(Articulo de Sergio arancibia publicado en TAL CIUAL el día 2 de Agosto de 2012.)
Según información publicada en el diario El Universal, en su edición de fecha 28 de Julio, el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, habría dicho recientemente que la pobreza descendió en Venezuela desde el 21 % de la población, en 1998, a un nivel de 7 %, en el presente.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, los datos que menciona el Sr. Presidente no se corresponden con la pobreza, sino con la extrema pobreza. Según esa institución, que se supone rectora en materia de estadísticas a nivel nacional, la pobreza en el país, si se mide por la cantidad de hogares que están en esa situación, paso de 48.1 %, en el segundo semestre del año 1997, a 26.8 % en el primer semestre del 2012. Si en vez de calcular la cantidad de hogares en situación de pobreza, se mide la cantidad de individuos que están en esa situación, las cifras son de 54.5 % en 1997 y de 31.9 en Junio de este año, siempre y cuando se acepten como buenas las cifras que publica el INE.
No es lo mismo, por lo tanto, hablar de pobreza que hablar de extrema pobreza. Se trata de conceptos diferentes, económica y estadísticamente hablando.
Los extremadamente pobres se definen, en Venezuela, en función de la capacidad de una familia de adquirir en el mercado una cierta cantidad de productos que se supone que permiten alimentar a una familia de 5.2 personas. Esa canasta alimentaria la calcula el propio INE, y para Junio de este año 2012, se ubicaba en 1.831.55 bolívares. Todas las familias que no alcanzan a llegar a ese ingreso al mes, sumando el ingreso salarial o no salarial de todos los miembros de la familia - incluidos subsidios, becas, jubilaciones, etc,- se consideran extremadamente pobres.
LA CANASTA
Todas las familias de 5.2 personas que perciben ingresos mensuales totales entre cero y dos veces el costo de la canasta alimentaria, es decir, todas las familias que perciben menos de 3.663.1 bolívares al mes, se consideran pobres. La cifra relativa a los pobres, cualquiera que ella sea, incluye a los extremadamente pobres.
No es difícil llegar a la conclusión de que la clave de esta medición de la pobreza y de la extrema pobreza radica en la definición y en medición que se haga de la canasta alimentaria.
Si la canasta alimentaria se ubicara en mil bolívares mensuales, los extremadamente pobres serían estadísticamente menos que lo que son actualmente, pues muchos que ganan, por ejemplo, 1.500 bolívares al mes, dejarían de ser clasificados como extremadamente pobres. En realidad los niveles extremos de pobreza seguirían siendo los mismos, pero las cifras del INE habrían cambiado en forma sustantiva. Por el contario, si la canasta alimentaria subiera a 2 mil bolívares al mes, los que ganan 1.900 bolívares al mes pasarían a ser considerados extremadamente pobres, en circunstancias que antes sólo eran clasificados como pobres. Al mismo tiempo, los que ganen poco menos de 4 mil bolívares al mes - 3.900 bolívares al mes, por ejemplo- que con la canasta anterior no eran clasificados como pobres en la estadísticas de3l INE, pasarían a engrosar esa categoría.
El centro del problema está, por lo tanto, en la forma en que se define y se calcula la canasta alimentaria. Con la conceptualización actual toda familia de 5,2 personas que gane más de 3.663,1 bolívares al mes - 4 mil bolívares, por ejemplo - no se considera ni se contabiliza como pobre, aun cuando nadie dudaría de que con esa cantidad es imposible que en la Venezuela actual pueda sobrevivir una familia de 5 personas.
LA MEDICIÓN.
La medición que se haga, por lo tanto, del costo de la canasta alimentaria, determina lo que suceda con respecto a la pobreza. Y como la canasta alimentaria está compuesta sólo por alimentos, es dable suponer que su precio debe subir más o menos al mismo ritmo en que suben los precios de los productos alimenticios. Pero sucede que en el año 2011 los precios de los productos alimenticios subieron en 34,1 %, según el INE, pero la canasta alimentaria subió sólo en 27 %, según el mismo organismo. La canasta alimentaria se quedó estancada en su precio o subió más lentamente que los productos en ella contenidos. Esa situación, obviamente, conduce a que los niveles de pobreza y de extrema pobreza aparezcan como más reducidos que lo que serían si la canasta alimentaria aumentara al mismo ritmo que los alimentos.
sergio-arancibia.blospot.com
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