía con la verdad.
En realidad en Venezuela, según la cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, hay actualmente poco más de 9 millones de pobres. Para ser más exactos, son pobres hoy en día 9.080.941 ciudadanos, equivalentes al 31,9 %  de la población. Pobres son - para este organismo que se supone rector en materia de estadísticas económicas y sociales  a nivel nacional - aquellas personas que provienen de familias de 5.2 componentes que perciben menos de 3.900 bolívares al mes, o aquellas personas que tienen condiciones de ingresos similares a los que presenta una familia de esas características. En estos ingresos familiares entran los salarios regulares o irregulares, con todos sus bonos, más jubilaciones, subvenciones, becas, etc. Si todos los ingresos de todos los miembros de la familia, suman menos de 3.900 bolívares al mes, la familia y sus componentes son considerados como pobres para las estadísticas oficiales.
Eso significa un ingreso diario de aproximadamente 130 bolívares diarios para 5.2 personas, lo cual a su vez se traduce en 25 bolívares diarios por persona, para efectos de movilizarse, educarse, recrearse y alimentarse mediante tres golpes al día.
HAY HAMBRE
Esa cantidad - 25 bolívares diarios por persona - no es el ingreso promedio de las familias pobres, sino que se trata del ingreso máximo para ser consideradas pobres. Si se gana más que esa cantidad, se deja de ser considerado pobre. Se supone que el grueso de esos 9 millones de venezolanos que son oficialmente pobres ganan menos que esos 25 bolívares diarios.
Con esa cantidad es bien difícil que nadie pueda alimentarse medianamente bien, tres veces al día. Si uno supone que la mitad de los 9 millones de pobres no alcanza a ingerir en la noche algo parecido a una cena, entonces es enteramente posible suponer que no sólo 4 millones, sino 4.5  millones de ciudadanos de este país, como mínimo,  se acuesten con hambre. El hambre, a su vez, se traduce en desnutrición y en mayor vulnerabilidad frente a enfermedades, lo cual reduce los índices de rendimiento escolar, en el caso de los niños, y los índices de productividad, en el caso de los adultos.
Es enteramente posible, además, que una buena parte de los que no se acuestan con hambre, pero son oficialmente pobres, tengan una dieta rica en calorías y carbohidratos, pero muy deficitaria en proteínas y vitaminas.
CIFRAS OCULTAS
Desgraciadamente en el país son muy escasas las cifras accesibles y confiables respecto a la desnutrición en niños y/o en adultos. Una institución que goza de prestigio en este campo es  Fundacredesa, la cual,  aun siendo una institución oficial, da cuenta de estudios serios al respecto. En uno de ellos, reciente,  referido no exactamente a la desnutrición, pero sí a la falta o exceso de peso, se visualiza, según cifras iniciales, que en el eje Centro Norte Costero de Venezuela, entre los niños de 0 a2  años de vida, el 6.5 % sufre de déficit de peso, mientras que el 12,8 % sufre de exceso de peso, lo cual es también una situación anómala, que es en alta medida consecuencia de una alimentación inadecuada.  En los niños un poco mayores, entre 2 y 4 años,  el déficit de peso es de 6.8 % y el exceso de peso de 10.9 %.
En síntesis, los problemas del hambre y de la mala alimentación existen en niveles masivos en Venezuela y el primer requisito parta buscarle solución es reconocer su existencia.

jueves, 2 de agosto de 2012

L A MEDICION DE LA POBREZA EN VENEZUELA.


(Articulo de Sergio arancibia publicado en TAL CIUAL el día 2 de Agosto de 2012.)


