miércoles, 28 de enero de 2015

LOS CONTROLES COMO MODELO

(Articulo de Sergio Arancibia publicado en EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS el día 28 de de Enero del 2015.)


 En Venezuela están controlados los precios de una gran cantidad de los bienes que son producidos dentro del territorio nacional, ya sea en el sector agrícola o en el manufacturero. Al decidir sobre los precios, los funcionarios encargados de esa complicada función deciden también sobre las tasas de ganancia que recibe cada productor. Como los que tienen costos más elevados tienen que vender al mismo precio que los que tienen costos más bajos, unos obtienen tasas de ganancia más elevadas que otros. Es decir, las ganancias no se deciden en el mercado sino en las oficinas de los funcionarios correspondientes. Si hacemos caso no solo a los economistas sino y al mismísimo sentido común, la perspectiva de ganancias y el monto de las mismas es una de las motivaciones fundamentales que tienen los individuos para meterse en la actividad  económica. Al decidir sobre precios y ganancias se decide, por lo tanto, sobre las posibilidades mismas de llevar adelante procesos productivos.  

A eso hay que agregar que el Gobierno tiene control sobre las tasa de interés, tanto por la vía de las atribuciones del Banco Central de Venezuela, como por la vía del control de gruesa parte de las instituciones bancarias y crediticias del país, con lo cual tiene control de los  montos y de los precios del crédito bancario. 

A lo anterior hay que sumar que el gobierno fija periódicamente los niveles de los salarios mínimos y con ello, los niveles de muchos salarios que sin estar en el nivel mínimo se ajustan en función de este último. También al actuar como empleador de varios millones de venezolanos fija salarios de referencia que condicionan la escala de salarios del conjunto del país. En síntesis, están controlados los precios de dos insumos fundamentales: el crédito bancario y la fuerza de trabajo, además de los precios de los insumos y materias primas de origen nacional. Pero como el Gobierno tiene controlado el acceso a las divisas - y el precio a las cuales se accede a ellas - entonces podemos decir que todos los insumos importados – así como también todos los productos de consumo final de origen importados – tiene también controlado el precio y el  monto que de ellos se puede importar. Más aun, de hecho, una parte importante y creciente de las importaciones son realizadas directamente por el Gobierno. 

A todo lo anterior se suma que el mover los productos de un punto a otro del territorio nacional, es también una cosa que está sometida a fuertes controles: hay que pedir permiso para la movilización de mercancías e informar al Estados del monto y del destino de las mismas.  

Si quien genera ciertos productos dentro del país es un inversionista extranjero - además de ver controlada su tasa de ganancia, sus precios, el costo del crédito, el costo de la mano de obra, y la libertad de mover sus mercancías hacia uno u otro de los mercados locales – tiene que pedir permiso y esperar durante meses o años para poder remesar a la casa matriz las ganancias legítimamente obtenidas en el territorio nacional.

Toda esta red de controles está supuestamente encaminada a imponerle a la economía la voluntad de los gobernantes, que inspirados supuestamente en los más altos valores humanistas, quieren impedir todos los males que el capitalismo hace recaer sobre los hombros de los trabajadores. Sin embargo, aun suponiendo que eso sea verdad – y que los gobernantes y sus amigos no actúan con ninguna intención de enriquecerse – la verdad verdadera es que los resultados son catastróficos: la producción disminuye, tanto en las empresas públicas como en las privadas, los precios suben,  los productos, tanto de origen nacional como extranjeros,  escasean cada vez más, y los consumidores deben hacer largas colas para comprar artículos que antes eran de fácil acceso.  Además, de ello, el mercado negro florece en artículos cuya cadena de producción y comercialización está dominada tanto por el estados como por los agentes económicos privados.

Frente a ello hay al menos dos actitudes posibles. Una es asumir que los controles tienen que extenderse y profundizarse, pues todavía no se controla todo lo controlable. Hay que caminar hacia un modelo en que el Gobierno controle la propiedad de los todos factores de producción, la forma en que se usan, los niveles de producción, los montos de importaciones, los precios de cada bien, las ganancias de cada empresa, la forma en que estas se usan, la distribución de los ingresos, y los canales de comercialización.  Se postula en este esquema que la economía funciona mal no por culpa de las decisiones gubernamentales ni por el asfixiante  grado de control, sino por la guerra económica que llevan adelante los sectores que todavía dominan aquellos pocos espacios  que el Estado no ha podido controlar. La solución, por lo tanto es más control, lo cual se asume como elemento esencial del modelo político y económico que se aspira instaurar.

