viernes, 7 de diciembre de 2012

MERCOSUR Y LAS GRANDES LIGAS AGROPECUARIAS


(Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 7 de diciembre de 2012.)


Brasil y Argentina no sólo son los dos más grandes productores y exportadores agropecuarios de la América del Sur: son productores agropecuarios de estatura mundial. Así como a nadie se le ocurriría negar que Venezuela es un agente económico y político importante en el  mercado petrolero mundial, así tampoco nadie podría negar que Argentina y Brasil juegan en las grandes ligas de la producción de sorgo, carnes, lácteos, trigo, maíz  y oleaginosas, por mencionar sólo los rubros principales. En dichos productos la producción y exportación argentina y brasileña incide en forma significativa  en los precios y en las demás circunstancias relevantes imperantes en los mercados mundiales respectivos.
Veamos. Brasil exportó 79 mil 600 millones de dólares en productos agropecuarios en el año 2011. De un gran total de exportaciones de 251 mil 60 millones de dólares, un 33 % estuvo constituido por exportaciones agropecuarias. Así, por ejemplo, el país carioca exporto 16 mil millones de dólares en sorgo, 15 mil millones de dólares en azúcar, 10 mil 500 millones de dólares en carne, 8 mil millones de dólares en café y  2mil 600 millones de dólares en maíz.
Argentina, a su vez, de un total de exportaciones de 82 mil millones de dólares, exportó 44 mil 300 millones de dólares  en productos agropecuarios, lo cual representa el 54 % del total de las exportaciones. Allí nos encontramos nuevamente con la soya – con exportaciones por un monto de 20 mil millones de dólares – con el maíz cuyas exportaciones alcanzaron a los 4.400 millones de dólares,  y con otros productos como la carne, los lácteos, los aceites  y el trigo.


COMPETITIVIDAD INSEGURA.
Esta presencia sustantiva y significativa en el mercado mundial de productos agropecuarios, por parte de los dos países analizados, no puede ya, a esta altura de los tiempos, atribuirse sólo a las buenas condiciones de sus suelos o de su clima. Eso puede haber sido cierto hace 100 años atrás, pero hoy eso ya no lo es válido para nadie. El que no es capaz de desarrollar buena gerencia y desplegar la más avanzada tecnología agraria disponible en el mundo – básicamente biotecnología agrícola y animal y agricultura de precisión-   no está en condiciones de exportar ni de  competir en los complejos  mercados  mundiales contemporáneos.
¿Puede Venezuela, una vez que se incorpore plenamente a todas las disciplinas del Mercosur, competir en buena lid con estas dos importantes potencias agropecuarias?
Venezuela exportó el año pasado la modesta cantidad de 50 millones de dólares en productos agropecuarios. Esa cantidad representa menos del 0.5 % de las exportaciones nacionales. El 40% de esas modestas exportaciones estuvieron constituidas por ron, que es un producto venezolano que irrumpe con fuerza en los mercados internacionales. Se suma a ello algo de cacao, pescados, mariscos y frutas. Sin embargo, mientras las exportaciones argentinas y brasileñas son grandes, crecientes y altamente tecnologizadas, las exportaciones agropecuarias venezolanas – todas las mencionadas, incluido el ron-  son pequeñas y decrecientes.
Cuando la vinotinto se enfrenta en los campeonatos regionales o internacionales  con los países de larga tradición futbolística, siempre es posible esperar que una sorpresa, un milagro, un supremo esfuerzo de los jugadores, o un cambio en los vientos de la historia nos conduzca al triunfo. En el campo del  comercio internacional, sin embargo, todo parece indicar que los milagros son escasos y de lenta maduración, y que a la hora de la chiquita, termina sucediendo lo que todo el mundo sabe que va a suceder: la producción agropecuaria venezolana no podrá competir exitosamente con la producción proveniente de Brasil y Argentina.
EFICIENCIA.
Eso no significa que todos los productores de sorgo, leche, carne o maíz tendrán que abandonar el mercado y dedicarse a otra cosa. No. Significa que los productores menos eficientes tendrán que desaparecer o hacer esfuerzos muy grandes para elevar sus niveles de productividad y competitividad. Los más eficientes, los que están por sobre la media, podrán sobrevivir con algunos sobresaltos, pero sin una muerte anunciada en su horizonte. En todo caso, la apertura hacia el Mercosur tendrá costos para el sector agropecuario venezolano, donde no dejaran de verse, en un sentido figurado,  una cantidad importante de muertos y heridos.   
sergio-arancibia.blogspot. com



  

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