Según información publicada en el diario El Universal, en su edición de fecha 28 de Julio, el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, habría dicho recientemente que la pobreza descendió en Venezuela desde el 21 % de la población, en 1998, a un nivel de 7 %, en el presente.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, los datos que menciona el Sr. Presidente no se corresponden con la pobreza, sino con la extrema pobreza. Según esa institución, que se supone rectora en materia de estadísticas a nivel nacional, la pobreza en el país, si se mide por la cantidad de hogares que están en esa situación, paso de 48.1 %, en el segundo semestre del año 1997,  a 26.8 % en el primer semestre del 2012. Si en vez de calcular la cantidad de hogares en situación de pobreza, se mide la cantidad de individuos que están en esa situación, las cifras son de 54.5 % en 1997 y de 31.9 en Junio de este año, siempre y cuando se acepten como buenas las cifras que publica el INE.  
No es lo mismo, por lo tanto, hablar de pobreza que hablar de extrema pobreza. Se trata de conceptos diferentes, económica y estadísticamente hablando. 
Los extremadamente pobres se definen, en Venezuela, en función de la capacidad de una familia de adquirir en el mercado una cierta cantidad de productos que se supone que permiten alimentar a una familia de 5.2 personas. Esa canasta alimentaria la calcula el propio INE, y para Junio de este año 2012, se ubicaba en 1.831.55 bolívares.  Todas las familias que no alcanzan a  llegar a ese ingreso al mes, sumando el ingreso salarial o no salarial de todos los miembros de la familia - incluidos subsidios, becas, jubilaciones, etc,-  se consideran extremadamente pobres.

LA CANASTA
Todas las familias de 5.2 personas que perciben ingresos mensuales totales entre cero y dos veces el costo de la canasta alimentaria, es decir, todas las familias que perciben menos de 3.663.1 bolívares al mes, se consideran pobres. La cifra relativa a los pobres, cualquiera que ella sea, incluye a los extremadamente pobres.
  No es difícil llegar a la conclusión  de que la clave de esta medición de la pobreza y de la extrema pobreza radica en la definición y en  medición que se haga de la canasta alimentaria.
Si la canasta alimentaria se ubicara en mil bolívares mensuales, los extremadamente pobres serían estadísticamente menos que lo que son actualmente, pues muchos que ganan, por ejemplo, 1.500 bolívares al mes, dejarían de ser clasificados como extremadamente pobres. En realidad los niveles extremos de pobreza seguirían siendo los mismos, pero las cifras del INE habrían cambiado en forma sustantiva. Por el contario, si la canasta alimentaria subiera a 2 mil bolívares al mes, los que ganan 1.900 bolívares al mes pasarían a  ser considerados extremadamente pobres, en circunstancias que antes sólo eran clasificados como pobres. Al mismo tiempo, los que ganen poco menos de 4 mil bolívares al mes - 3.900 bolívares al mes, por ejemplo- que con la canasta anterior no eran clasificados como pobres en la estadísticas de3l INE, pasarían a engrosar esa categoría.
El centro del problema está, por lo tanto, en la forma en que se define y se calcula la canasta alimentaria. Con la conceptualización actual toda familia de 5,2 personas que gane más de 3.663,1 bolívares al mes - 4 mil bolívares, por ejemplo - no se considera ni se contabiliza como pobre, aun cuando nadie dudaría de que con esa cantidad es imposible que en la Venezuela actual pueda sobrevivir una familia de 5 personas.
LA MEDICIÓN.
La medición que se haga, por lo tanto, del costo de  la canasta alimentaria, determina lo que suceda con respecto a la pobreza. Y como la canasta alimentaria está compuesta sólo por alimentos, es dable suponer que su precio debe subir más o menos al mismo ritmo en que suben los precios de los productos alimenticios. Pero sucede que en el año 2011 los precios de los productos alimenticios subieron en 34,1 %, según el INE, pero la canasta alimentaria subió sólo en 27 %, según el mismo organismo.  La canasta alimentaria se quedó estancada en su precio o subió más lentamente que los productos en ella contenidos. Esa situación, obviamente, conduce a que los niveles de pobreza y de extrema pobreza aparezcan como más reducidos que lo que serían si la canasta alimentaria aumentara al mismo ritmo que los alimentos.
sergio-arancibia.blospot.com

viernes, 27 de julio de 2012

LAS METAS DEL MINISTRO MENENDEZ


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 27 de Julio  de 2012)