La otra alternativa es reconocer que el intento de controlarlo todo genera ineficiencia y  corrupción y que la solución es caminar en un sentido presidido por una menor cantidad de controles. Sin caer en el dogmatismo de los neoliberales  - que pretenden someter todas las decisiones a las no tan ciegas  fuerzas  del mercado - hay que reconocer que hay que controlar solo lo imprescindible – como lo hacen la mayoría de los países exitosos del planeta - y que hay que dejar que los agentes económicos tengan elevados grados de libertad para decidir sobre producción precios, salarios, ganancias y canales de comercialización, dentro de normas conocidas, impersonales y permanentes.  Eso es lo que significa, en última instancia, el cambio del modelo.  

sergio-arancibia.blogspot.com

martes, 20 de enero de 2015

LOS MISMOD ACTORES PERO EN DISTINTOS ESEWCENARIOS

Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAL el día 20 de Enero de 2015.


En Brasil Dilma Roussef asumió nuevamente la Presidencia de la República, con lo cual el Partido de los Trabajadores completará cuatro períodos presidenciales seguidos con uno de sus militantes a cargo del poder ejecutivo de dicho país. En Uruguay las cosas lucen más o menos parecidas, con la sola diferencia de que el Frente Amplio sumará, con la nueva presidencia de Tavaré Vazquez, tres períodos consecutivos en la más alta responsabilidad ejecutiva del país oriental. Pocos analistas en la región piensan, sin embargo, que la reelección de los mismo partidos o de las mismas personas sea un anuncio de que van a seguir en marcha más  o menos las mismas políticas. Todo anuncia que tendrán que venir cambios en ambos países.

En Brasil, el año 2014 no cerró como con buenos resultados económicos. Con suerte el crecimiento de dicho año bordeará el 0.15 % - algo bien parecido al estancamiento -mientras que la inflación anual se calcula cercana al 6.3 %.  La vieja fórmula populista de potenciar el crecimiento por la vía de aumentar el déficit fiscal y dejar crecer la inflación, no es una opción. Sería sencillamente una locura. Pero los subsidios y la lucha contra la pobreza exigen gastos fiscales elevados que solo pueden venir de crecimiento económico y/o de crecimiento de las exportaciones. De allí que tanto el origen de sus males como el remedio para sus dolencias económicas parece que debe buscarlos Brasil  en el comercio y en las finanzas internacionales.

Brasil, a principios de la presente década, vio como sus exportaciones saltaban de 152 mil millones de dólares en el 2009, a 201  mil millones en el año siguiente. 50 mil millones de dólares adicionales en un año. Y en el año 2011 las exportaciones volvieron a subir, llegando a 256 mil millones de dólares. Otros 50 mil millones de dólares. A ello se suman volúmenes altísimos de inversión extranjera directa que se volcaron sobre Brasil. Así se puede hacer política social y al mismo tiempo  política de inversión e incluso se puede ver con optimismo la posibilidad de financiar un mundial de futbol. Se pueden financiar importaciones, tanto para incrementar el consumo como para financiar bienes de capital. De hecho las importaciones totales pasaron de 133 mil millones de dólares en el año 2009 a 236 mil millones de dólares en el año 2011. Pero en el 2012 las exportaciones bajaron a 242 mil millones de dólares y prácticamente se quedaron en ese nivel en el año 2013. Las importaciones, en cambio, tuvieron una ligera baja en el 2012, cuando alcanzaron los 233 mil millones de dólares, y volvieron a subir en el 2013, cuando sumaron 250 mil millones de dólares. Obviamente esas tendencias no se pueden mantener a largo plazo, pues el déficit en cuenta comercial se haría insostenible. Durante un par de años, o algo así, se pueden financiar los déficit con disminución de reservas, pero el algún  momento hay que hacer ajustes que impliquen solucionar los problemas de fondo.  Entre esos problemas más sustantivos hay que priorizar el aumento de las exportaciones lo cual, hoy en día, es una meta que no puede  descansar exclusivamente en el crecimiento del mercado chino y tampoco en la dinámica del Mercosur. Hay que mirar hacia la Alianza del Pacifico y hacia el mercado europeo – venciendo o saltándose las resistencia de Argentina -  y no hay que descansar únicamente en la soya, que tiene en estos momentos precios a la baja en el mercado internacional. También entre los problemas sustantivos hay que considerar el déficit fiscal -  cuya disminución es necesaria para frenar la presión sobre las importaciones - lo cual no implica revertir los gastos sociales encaminados a luchar contra la pobreza, pero sino detener su crecimiento.   

Uruguay ha gozado también del auge mundial de la soya y sus exportaciones han aumentado desde los 5.400 millones de dólares en el año 2009, a los 9.155  millones de dólares en el año 2013. Sin embargo, la tonelada mundial de soya – que  tuvo un precio  de 475 dólares durante la cosecha 2013-2014 -  está presentando un precio de 360 dólares en la cosecha 2014-2015.  Ese es un golpe duro para la economía uruguaya y para la economía brasileña, con el agravante en el primer caso, de que Brasil es un comprador importante de los productos distintos a la soya que exporta Uruguay, lo cual implica que este país tiene que sufrir los embates de la crisis mundial de la soya, y los embates de la crisis brasileña. Nuevamente, el país - y no solo el nuevo gobierno, aun cuando no sea tan nuevo- tiene la obligación de abrirse hacia nuevos mercados y hacia nuevos productos, lo cual obliga, entre otras cosas, a repensar los compromisos intra Mercosur.