El Ministro de Industrias Ricardo Menendez ha dicho en reiteradas ocasiones -  en relación a los beneficios que derivarían para nuestro país  de su entrada en Mercosur - que si Venezuela logra venderle a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay el  1 % de lo que esos países compran en el exterior, eso generaría  en Venezuela, aproximadamente, 240 mil nuevos empleos.
La idea fuerza que hay en esas declaraciones es impecable: si se logra vender más, se tiene que producir más, y si produce más se tienen que contratar más trabajadores. Pero en los cálculos más precisos es donde el argumento se hace más incierto.
Veamos. Brasil realiza importaciones procedentes de todo el mundo por un monto aproximado, en 2011, de 234 mil millones de dólares. Argentina a su vez realiza compras en el exterior, en el mismo año, por 74 mil millones de dólares. Paraguay y Uruguay, lo hacen por 6 mil millones de dólares y 11 mil millones de dólares, respectivamente. En síntesis, importaciones de los  países del Mercosur por un gran total de 325 mil millones de dólares.
Aspirar al 1 % de esas compras equivale a una meta de mayores exportaciones venezolanas por un orden de los 3.250 millones de dólares. Es una meta enteramente plausible, pues se corresponde con los niveles que las exportaciones no tradicionales han presentado en otros momentos de la historia venezolana, y que podrían perfectamente volver a alcanzarse si hubiesen las políticas de comercio exterior que generasen los estímulos correspondientes..


BAJA PRODUCTIVIDAD
Pero si se pretende poner a 240 mil nuevos ocupados a producir esa masa de nuevo producto por un orden de 3.250 millones de dólares, resulta que cada nuevo ocupado venezolano tendría que estar, en promedio,  produciendo valores por un monto de 13.542 dólares al año.  Esa cantidad, aun cuando parezca grande a los ojos del común de los ciudadano de a pie, en realidad es una cantidad muy pequeña. Significa, en el fondo, que cada uno de los nuevos ocupados tendría un nivel de productividad sumamente bajo. Y con baja productividad, desgraciadamente, lo más probable es que no puedan exportar nada.
Veamos. En Venezuela el PIB se ubica aproximadamente en los 300 mil millones de dólares, y la masa de ocupados alcanza a los 12, 5 millones de personas.  Si se divide una cantidad por la otra, resulta que cada hombre ocupado produce un nuevo valor por el orden de los 24 mil dólares al año. Esa es la productividad media por hombre ocupado que impera en Venezuela, que no es muy alta en términos de las comparaciones internacionales que se puedan realizar. Si la meta es que los nuevos ocupados, produciendo eventualmente para los países del Mercosur, tengan una productividad menor que la media nacional venezolana, lo más posible es que no logren exportar nada.
Por lo tanto, creo que hay que compartir la meta del Ministro Menendez, en materia de incremento de exportaciones, aun cuando sea difícil compartir su optimismo en términos del empleo que ello significaría. Más aun, creo que la meta tiene que ser precisamente producir con altos niveles de productividad, para lograr competitividad internacional e incremento de exportaciones. Pero ponerse metas cuantificables y precisas en materia de comercio exterior es un paso sumamente positivo, que no ha estado presente en la planificación económica de los últimos tiempos.  Fijarse mercados objetivos y cantidades brutas de nuevas exportaciones a realizar es sumamente importante.
EJERCICIO ESTERIL
Pero eso terminaría siendo un ejercicio absolutamente estéril si no se complementa con otras decisiones igualmente importantes: ¿Cuáles son los productos con los cuales se pretende irrumpir en los mercados de los países del Mercosur? ¿Qué políticas sectoriales se van a llevar adelante en relación a esos productos para lograr que alcancen los niveles de calidad y de precio que permitan su exportación? ¿O se va a dejar que el mercado decida al respecto, al estilo de la mejor tradición neoliberal? ¿Y cual será la política cambiaria que se implementara para hacer que las exportaciones tengan un retorno remunerativo? Nadie puede ignorar que si uno sigue haciendo lo mismo que ha venido haciendo hasta un momento determinado, seguirá obteniendo los mismos resultados. Si se desean cambios en los resultados hay necesariamente que introducir cambios en los accionares previos. Esa es la tarea que queda pendiente.
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jueves, 26 de julio de 2012

EL PAÍS NECESITA CUENTAS EN DOLARES


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 26 de Julio del 2012.)


Venezuela acaba de tomar una decisión importante en el campo de sus finanzas internacionales. Por la vía de un Convenio Cambiario número 20 se acaba de autorizar a personas naturales y jurídicas, nacionales y  extranjeras, a que mantengan cuentas en dólares en el sistema bancario nacional. Obviamente la mantención de cuenta en dólares permite hacer transferencias en dólares a cuentas en el exterior, o a otras cuentas en dólares en la propia Venezuela, o hacer retiros dentro de Venezuela, pero en este caso se entregarían las contrapartidas en moneda nacional. También se permite el uso de tarjetas de crédito en el exterior que se carguen a dichas cuentas en dólares.
Una medida de este tipo obedece a varias razones. El BCV descubrió una cosa que medio país ya conocía: que una buena parte de los agentes económicos nacionales, desde el abasto de la esquina hacia arriba, tienen cuentas en dólares en bancos extranjeros, ya sea en Panamá, en Miami o en otras plazas bancarias que le sean cómodas y confiables. Y cuando los dólares andan un tanto escasos en el país no hay razones como para seguir concediéndole graciosamente ese negocio a bancos y países extranjeros, incluso algunos del propio ALBA.  Además, la medida comentada hace las cosas un poco más fáciles a las pocas empresas trasnacionales que operan en el país, pues sus operaciones  en dólares podrán realizarse directamente en la banca nacional, sin necesidad de estar recurriendo a la banca extranjera para pagarle mil dólares a otra empresa que tiene sus oficinas a una cuadra de distancia. Se ahorrarán lo que los economistas llaman los costos de transacción.
Hay varias circunstancias que hacen que el Gobierno y el Banco Central estén un tanto preocupados por la cantidad de dólares de que dispone o que dispondrá la economía venezolana en el futuro cercano. Por un lado, lo obvio y tradicional: el precio del petróleo en el mercado internacional se ha ubicado por debajo de los 100 dólares el barril, y mantiene oscilaciones amenazantes.
EL ORO
En segundo lugar, el precio del oro dejó de subir y más bien mantiene tendencia  a la baja en el mercado internacional, lo cual es una mala noticia para un Banco Central que mantiene una parte importante de sus reservas internacionales en ese metal. En tercer lugar, el endeudarse a las tasas de interés a la cual le prestan a  Venezuela es casi como prestarse voluntariamente para un verdadero atraco. Y una cuarta situación amenazante: la sequia en Estados Unidos ha provocado cosechas muy pobres lo cual genera tendencias alcistas en el precio de los cereales, y mientras no se cumpla la promesa presidencial de convertirnos en potencia agrícola, tendremos que seguir importando, ahora a un precio más elevado,  el trigo para el pan nuestro de cada día.
Es posible, pero no seguro, que muchos de los agentes económicos que tienen sus cuentas en dólares en el exterior, y que realizan compras, ventas, transferencias y transacciones de todo tipo a partir de esas cuentas, se tienten de traer esos fondos a un banco venezolano. Para que eso suceda tienen que estar presentes uno u otro o ambos de dos   elementos sumamente importantes: la confianza y/o el lucro. Confianza en que esos fondos no serán expropiados, ni retenidos, ni congelados, ni tomados en préstamo, ni convertidos obligatoriamente en bolívares el día que el gobierno descubra que necesita de ellos. No es fácil generar, cultivar y mantener esa confianza, pero tampoco es imposible.
INTERÉS
Una buena tasa de interés puede ayudar a generar esa confianza. Una tasa de interés superior a la que pagan en las plazas bancarias más usuales del exterior puede ayudar a que los más desconfiados se dispongan a  mantener por lo menos una parte de sus fondos, los indispensables para sus operaciones  más habituales, en moneda extranjera, en la banca nacional. Quizás esos fondos que se consigan por la vía de los depósitos, aun cuando sean bien remunerados, sean más convenientes que conseguir plata prestada a la tasa riesgo país que tiene que pagar el Estado venezolano por los créditos que actualmente levanta en el mercado financiero internacional.   
sergio-arancibia.blogspot.com




   



sábado, 21 de julio de 2012

LA MALA IMAGEN SALE CARA


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 20 de junio de 2012.)


Venezuela tenía en julio una tasa de riesgo país de 1.089 puntos y Chile a principios de junio de 167 puntos.
Pdvsa emitió bonos por $3 mil MM pagando interés de 9.75 % mientras Codelco de Chile colocó papeles al 5 %.