Sería realmente insensato pensar que por que tenemos, arriba del escenario, los mismos actores que hace algunos años atrás, el guión sigue siendo el mismo.

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jueves, 15 de enero de 2015

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LAS CIFRAS RECIENTES

Artículo de Sergio Arancibia publicado en TAL CUAl el día 16 de Enero de 2015

Después de muchos meses de silencio, el Banco Central de Venezuela ha vuelto a publicar algunas cifras importantes sobre el desenvolvimiento de la economía venezolana, que son necesarias de analizar con mayor detalle.   En materia de PIB  - que es el indicador más universalmente utilizado para medir si una economía crece o no - los datos del BCV permiten visualizar que durante los nueve primeros meses del año 2014, la economía venezolana produjo un 3.96 % menos de bienes y servicios que durante los primeros nueve meses del año 2013. No se han publicado los datos respecto al último trimestre del 2014 - ni siquiera los datos tentativos, sujetos a posteriores modificaciones – por lo cual solo se conocen los datos sobre los nueve primeros meses. El BCV ha publicado los datos de lo sucedido en cada uno de los tres primeros trimestres del año 2014, pero a partir de esos datos no es difícil calcular lo sucedido durante todo el período en su conjunto, y la cifra resultante es la que mencionamos: una caída de 3.96 % en el PIB durante el período analizado. Cuando se conozcan los datos sobre el último trimestre – si se conocen algún día- probablemente se podrá decir que la caída del PIB durante el año 2014 fue cercana o ligeramente superior al 4 %, lo cual constituye la mayor caída presentada durante este año por todo el conjunto de países de la América Latina y el Caribe. Además, lo publicado presenta una caída sistemática, sostenida durante tres trimestres continuos, lo cual en la jerga de los economistas, constituye una situación que se identifica con el nombre de recesión. No se trata de un hecho fortuito o puntual, que tenga lugar en un mes o en un trimestre determinado, sino un fenómeno que se reitera durante tres trimestres sucesivos y que constituye por lo tanto, un fenómeno más estructural o de fondo

Otros datos importantes: durante el año 2014 – durante los tres primeros trimestres- las exportaciones petroleras sumaron, según las cifras del BCV, la cantidad de  58 mil 332 millones de dólares. Durante el mismo período del año 2013 dichas ventas petroleras ascendieron a 64 mil 396 millones de dólares. Es decir, hubo una caída de 9.4 %  en el valor de la ventas petroleras, aun cuando todavía no empezaba la caída violenta que ha tenido lugar en el último trimestre del 2014. Durante el año 2015, si se mantienen las condiciones actuales del mercado petrolero mundial, la caída en los ingresos petroleros venezolanos será mucho mayor aun, y serán mayores y más graves las consecuencias sobre la economía nacional.

Las exportaciones no petroleras, durante los nueve primeros meses del año 2014, continuaron su caída sistemática, llegando a 2.165 millones de dólares, después de haber mostrado un nivel de 2.486 millones de dólares en igual período del año anterior.

En materia de importaciones totales –públicas y privadas-  tan vitales para sostener los niveles de producción  y de consumo internos, éstas alcanzaron durante los primeros nueve meses del año 2013  un  nivel de 39 mil 717 millones de dólares. En el mismo período del año 2014 ese monto bajó a 32 mil 153 millones de dólares, es decir, presentó una baja de 19 %.  En no pequeña medida dicha baja es responsable de la caída ya comentada del PIB. Si en el año en curso la caída en las exportaciones petroleras y no petroleras se traduce en una nueva caída en las importaciones, volveremos a tener una nueva caída en los nieves de producción y de consumo.  

El concepto de “viajes” en la balanza de pagos es la expresión de los gastos en el exterior por turismo u otros conceptos similares. En el 2013, en los tres primeros trimestres,  figuran por ese concepto un total de 1.539 millones de dólares, con signo negativo, lo cual significa que los gastos de los venezolanos en el exterior fueron mayores, en ese monto, que los gastos de los extranjeros en Venezuela. En los tres primeros trimestres del 2014 ese monto fue de 1.215 millones de dólares, también con signo negativo, lo cual significa que los venezolanos gastaron menos en el exterior –lo más probable-  o que los extranjeros gastaron más en Venezuela.

Las transferencias – tal como ellas se presentan en la balanza de pagos-  son los pagos o las entregas de bienes y servicios sin contrapartida, es decir, los regalos puros y simples a agentes económicos ubicados fuera del país. Esos montos disminuyeron desde un saldo neto de 882 millones de dólares en los primeros nueve meses del 2013, a escasos 164 millones de dólares en el mismo período del año 2014, lo cual es dable suponer que representa un cambio  en la tendencia que se había mantenido en años anteriores en materia de relacionamientos con partidos y gobiernos en el exterior.

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