En el mes de mayo recién pasado la empresa estatal petrolera venezolana PDVSA realizó una emisión de bonos en moneda extranjera por un monto de 3 mil millones de dólares. Esa colocación de bonos se hizo ofreciendo una tasa de interés de 9.75 %.
En los primeros días de Julio la empresa estatal cuprífera chilena Codelco realizó una emisión de bonos por un monto de 2 mil millones de dólares. Una parte de esos bonos se colocaron a 3.5 % y la otra a 4.3 %.
¿Cuál es la diferencia entre estas dos emisiones? En ambos casos se trata de empresas 100%  estatales, productoras de materias primas de alta demanda internacional. Pero los Estados que son propietarios de esas empresas tienen grandes diferencias entre sí. En junio de este año el Banco Central de Chile tenía en sus arcas reservas internacionales por un monto de 40.344 millones de dólares, que son en alguna medida el respaldo de la deuda externa contraída, y que están imposibilitados de ser traspasados generosamente al Gobierno. En Venezuela las reservas internacionales del Banco Central fluctúan alrededor de los 28 mil millones de dólares, y ellas están sujetas a la obligación de ser traspasadas al Ejecutivo nacional cada vez que sobrepasan un determinado umbral. A ello se suma el hecho de que el Estado venezolano tenía, en la primera semana de julio,  una tasa de riesgo país-  medida  a través del indicador EMBI - de 1089 puntos. Hace un año atrás esa tasa estaba en 1.119 puntos.
EL RIESGO
En Chile, en cambio, la tasa riesgo país, a principios de junio,  medida con el mismo indicador, estaba en 167 puntos. Hace un año atrás esa tasa estaba en 127 puntos. Como se sabe, la tasa riesgo país se mide por la diferencia entre la tasa de interés que tiene que pagar un país por sus emisiones de deuda externa, y la tasa de  interés que pagan los bonos del Tesoro norteamericano. Se asume que ese diferencial es un indicador de la posibilidad de que un país no pueda cumplir con sus  compromisos de deuda externa. Es decir, la comunidad financiera internacional - con razón o son ella, con buena o con mala fe, con buenas o con malas intenciones, con buenas o con malas informaciones – asume que Venezuela tiene altas posibilidades de no pagar sus deudas externas y que, por lo tanto, comprar sus bonos es altamente riesgoso, y que ese riesgo debe compensarse con una tasa de interés más alta. Ese punto de vista internacional significa que Venezuela debe pagar, en la emisiones de deuda soberana que coloca en los mercados internacionales, una tasa de  interés que supera en más de 6 % a la tasa que pagan otros países latinoamericanos. Esa mala imagen que proyecta el Estado venezolano contagia también a sus empresas estatales, y en particular a  su barco insignia que es PdVSA. Colocar 3 mil millones de dólares y pagar 4 % anual de interés significa pagar 120 millones de dólares anuales. Pagar un 10 % implica un pago anual por concepto de intereses de 300 millones de dólares. Ciento ochenta millones de dólares adicionales por concepto de mala imagen.
Otro aspecto interesante de destacar en esta comparación internacional entre la situación de Codelco y de PDVA es que la primera se dedica – bien o mal-  a la explotación y comercialización de cobre y sólo a eso. No construye caminos, no financia escuelas ni misiones sociales, ni constituye un Estado dentro del Estado que haga ver su presencia en todos los ámbitos de la vida nacional. Trata de que sus ganancias sean las mayores posibles y le traspasa fondos al Gobierno por la vía de regalías, utilidades e impuestos, los cuales entran en forma transparente en las arcas de Tesorería nacional.
SIN TRANSPARENCIA
En ese sentido la situación de Codelco, en   cuanto a especialización  productiva y en cuanto a transparencia de sus operaciones y de sus finanzas, es similar a la que presenta la petrolera brasileña Petrobras. La situación de Pdvdsa en cambio es radicalmente distinta en cuanto a  su eficiencia, especialización y  transparencia y en cuanto a su relación con el Gobierno. No es de extrañar, por lo tanto - por razones propias de la empresa, y por razones del Estado al cual pertenece - que sus bonos tengan que pagar altos intereses en el mercado internacional para poder colocarse. Tener mala imagen termina teniendo un alto costo comercial y financiero en el mercado internacional, incluso para una empresa petrolera.
sergio-arancibia.blogspot. com